InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Secularización interna de la Iglesia

28.06.11

Dios de Dios, luz de luz... o no eres cristiano

A lo largo de los evangelios son muchas las ocasiones en las que Jesucristo mantiene un diálogo “a solas” con sus discípulos. El Señor no sólo predicada el evangelio al pueblo de Israel, sino que a su vez iba formando a los apóstoles en todo lo necesario para que la fe cristiana volara alto, alcanzando el grado sumo de la Revelación de Dios para los hombres. Como explica el autor de Hebreos al principio de su carta (Heb 1,1-2), todo lo que Dios nos tenía que decir, nos lo dijo en Cristo. De hecho, cuando llega el Espíritu Santo, lo que hace es dar testimonio del Hijo de Dios (Jn 15,26).

Estaremos todos de acuerdo en que para ser cristiano hay que saber bien quién es Cristo. No sólo qué fue lo que hizo y lo que enseñó, que también, sino sobre todo, quién fue, quién es, quién será por siempre. Por ello resulta esencial lo acontecido en Cesarea de Filipo, cuando el Señor hizo la pregunta clave a sus discípulos. Lo leemos en el evangelio de Mateo:

Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?” Ellos dijeron: “Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas".
Él les dijo: “Y vosotros ¿quién decís que soy yo?”
Mat 16,13-15

En las palabras de Cristo y la primera respuesta de los discípulos vemos que la gente no era todavía consciente de la verdadera identidad de Aquel que iba predicando el evangelio, perdonando pecados y realizando todo tipo de milagros. A todo lo más que llegaban era a considerarle un gran profeta, un hombre de Dios. ¿Podía ser que le ocurriera lo mismo a sus discípulos? El primero (protos) de ellos contesta en nombre de todos:

Simón Pedro contestó: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo".
Replicando Jesús le dijo: “Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos".
Mat 16,16-19

En la respuesta de Pedro y las palabras consiguientes de Jesús está presente el alma de la fe católica. Pedro, iluminado por el Padre, confiesa quién es Cristo y Cristo confiesa quién es Pedro y su papel en la Iglesia. Desgraciadamente son muchos los cristianos que no aceptan las palabras de Cristo sobre Pedro, pero todos, sin excepción, aceptan las palabras de Pedro sobre Cristo, de tal manera que quien no cree en ellas no puede ser considerado como cristiano.

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25.06.11

El Patriarca de Lisboa no debe seguir siendo cardenal

El Cardenal José da Cruz Policarpo ha decidido que él puede oponerse a la doctrina católica sobre el sacerdocio reservado para los hombres y ha realizado unas declaraciones que podría firmar cualquier protestante de tres al cuarto. Según él, la doctrina católica sobre el sacerdocio a posición de la Iglesia católica se basa mucho en el Evangelio, no tiene la autonomía de un partido o de un gobierno “se basa en la fidelidad hacia el Evangelio, hacia la persona de Jesús y hacia una tradición muy fuerte que proviene de los apóstoles“, pero eso no le debe parecer suficiente, porque cree que la Iglesia puede ordenar mujeres.

De hecho, se permite el “lujo” de contradecir al Beato Juan Pablo II, quien en su carta apostólica Ordinatio Sacerdotalis, dejó zanjada esta cuestión con unas palabras que rozan el rango de dogma de fe, quedándose en el escalafón inmediatamente anterior. Dijo el Papa:

Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.

Y por si quedara alguna duda, la Congregación para la Doctrina de la Fe respondió a un dubium sobre la cuestión:

Respuesta a la pregunta acerca de la doctrina contenida en la Carta Apostólica “Ordinatio Sacerdotalis”

Preg.: Si la doctrina, según la cual la Iglesia no tiene facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, propuesta en la Carta Apostólica Ordinatio Sacerdotalis como dictamen que debe considerarse definitivo, se ha de entender como perteneciente al depósito de la fe.

Resp.: Afirmativa.

Esta doctrina exige un asentamiento definitivo puesto que, basada en Palabra de Dios escrita y constantemente conservada y aplicada en la Tradición de la Iglesia desde el principio, ha sido propuesta infaliblemente por el Magisterio ordinario y universal (cf. Conc. Vaticano II, Const. dogm. Lumen gentium, 25, 2). Por consiguiente, en las presentes circunstancias, el Sumo Pontífice, al ejercer su ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32) ha propuesto la misma doctrina con una declaración formal, afirmando explícitamente lo que siempre, en todas partes y por todos los fieles se debe mantener, en cuanto perteneciente al depósito de la fe.

Sin embargo, este cardenal asegura que “la cuestión no se puede resolver así. Teológicamente no hay ningún obstáculo fundamental; existe esta tradición, digamos: no se ha hecho nunca en otro modo“.

Pues bien, yo pienso que este señor no puede seguir siendo cardenal ni un día más. Pienso que el Papa debería de llamarle a capítulo a Roma, exigirle una retractación y de paso retirarle el capelo.

Bastante tiene la Iglesia con combatir a los que atacan sus enseñanzas desde fuera como para tener que soportar en su seno a cardenales que públicamente le quitan la razón a la carta apostólica de un Papa. Y da igual que ese Papa ya haya muerto.

¿Ocurrirá lo que yo creo que debe de ocurrir? Lo dudo, pero espero que al menos se produzca alguna reacción por parte de la Santa Sede. Porque una cosa es clara. Esto no puede seguir así. Si un príncipe de la Iglesia puede chotearse de la doctrina de la Iglesia sin que pase nada, la misma no tendrá autoridad moral, aunque sí canónica, para aplicar sanción alguna a herejes y heterodoxos de todo tipo y pelaje.

