La nueva versión oficial de la Biblia, buena noticia
Entre las cosas que cabe destacar del discurso de monseñor Rouco Varela en la apertura de la Asamblea Plenaria de la CEE, está sin duda el siguiente anuncio:
Es providencial que ahora, cuando ha tenido lugar la Asamblea Sinodal sobre la Palabra de Dios y cuando esperamos una Exhortación del Papa sobre este mismo tema, en pleno Año Paulino, estemos a punto ya de aprobar la versión oficial de la Biblia de la Conferencia Episcopal.
Es decir, lo católicos españoles vamos a tener una nueva versión de las Escrituras. Una versión oficial. Eso no significa que el resto de Biblias no sean válidas, pero es recomendable que el común de los católicos usen y conozcan una sola versión, que ha de ser la que sirva de referencia para las lecturas durante la liturgia. Esto tiene más importancia de lo que pueda parecer.
Lo demuestra el hecho de que desde hace casi medio siglo los protestantes evangélicos de lengua española usan en un 90% la Reina Valera del 60, que no ha logrado ser sustituida por otras versiones posteriores. Y a la hora de empaparse de la Escritura, es de gran ayuda leer siempre el mismo texto. Sería de desear que esta nueva versión oficial sea el texto bíblico definitivo -no conviene cambiar cada poco tiempo- para los católicos españoles. El hecho de que hace poco se haya publicado una Biblia interconfesional, que se supone que es de carácter ecuménico, no es excusa para que la Iglesia en España tenga SU Biblia. Sería ingenuo proponer el uso generalizado de esa versión interconfesional dado que es de todo punto imposible que los evangélicos españoles dejen de usar la RV60.
Lo único que pediría es que no se limiten a sacar una versión en papel de la Biblia. Junto con el libro debe de aparecer un buen DVD que sirva de complemento y que posibilite, por ejemplo, la búsquedas de versículos, el “cut and paste” de los mismos, etc. Una herramienta así sería de utilidad para los sacerdotes que escriben sus homilías, así como para todo aquel que por la razón que sea utiliza la Biblia con asiduidad.
Luis Fernando Pérez Bustamante