Sobre lo de Sobrino

Tras hacer una segunda y tercera lecturas más pausadas de la notificación de la CDF sobre dos de los libros de Jon Sobrino, he llegado a las siguientes conclusiones:

1- Lo que se dijo que iba a ser, no ha sido. Es decir, ni se le suspende, ni se le condena como teólogo católico, ni "ná de ná". Por tanto, ni se le puede considerar mártir de nada por los de siempre, ni se le puede llamar hereje irredento… por los de siempre.

2- De todos los errores y/o presuntos errores, en mi opinión el más grave, de lejos, es el que aparece en el siguiente texto de Sobrino:

"Digamos desde el principio que el Jesús histórico no interpretó su muerte de manera salvífica, según los modelos soteriólogicos que, después, elaboró el Nuevo Testamento: sacrificio expiatorio, satisfacción vicaria […]. En otras palabras, no hay datos para pensar que Jesús otorgara un sentido absoluto trascendente a su propia muerte, como hizo después el Nuevo Testamento" (Jesucristo, 261)

A mí eso me parece una barbaridad de tal calibre que, por sí sola y ante una negativa pertinaz del autor a rectificar, merecería una condena más firme, pero maestros y pastores tiene la Iglesia que saben más que un servidor. Del resto de puntos rebatidos, la mayoría son, matizados por la propia visión de Sobrino, fruto de la "gloriosa" exégesis moderna que tanto le debe a ese muerto viviente y estéril llamado protestantismo liberal. Pero nada, oye, sarna con gusto no pica. Y si a alguno le pica, que se rasque y se aguante.

3- Estamos ante el análisis de dos libros escritos en los años 1991 y 1999. Si, como dice la CDF, en ellos aparecen "diversas proposiciones erróneas o peligrosas que pueden causar daño a los fieles", a buenas horas mangas verdes. Y eso que el procedimiento ha sido urgente. Si llega a ser ordinario, lo mismo sacan la nota cuando el padre Sobrino llevara años criando malvas.

4- Dudo muchísimo que la nota sirva para que los que han leído los libros de Sobrino cambien su opinión sobre los mismos. Dudo aun más que la notificación sirva para que alguien, si es que existe ese alguien, abandone la idea de leerlos. Lo único que espero es que si alguna de las obras era usada para la formación de seminaristas, deje de serlo. Pero, para ser sincero, tampoco me hago muchas ilusiones al respecto. Y además, me importa bien poco, pues si a quienes debiera importar no parecen muy preocupados, menos yo.

Total, que el mundo sigue girando y mañana el sol saldrá por donde siempre. Et nihil novum sub sole.

Luis Fernando Pérez Bustamante