21.04.13

25 años juntos por la gracia de Dios

Hoy hace 25 años Lidia y Luis Fernando unieron sus vidas para siempre. Nadie daba un duro por esa unión. Prácticamente todo el mundo pronosticaba que ese matrimonio duraría apenas unos meses o un par de años. De hecho, Dios no jugaba un papel especialmente importante en sus vidas en aquellos momentos. Eran muy jóvenes (20 y 19 años) y no tenían precisamente un sobrante de madurez. Eso sí, se querían.

Sin embargo, un día se les concedió que la gracia de Dios pasara a ser protagonista en sus vidas y en su matrimonio. ¿Significa eso que no tuvieron que afrontar dificultades? Todo lo contrario. Estuvieron al borde de la ruptura en muchas ocasiones. Por pecados de uno y de otro. Por falta de santidad. Por razones que no viene al caso recordar. Pero en ellos se ha cumplido a la perfección aquello de “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre“. Ni siquiera sus imperfecciones han conseguido separarlos. El Señor les ha concedido el regalo de permanecer unidos. Y solo a Él cabe atribuir ese milagro. Porque es un milagro.

Hablo ya en primera persona. Cuando se atraviesa el ecuador de la cuarta década de la vida no se quiere igual que con apenas 20 años. Se quiere más y mejor. Si nos dejamos guiar por el Señor, aprendemos el verdadero significado de la palabra amor. Que no siempre es alegría y fiesta. También es cruz y sacrificio. Es renuncia a lo propio para servir al amado. Y eso no se aprende del todo en cuarto de siglo. Si Dios nos da un poco más de vida y le somos fieles, seguiremos aprendiendo a querernos como Él nos quiere.

Fruto de nuestro amor son nuestros tres hijos. No hay mejor regalo del cielo que ellos. Cada una de sus vidas, por si sola, hace que nuestro matrimonio haya merecido la pena. Estamos muy lejos de haber sido los padres que se merecían, pero al menos hemos intentado plantar en sus almas la semilla del evangelio. Rogamos y confiamos en que germinará a su tiempo, si en verdad se dejan amar por el Señor. Ellos saben bien, sobre todo los dos mayores, por lo que han pasado sus padres para llegar aquí. Y saben mejor, al menos eso pensamos, que solo Dios puede explicar que sigamos siendo una familia unida. Recuerdo como si fuera hoy el día en que, hace años, le dije a mi primogénito en medio de una crisis: “Si no dejamos que Dios mande en esta familia, se va a pique”.

Los malos augurios no se cumplieron. Los que se regodearon -alguno hay que todavía lo hace- en nuestras debilidades y llegaron a aconsejarnos la separación, hoy deberían reconocer que la gracia divina es más grande que nuestras miserias. El amor, puesto en manos de Dios, triunfa sobre el pecado. Y hay mucho amor entre Lidia y yo. Ojalá el Señor nos dé un poco más de salud para poder disfrutar, siquiera unos años, del tiempo de paz y de gracia que vivimos ahora.

A todos los que vais a uniros en matrimonio o estáis unidos pero pasáis por dificultades, os queremos decir que no hay nada más maravilloso en esta vida que dejar que Dios sea el verdadero amo y señor de vuestra unión. Él sabe sacar lo mejor de cada uno de vosotros y es capaz de impedir que vuestras imperfecciones acaben con vuestro amor. Si Dios no reina en vuestros matrimonios, no esperéis tener la fuerza suficiente para sobrevivir a las tormentas que os llegarán. Que se cumpla en vosotros la palabra de Dios:

El matrimonio sea tenido por todos en honor
(Heb 13,4)

Amén.

Luis Fernando y Lidia

20.04.13

El médico necio y delincuente

Existen varios tipos de errores en la medicina. El error en el diagnóstico de una enfermedad suele acarrear la imposibilidad de que se logre dar con el tratamiento adecuado para tratarla. Puede también que se acierte en el diagnóstico y se yerre en el tratamiento. El resultado es el mismo en ambos casos: el paciente enferma más e incluso puede morir.