Luis Fernando Pérez Bustamante

21.06.11

Que dicen en Roma que ya se han enterado de lo de Cataluña

Pues sí, en Roma ya saben que la Iglesia está presente en el patronato de algunos hospitales de Cataluña que practican abortos. Y sí, parece que a la Santa Sede le preocupa el asunto. Pero no, Roma no ha tomado ninguna medida efectiva para poner fin a semejante barbaridad. Y no, la carta de la que se hace eco el ABC en su edición de hoy, y que recogemos en InfoCatólica, no supone un cambio esencial en la cuestión. Porque por muy monseñor que sea Mons. Jean Marie Mupendawatu, no deja de ser el subsecretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud. Y un subsecretario es… eso, un subsecretario. Ni siquiera es obispo. Mucho menos arzobispo y cardenal.

En otras palabras, si el P. Custodio Ballester, cuyo testimonio, valentía y coraje apostólico en este asunto son dignos de alabanza y de agradecimiento por parte de quienes amamos a la Iglesia y defendemos el derecho a vivir, se acerca a su arzobispo, el cardenal Sistach, y le enseña la carta de Roma, el prelado le puede decir: “¿Esto de quién es? Ah, veo, ¡ni más ni menos que de todo un subsecretario! Vale hijo, déjala ahí encima de ese montón de papeles, que luego le echaré un vistazo“.

Y mientras tanto, la Iglesia en Cataluña -o sea, la Iglesia- seguirá presente en los patronatos de hospitales donde se practican abortos. De hecho, hay quien se malicia de que el día menos pensado veremos al P. Manel Pousa de capellán de alguno de esos hospitales. Pura coherencia pastoral, señores míos.

Exsurge, Domine, et iudica causam tuam

Luis Fernando Pérez Bustamante

19.06.11

Olegario cae en la trampa de José Manuel Vidal

Hace unos días se hizo pública la concesión del Premio Ratzinger, de reciente creación, a tres teólogos católicos. Entre ellos se encuentra el P. Olegario González de Cardedal, sacerdote y teólogo abulense. Muchos se han alegrado por ello. Otros decidieron mantener un prudente silencio. Y finalmente, los que viven e incluso trabajan profesionalmente por y para conseguir el triunfo de la secularización de la Iglesia, vieron el cielo abierto y le tendieron una trampa al propio Olegario. El insigne teólogo cayó en ella.

En la Sala de Prensa vaticana, en la presentación del Premio, el periodista y bloguero Andrés Beltramo, cuyo blog tenemos el placer de alojar en nuestro portal, tomó la palabra en el turno de preguntas. Copio acá lo que él explica en su blog:

“El autor de estas líneas preguntó al cardenal Camillo Ruini (presidente del comité científico de la Fundación Joseph Ratzinger-Benedicto XVI) sobre los criterios de selección de los premiados, haciendo referencia a que el pensamiento cristológico de González de Cardedal “ha sido debatido y criticado en su país”. En la interrogante no se mencionaron nombres propios ni se hizo alusión a la supuesta “heterodoxia” del teólogo. Nada de eso.

“La respuesta de Ruini fue simple: “el debate es la sal de toda disciplina, incluso los grandes teólogos de la historia eran criticados; si la cristología de Olegario es debatida es una buena señal, quiere decir que su pensamiento es relevante”. Y nada más. Cero polémica, cero controversia. Hasta aquí los hechos.”

Alguien, supongo que José Manuel Vidal, debió decirle a Olegario que en Roma hubo un periodista que osó hacer mención de los diversos artículos publicados por teólogos españoles sobre su cristología. Y comoquiera que se conoce el nombre de dichos teólogos, dieron por hecho que los mismos se habían lanzado a tumba abierta para llevar a cabo una campaña contra González de Cardedal. Don Olegario ha comprado esa mentira y ha lanzado una acusación sin fundamento contra el P. José Antonio Sayés y contra el P. José María Iraburu. Ah, y de paso, contra el Opus Dei, que supongo que pasaba por allí y le tocaba recibir el palo nuestro de cada día que lleva recibiendo la Obra en las últimas décadas.

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7.06.11

Mons. Novell es un obispo germinante aunque no lo sepa

Obispo SolsonaBruno Moreno ha realizado una magnífica entrevista al obispo de Solsona, Mons. Xavier Novell, que hemos publicado hoy en InfoCatólica. Y aunque toda ella no tiene desperdicio, hay un párrafo en concreto que es para enmarcar:

En tercer lugar, tolerancia cero con la actitud de contemporizar con personas que permiten e impulsan la secularización interna de la Iglesia. A mi juicio, eso nos ha hecho un daño impresionante. Para no enfrentarnos, para que el obispo sea simpático, para que el sacerdote tal no se ponga en contra, los laicos, quedar bien… La secularización interna en el sentido de gente que está en grupos de Iglesia que no tiene experiencia de encuentro con Cristo, que tiene una versión de fe muy contemporizadora. Hay que tener siempre mucha comprensión, ayudando a estas personas, pero no confiándoles responsabilidades de movimientos, de grupos, de parroquias ni de nada de eso, porque eso, entre otras cosas, es lo que ha hecho que nuestras parroquias decaigan de modo espectacular.

No recuerdo a ningún obispo español hablando de forma pública y tan clara sobre el cáncer de la secularización interna en la Iglesia. Reconoce que nos ha hecho mucho daño, advierte que no se puede contemporizar con sus causantes, de quienes dice que deben ser objeto de cuidado pastoral a la vez que se les aleja de cualquier tipo de responsabilidad eclesial.

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