Vía Crucis, por el padre Joaquín Climent

Os presento una breve meditación sobre las estaciones del Vía Crucis, obra del padre Joaquín Climent Abad, párroco de Sant Genís dels Agudells (Barcelona), fundador y director de la asociación de fieles Civitas Dei. Él es mi director espiritual y a quien debo gran parte de lo mucho o poco que soy como cristiano.

VIA CRUCIS
Escrito por P Joaquín Climent
Director de Civitas Dei
Con licencia de Mons. Oscar A. Salazar Gomez, obispo de La Dorada Guaduas (Colombia)

Por la señal de la Santa Cruz…
Oración inicial

Jesús, Señor y Redentor nuestro, delante de Ti y arrepentido de todos mis pecados cometidos hasta hoy, triste por haber ofendido a un Dios tan bueno propongo firmemente no pecar más y confío en Tu divina misericordia para poder ser fiel y coherente con estos propósitos. De todo corazón te doy gracias, por el don de la vida y por la salvación que nos das con Tu muerte en Cruz. Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria

I estación
Jesús es condenado a muerte
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos…

Porque por Tu cruz has redimido al mundo. Con facilidad y sin pensar decimos que se muere tal y como se ha vivido. Jesús, Tú nos enseñas a vivir y a morir en fidelidad: Defendiendo la libertad, la verdad, el ser hombres y mujeres, el ser hijos de Dios, para poder vivir el amor hasta las últimas consecuencias. Para amar de verdad el amor de Dios. Para vivir la vida a plenitud. Danos, Señor el don de la fidelidad y de la perseverancia.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

II estación
Jesús carga y lleva la Cruz
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos…

Nos cuesta aceptar la propia responsabilidad. Es arriesgado. Pero cueste lo que cueste es la única manera de ser fieles con lo que creemos, pensamos y sentimos y así dar testimonio de nuestra fe con nuestras obras. Cargar con la cruz también es ser consecuentes con la fe y así, manifestarla en la vida de cada día siendo sal de la tierra y luz del mundo. Danos Señor, el don de la coherencia y la autenticidad.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

III estación
Jesús cae por primera vez
Te adoramos Cristo y te bendecimos…

¡Con qué facilidad caemos!. Sí, caemos en la desidia, la mentira, el comentario ineficaz e incluso a veces malévolo, la pereza, y en definitiva, no lo disimulemos más, en el pecado… y otra vez… ¡cuánta pereza para levantarnos!… esperamos a después, a mañana. Pero algún día hemos de dar el fruto que Dios espera de nosotros. Personal y comunitariamente hemos de hacer producir los talentos que Dios nos da. Danos, Señor, el don de tener la fuerza necesaria para levantarnos y seguirte.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria

IV estación
Jesús se encuentra con María, su madre.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos…

Lo sabemos: No hay amor como el de una madre. Y María es la madre del amor más grande, del de Dios hecho hombre. Qué consuelo para el hijo encontrarla en el camino del dolor y que corazón tan deshecho el de una madre al ver al hijo injustamente sentenciado y condenado. A María no le da miedo ni lo que dirán ni el esfuerzo del camino. Ella esta al lado del hijo que necesita apoyo y consuelo en el camino de la vida y de la cruz. Danos Señor, el don de poder reconocer y experimentar a María como nuestra madre personal y comunitaria, especialmente en los momentos de sufrimiento y dolor, para no encontrarnos nunca solos y desamparados.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria

V estación
El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos…

Casi anónimo, no era de los sabios ni entendidos, y se le confió una tarea que lo haría inmortalmente conocido. Su importancia sencillamente fue hacer aquello que debía de hacer en aquel momento preciso, sin eludir las consecuencias. Y no aunque no era de los tuyos, Señor, llevó tu carga. Quizás sin pensarlo asumió el rol de ser solidario, quizás sin querer; pero hacer aquello que hay que hacer también tiene un mérito, y no siempre pequeño. Danos, Señor el don de saber ayudar y colaborar cuando sea necesario a pesar de que no nos guste. Señor que nuestra ayuda sea siempre en el momento oportuno y en tu nombre.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria

VI estación
La Verónica enjuga el rostro de Jesús
Te adoramos Cristo y te bendecimos…

Piedad, compasión, ternura… sentimientos que la Verónica debió conocer muchas veces en el rostro y las actitudes de Jesús ante los enfermos, los niños, los pobres, los calumniados. Y ella, que aprendió lo que es compasión del mismo Jesús, aprendió a dar lo poco o lo mucho que se tiene. Y hace quizás lo más sencillo, quizás lo único que podía hacer por el amigo, el maestro, el Señor. Y con un corazón partido por el dolor y la impotencia, le engüaja el rostro. Danos, Señor, el don de no buscar el hacer cosas grandes ni las que nos dan nombre y fama, sino aquello que guiado por tu Santo Espíritu sale del corazón en favor de los demás.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria

