Impresionante "operación rescate" a favor del PP

Cuando la Mesa del Congreso votó este martes sobre la admisión a trámite de una iniciativa de ICV en la que propone que se reprueben “públicamente” las declaraciones efectuadas por el Papa Benedicto XVI sobre el SIDA y el uso del preservativo en su reciente viaje por África, los miembros del Partido Popular que forma parte de esa “mesa” se dividieron. Dos votaron en contra, dos a favor. Eso ya indica que por mucho que Ana Pastor, junto con Celia Villalobos votó a favor, vaya ahora de programa de radio en programa de radio justificando su actuación asegurando que no podía hacer otra cosa, la realidad es que sí que podía haber votado en contra. Es más, ella sabe perfectamente que si es el PP quien presenta una iniciativa similar en relación a Castro, Chávez o el mismísmo presidente de Irán, la totalidad de los diputados de izquierda de esa mesa habrían votado en contra. Así que, doña Ana, a otro perro con ese hueso. Por mucho que le hagan entrevistas facilonas para ayudarle a salir del hoyo en el que se ha metido, se le ha visto el plumero. Aunque, a decir verdad, algunos ya se lo vimos cuando siendo ministra de Sanidad aprobó la matanza de embriones humanos sobrantes de la fecundación “in vitro". Cosa ciertamente peculiar en alguien que “presume” de haber estudiado en un colegio de monjas.

Lo que resulta curiosísimo es la campaña de lavado de imagen del PP que algunos medios han emprendido hoy. Sobre todo La Razón, que titula con un “`No´ categórico del PP a la reprobación al Papa". Hombre, sólo faltaba que encima votaran sí en masa a esa reprobación. El diario que dirige Marhuenda se basa para dar ese titular en “fuentes de la dirección del Grupo Popular". Y escriben que “la «plana mayor» del principal partido de la oposición rechazó ayer tajantemente, a preguntas de este periódico, la «extravagante» propuesta que la Mesa del Congreso calificó el pasado martes". El caso es que no nos dan los nombres y apellidos de esas fuentes. Y eso de la plana mayor queda muy bien pero que yo sepa no ha habido ningún comunicado oficial del partido distanciándose de lo que Ana Pastor y Celia Villalobos han hecho. A mí me da la sensación de que hay un cambio de papeles. Debería ser el propio PP de forma oficial, y no la prensa dócil al mismo, quien tiene que aclarar las cosas. Si se han dado cuenta que han metido la pata, y está claro que la han metido, que la saquen ellos. Y si no son capaces, que se queden cojos.

En realidad, lo que ocurre es que el PP, en relación con la Iglesia Católica y los valores que defiende, hace mucho tiempo que está jugando a dos bandas. Por un lado están los chicos buenos, con aspecto beatífico y discurso pastueño que amansa las fieras, y por otro los que compiten con la izquierda en el terreno del anticlericalismo de baja estofa. Todavía me acuerdo de lo que dijo Gallardón, siendo presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, en relación a las sentencias que daban la razón a los obispos que habían apartado del profesorado de religión a divorciados vueltos a casar. Don Alberto fue el primero en poner el grito en el cielo, lanzando un claro y nítido aviso a los obispos madrileños al declarar que no le gustaría que casos similares aparecieran en la Comunidad de Madrid, que tenía ya transferidas las competencias sobre Educación. Vamos, parecía un “carnicero” cualquiera.

Son muchos los eclesiásticos y aún más los fieles católicos que todavía no son conscientes de que el Partido Popular no es de fiar en todo lo que tiene que ver con el modelo de sociedad, a favor de la cultura de la vida, que defendemos gran parte de los que somos de Cristo y de su Iglesia. La idea de “izquierda mala versus derecha buena” no tiene sentido cuando esa derecha es el más claro ejemplo de esa tibieza que Cristo tanto detestaba. Desde el reconocimiento de que somos minoría, debemos luchar para que al menos tengamos a alguien que nos represente de verdad allá donde reside la soberanía popular. Cuanto antes neguemos el voto a quienes ni siquiera tienen claro que el parlamento que pagamos todos no puede dedicarse a debatir sobre si ofende o no al Papa, mejor nos irá. El discurso del mal menor y el voto útil es ya, a día de hoy, un mal mayor.

Luis Fernando Pérez Bustamante