InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Cristo

28.11.16

No es necesario volver a traicionar a Cristo en China

Prácticamente todo el mundo sabe, incluso los no creyentes, cómo fue la conversión de San Pablo. Aparece en el libro de Hechos:

Saulo, respirando todavía amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse encadenados a Jerusalén a los que descubriese que pertenecían al Camino, hombres y mujeres.
Mientras caminaba, cuando ya estaba cerca de Damasco, de repente una luz celestial lo envolvió con su resplandor.
Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:«Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?».
Dijo él:  «¿Quién eres, Señor?».
Respondió: «Soy Jesús, a quien tú persigues.
Hech 9,1-4

De ese relato hay un aspecto que debemos tener muy en cuenta. Quien persigue a los cristianos, persigue al mismo Cristo. El propio Señor lo deja muy claro. San Pablo estaba en plena campaña de acoso, derribo y aniquilación contra los discípulos. Y era bastante existoso. Cuando Cristo le tira al suelo, le dice que es a Él a quien está persiguiendo. Y el mismo Dios que permitió que Saulo persiguiera a su Iglesia le convirtió, por su gracia, en su apóstol más fructífero. 

Lo que vemos hoy en muchas partes del mundo, allá donde los cristianos son maltratados, secuestrados, encarcelados, torturados y asesinados, es exactamente lo mismo. Son la gloria de la Iglesia estén donde estén. No hay nada más precioso a los ojos de Dios que nuestros mártires y confesores.

La dictadura comunista china está llenando el cielo de hijos de Dios que han pasado toda una vida siendo fieles a Cristo en medio de la persecución. Y no sólo a Cristo sino a su Vicario. Obispos, sacerdotes y seglares han preferido afrontar la cárcel antes que unirse a la “Iglesia” patriótica que controla y maneja la dictadura comunista. 

Es por ello que esos cristianos ven con espanto la posibilidad de que desde Roma, precisamente la sede del Vicario de Cristo, se quiera pactar con sus perseguidores. Lo ven, con razón, como una traición. Esperemos que la misma no se produzca. Los argumentos a favor del pacto/traición son siempre atrayentes. Nos los quieren vender como algo positivo, como algo que ayudará al crecimiento de la Iglesia en el gigante asiático. 

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8.10.16

San Francisco no sabía halagar los pecados de nadie

Ahora que algunos sucesores de los apóstoles son tan “modernos” que prostituyen la fe católica de forma pública, sin que sus hermanos en el episcopado les reprendan, creo que viene bien saber lo que nos cuenta San Buenaventura de una de las características de San Francisco de Asís

Y como primero se convencía a sí mismo con las obras de lo que quería persuadir a los demás de palabra, sin que temiera reproche alguno, predicaba la verdad con plena seguridad. No sabía halagar los pecados de nadie, sino que los fustigaba; ni adular la vida de los pecadores, sino que la atacaba con ásperas reprensiones. Hablaba con la misma convicción a grandes que a pequeños y predicaba con idéntica alegría de espíritu a muchos que a pocos.

Ya ven ustedes que el santo con más fama de ser todo dulzura y comprensión no se andaba por las ramas a la hora de afrontar las situaciones de pecado ajenas. Una Iglesia que no hiciera tal cosa, no sería la verdadera Esposa del Cordero:

Ap 21:2 
Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se ha adornado para su esposo.

La verdadera esposa no puede ser esa que anda buscando amantes con los que fornicar, esa que se exhibe cual ramera que anhela el aplauso del mundo, prostituyendo el mensaje del evangelio a fin de que no sea instrumento de salvación para los que viven en pecado y en depravación.

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25.05.16

Venid a mí y yo os aliviaré

Si un ser querido y/o tú mismo estáís pasando por una enfermedad grave, dolorosa, tanto si es curable como si no:

Mat 11,28
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.

Si estás pasando por dificultades económicas importantes, y no sabes si mañana tendrás el pan nuestro de cada día:

Mat 11,28
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.

Si estás pasando por una crisis matrimonial de la que no sabes cómo salir:

Mat 11,28
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.

Si temes caer en el pozo de la depresión, sea por la razón que sea:

Mat 11,28
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.

Si te angustia la situación en tu país:

Mat 11,28
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.

Si te angustia la situación en el mundo:

Mat 11,28
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.

Si te angustia la situación en la Iglesia:

Mat 11,28
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.

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18.04.16

Quédate al lado del Buen Pastor y nadie te apartará de Él

El evangelio de ayer, cuarto domingo de Pascua, es una de las lecturas más cortas del año litúrgico pero, a su vez, una de las más reconfortantes:

Juan 10,27.30
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno»

¡Qué paz da saberse protegido por el Buen Pastor! ¡Qué tranquilidad para nuestras almas el comprobar que nada nos puede separar de Él, porque Él es quien nos cuida!

Como dice San Pablo:

Rom 8,38-39
Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las cosas presentes, ni las futuras, ni las potestades,  ni la altura, ni la profundidad, ni cualquier otra criatura podrá separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Todo lo que debemos hacer es, por gracia, permanecer fieles a Cristo. E incluso eso es un don que se nos concede, pues es Dios quien produce en nosotros el querer estar a su lado y el poder permanecer en su regazo (Fl 2,13).

Si estamos pegados a Cristo, da igual que haya una tormenta de confusión rodeándonos. Da igual que alrededor nuestro todo tiemble y parezca venirse abajo. Él es la Roca fime a la que agarrarse, el Cirineo que nos ayuda a sobrellevar nuestras cruces.

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6.04.16

Maciel, Figari y alguno más, como síntoma

A lo largo de la historia muchos hombres y mujeres de Dios han fundado órdenes y congregaciones religiosas. Si algo tenían en común todos ellos era su condición de santos. No todos han llegado a los altares, pero sí la inmensa mayoría.

Sin embargo, en el último medio siglo estamos asistiendo a un fenómeno extrañísimo, que no tiene parangón. Los fundadores de algunas nuevas “realidades” eclesiales eran auténticos crápulas, personajes indeseables que en condiciones normales no habrían fundado ni una asociación parroquial de tiempo libre.

El caso de Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, fue el primero en ser conocido. Ahora le toca el turno a Luis Figari, fundador del Sodalicio de Vida Cristiana. Y todo indica que en breves meses vamos a asistir a un tercer caso.

En esas situaciones se ha dado además una circunstancia parecida. El encubrimiento y la complicidad de las personas más cercanas a esos líderes y la falta de diligencia de la propia Iglesia en poner fin a su presencia en la vida pública. Y también hay otro factor en común: el abuso de autoridad de esos sujetos.

Ni que decir tiene que la mayor parte de los miembros de esas organizaciones eclesiales, sean sacerdotes, religiosos o seglares, son gente de bien, fiel a Cristo y a la Iglesia. De hecho, en buena medida son víctimas del descrédito que no han provocado ellos.

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