VII estación
Jesús cae por segunda vez
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos…

La cruz es agotadora y todos tenemos la nuestra. El peso de la convivencia y el esfuerzo por aceptar les propias limitaciones, de hacer les cosas tan bien como sea posible, nos cansa y a veces, más de lo que reconocemos, caemos. Y todavía es peor cuando caemos siendo injustos con los demás, con nosotros mismos o con Dios. Cuando es causa del pecado. Danos Señor, el don de reconocer las propias limitaciones y el mal que hacemos aunque sea sin querer.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria

VIII estación
Jesús encuentra y habla con las mujeres de Jerusalén
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos…

Encontrarse cara a cara con Jesús, aunque doloroso, es un verdadero consuelo, y esto es lo que experimentan las mujeres de Jerusalén; consuelo en el dolor y la aflicción. El consuelo de Jesús es profético e invita al cambio y a la conversión, es una llamada al realismo. Hay que llorar, sí, pero por las cosas que merecen llanto. La tristeza que causa ver a Jesús herido no se calma con lloros ni con lágrimas, sino con el esfuerzo por vivir sinceramente como hijos de Dios. Danos Señor la fuerza de poner la mano en el arado sin mirar hacia atrás.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria

IX estación
Jesús cae por tercera vez
Te adoramos Cristo y te bendecimos…

Complejos, traumas, depresión, camino sin fin y muchas veces sin fe, oscuridad casi total… caemos y recaemos. Parece que todos y todo nos machaca. Buscamos culpables y nos es fácil señalar a los demás; pero nos conviene reconocer nuestra culpa para podernos levantar. Danos, Señor, el don de la esperanza y ánimo de conversión.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria

X estación
Jesús llega al Calvario y es despojado de sus vestidos
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos…

En la vida hay muchas metas. Llegar no lo es todo. Hay que saber llegar haciendo lo que hay que hacer y para hacer lo que hay que hacer. Y hay que hacer todo aquello que Dios quiere y como Dios lo quiere. O sea, como decían nuestros mayores, haciéndolo todo "como Dios manda". Jesús llega a la meta, llega hasta el Calvario y allí todavía es injuriado. Allí, donde parecía que ya había llegado al fin con la meta cumplida, es despojado de sus vestiduras. No queda nada que no sea el amor del Padre y el amor del Hijo. Muchas veces tendríamos de preguntarnos si se necesita algo más para hacer las cosas que vale la pena hacer. Danos Señor el don de la pobreza y la sencillez para saber buscar siempre tu voluntad.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria

XI estación
Jesús es crucificado
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos….

A todos nos llega la hora,… toda hora, y hemos de aceptarla y amarla. Lo que Dios permite, es bien seguro que es para nuestro bien, y a pesar de que no lo entendamos, demos por ello gracias a Dios, o… ¿que quiere decir sino vivir la fe?. Danos Señor, el don de una fe consciente y eficaz.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria

XII estación
Jesús muere en la cruz
Te adoramos Cristo y te bendecimos

Desde la cruz nos conseguiste, Señor, la sanación y la liberación integral de nuestra vida. Nos salvaste para siempre. Por eso, tu cruz es signo de victoria, de tu victoria y de nuestra victoria. Por eso debemos seguirte Señor, porque sabemos que la cruz de hoy es ya salvación para hoy y para mañana. Danos, Señor, el don de amar tanto la vida que no temamos la muerte.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria

XIII estación
Jesús muerto, es bajado de la cruz y entregado a María, su madre
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos…

Levantado para que todos te pudieran ver, para que todos te podamos ver, y para se cumpliera la Escritura. Pero ni así te quedas por encima de nosotros. Te bajan de la Cruz y te entregan a quien más te ama, María, tu madre. Danos Señor el don de la humildad y como María, el de saber aceptarte tal y como te das.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria

XIV estación
Jesús es sepultado y resucita
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos…

Cuando tantas voces proclaman la muerte de Dios, cuando se profetiza la muerte de la iglesia, la espera y la expectación es grande. ¿Dónde habéis puesto al Señor?, ¿dónde está el muerto?… Hoy sabemos que Él, Jesucristo, ha resucitado y vive entre nosotros, confiando en que seamos sus testigos, los testigos de su resurrección y de su presencia viva entre nosotros. Danos Señor, el don de la unidad para que el mundo crea.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Padre nuestro por las intenciones del Santo Padre.
Bendición final.

Pb Joaquín Climent Abad
[email protected]

1 comentario

  
Sandra Del Toro
Amor esto es muy lindo!
05/08/07 6:31 AM

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