Ahora bien, lo que apenas se da en la actividad médica es el hecho de que se dé un diagnóstico acertado, se conozca el tratamiento que debe prescribirse y se opte por no hacer nada. En ese caso, solo cabe acusar al médico de ser un delincuente malvado y perverso.

Si pasamos de la salud física a la espiritual, las cosas no cambian. La actual crisis de la Iglesia -falta de vocaciones, falta de práctica sacramental de los bautizados, etc- tiene unas causas muy claras para todos aquellos que tengan un poco de discernimiento. En todo caso, corresponde a los médicos del alma dar el diagnóstico y el tratamiento adecuado. Y esos médicos del alma son nuestros pastores.

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18.04.13

La trampa abortista del PP y del PSOE

Ya está montado el cirio. El gobierno del PP ha tardado tanto en reformar la ley del aborto, que incluso algunos obispos empezaron a pedir públicamente que se protegiera legalmente la vida. Obviamente sabiendo que todo lo más que se puede esperar de los actuales gobernantes es una vuelta a la ley anterior, bajo la cual se cometían cien mil abortos anuales. Aunque hay que reconocer que el otro día el ministro Gallardón dijo que se debería acreditar el peligro para la salud de la madre antes de abortar. Si eso fuera así, que no me lo creo, quizás impediríamos muchos abortos en España.

El caso es ha coincidido temporalmente la petición de algunos obispos, y del cardenal Rocuo en la plenaria de la CEE que se acaba de celebrar, con un nuevo anuncio del gobierno, el enésimo, anunciando la reforma. Puede que esta vez vaya en serio, puede que no. Quienes sí van en serio son los socialistas y el resto de la izquierda. Ya han anunciado que se piensan tirar a la calle para impedir que Mariano Rajoy cumpla algo -¡por fin!- que había prometido en su programa electoral. Pero en realidad, más que contra el gobierno, la convocatoria es contra la Iglesia, a la que se acusa de imponer su moral a la sociedad chantajeando al gobierno en esa materia.

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17.04.13

Harto de los socialistas y sus amenazas totalitarias

El PSOE ha vuelto a demostrar que por sus venas corre la sangre del totalitarismo. En su ADN está el anticlericalismo de baja estofa que llevó a esta nación a un enfrentamiento civil el siglo pasado. A Dios gracias, no parece posible que pueda repetirse semejante desgracia, pero lo que subyace en las declaraciones de los dirigentes de la izquierda parlamentaria -jaleados curiosamente por la derecha pagana del PNV- es el mismo espíritu de odio hacia todo lo que representa el catolicismo en este país. Que cada vez es menos, pero les sigue pareciendo mucho.

Para esos neo-fascistas de izquierda, la Iglesia en general, y los obispos en particular, es la única institución que no tiene derecho a dar su opinión sobre las leyes de ingeniería social que han convertido esta nación en uno de los estercoleros morales de Occidente más putrefactos. Solo nos ganan países donde las leyes sobre eutanasia van cumpliendo el papel de empresa de eliminación de los ancianos enfermos.

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16.04.13

Primaveral decisión papal sobre las monjas rebeldes de EE.UU

Hace ahora un año que la Congregación para la Doctrina de la Fe decidió coger por los cuernos el toro de las religiosas disidentes de EE.UU. El dicasterio publicó una “Evaluación Doctrinal” dirigida a la Conferencia de Superioras Mayores de Religiosas Estadounidenses, en la cual se denunciaba su “situación doctrinal y pastoral grave” y se anunciaba la intervención del organismo. Juanjo Romero explicó la mar de bien en su blog las medidas adoptadas.

La reacción del mundo progre-eclesial no se hizo esperar y se acusó a Roma de practicar la intolerancia, de la vuelta de la Inquisición, etc. De hecho, la LCWR (Leadership Conference of Women Religious) decidió rebelarse contra la autoridad de la Iglesia pretendiendo poner condiciones para acatar el dictamen de la Santa Sede y colaborar con la renovación ordenada.

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