InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Anti-magisterio

5.01.10

¿Piensan los Cristianos Socialistas que los demás somos imbéciles?

Yo entiendo que debe ser difícil ser católico de verdad y pertenecer a un partido que está llevando a cabo un programa de ingeniería social radicalmente contrario a la moral y a la cosmovisión católica. Ahora bien, no creo que sea tan difícil el no tomar al personal por imbécil, por estúpido, por gilipuertas. Y sin embargo, eso es lo que acaba de hacer uno de los portavoces de Cristianos Socialistas, un tal Jordi López Camps. El tío va y dice que la nueva ley del aborto “no reconoce el derecho al aborto; es decir, no reconoce el aborto como derecho, porque entra en conflicto con el derecho del ‘nasciturus’. Ni en la exposición de motivos ni en la propia ley se dice que el aborto sea un derecho; se habla del derecho de una mujer a interrumpir su embarazo, no de que el acto en sí del aborto sea un derecho. El matiz es diferente“. Ahí queda eso, sabueso. Tócate las narices. Y si no te lo crees, revientas.

Lo que es evidente es que estos “cristianos socialistas” son muy socialistas y nada cristianos. Un cristiano jamás puede estar a favor de la nueva ley del aborto, por mucho que lo disfracen de “derecho de la mujer a interrumpir su embarazo“. Pero estos mercenarios de la política pretenden presentarse a sí mismos como católicos. Es por ello que, como llevo diciendo desde antes de que se reabriera la polémica sobre el aborto en España, creo que la Iglesia debería de ir más allá. No basta con que se les niegue el acceso a la comunión eucarística a los políticos católicos que votan esas leyes. Habría que cambiar el Código de Derecho Canónico y decretar su excomunión. Ellos, al dar razones para que la conciencia de muchos se corrompa, hacen mucho más daño a la causa de la vida que los particulares que abortan. Si se excomulga a la mujer que aborta, que se excomulgue al político que afirme que eso es un derecho. Y una vez excomulgados, ya no cabe duda alguna sobre si pueden comulgar o no. Ahora bien, eso sólo lo puede decidir Roma.

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4.01.10

¡Bono, santo súbito!

¡Bono es grande! ¡Bono es único! ¡Bono es de los nuestros! ¡Bono es nuestra bandera! ¡Deberían ponerle un altar! (no es coña, no… ¡¡LEAN!!). ¡Viva Bono! Y…. ¡Qué malos son los que condenan a Bono! ¡Qué irresponsables son nuestros obispos! ¡Cobardes! ¡Qué gentuza son los ultra-católicos, carcas, tridentinos y cavernícolas!…. la izquierda eclesial ha salido en tromba a defender a su profeta de la Carrera de San Jerónimo. Están dispuestos a dar la cara por él, a atacar a quienes osen negarle la comunión, a darle ellos mismos la comunión aunque el mismísimo Papa lo prohíba, a lo que sea. Desde sacerdotes como el padre Ángel -¡otra vez!- o Pedro Miguel Lamet al periodismo eclesial de extrema izquierda. Incluso desde el blog de las dos mentiras en su título, se defiende a Bono, se ataca a los obispos y, faltaría más, a quienes les apoyamos. Incluso hay una monja que le postula como sucesor de Zapatero al frente del PSOE, lo cual lo mismo disgusta a ese prohombre del catolicismo socialista gallego llamado José Blanco. Sólo falta que el abad montillesco vuelva a decir que lo mismo Bono tiene razón en votar a favor de la nueva ley del aborto.

Pues ya lo ven, señores obispos. Esto es lo que hay. Esta es la cosecha de lo que se plantó décadas atrás. Este es el verdadero rostro de la secularización interna de la Iglesia. Sacerdotes, periodistas y pseudo-católicos que aseguran que el modelo ideal de político católico es quien les llevó la contraria en la cuestión del matrimonio gay y se la lleva al votar sí a la nueva ley del aborto. Y si ustedes osan ir más allá de lo acostumbrado e insisten en que eso no puede ser, en que no se puede ser católico y votar a favor del aborto, toda esa retahíla de desechos del catolicismo post-conciliar se les echa encima cual leones hambrientos sueltos sobre los mártires por la verdad.

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3.01.10

La teología moral liberal es la peor rama del liberalismo teológico

Hay cristianos que piensan que Satanás es el peor enemigo del hombre. Que el príncipe de la mentira tiene especial interés en llevarnos hacia la perdición. Ciertamente los ángeles caídos buscan arrastrar a la humanidad hacia el pozo del infierno al que están destinados, pero el principal enemigo del hombre no es Lucifer y su corte angélica, sino el pecado. Lo que nos separa de Dios no es la actividad de los ángeles de las tinieblas, sino las decisiones morales que tomamos y que atentan contra la santidad, “sin la cual, nadie verá a Dios” (Heb 12,24). Por más que seamos tentados por circunstancias “exteriores", el pecado es un acto propio, no atribuible a nadie más que a nosotros mismos. Al fin y al cabo, “fiel es Dios, que no permitirá que seáis tentados sobre vuestras fuerzas, antes dispondrá con la tentación el éxito, dándoos el poder de resistirla” (1ª Cor 10,13). Tenemos a nuestra disposición gracia más que suficiente para no pecar. E incluso “si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Jn 2,1).

Ciertamente Dios no nos quiere lejos de Él. No quiere que nos condenemos. Por ello el Padre envió al Hijo, que se hizo hombre para que el hombre pudiera tener de nuevo amistad con Dios: “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando” (Jn 15,14). Ya en tiempos del profeta Ezequiel, el Señor dijo: “Arrojad de sobre vosotros todas las iniquidades que cometéis, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de querer morir, casa de Israel? Que no quiero yo la muerte del que muere. Convertíos y vivid” (Ez 18,31-32).

Sabiendo, pues, que el pecado nos aleja de Dios y que la santidad es el camino hacia Él, ¿alguien duda de que el papel de la teología moral, y sus consecuencia pastorales, es fundamental para la salud del cristiano? El que quiere agradar a Dios, ¿no querrá saber también qué es lo que le disgusta para no incurrir en ello? El corazón sincero, ¿no buscará incluso conocer cuáles son sus pecados ocultos para que el Señor le libre de ellos (Ps 19,12)?

Sin embargo, vivimos en tiempos recios para las conciencias de los católicos. Si la teología liberal y modernista tiene una rama especialmente corrupta y peligrosa, esa es el de la teología moral. En vez de ayudar a la gente a formarse su conciencia para no pecar, busca la manera de convencer al personal de que lo que es pecado, en realidad no lo es. Es decir, los teólogos moralistas liberales hacen exactamente la labor contraria a la del Espíritu Santo (”y cuando él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado” Jn 16,8), son impedimento para que cumplamos el mandato de “sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial” (Mt 5,48) y cierran la puerta a la salvación, porque sin arrepentimiento verdadero, ¿cómo puede el Señor perdonar los pecados?: “Si decimos: `No tenemos pecado´, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia. Si decimos: `No hemos pecado´, le hacemos mentiroso y su Palabra no está en nosotros” (1Jn 1,8-10).

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2.01.10

Gran expectación en Santander ante las ponencias de san Atanasio, san Jerónimo y santo Tomás de Aquino

En Santander, capital de la tierra de mis abuelos maternos, se está celebrando durante el año académico 2009-2010 el XXVI Curso de Teología organizado por la Universidad de Cantabria, Santader 2016 (candidatura a la capital europea de la cultura) y la mismísima diócesis de Santander.

Pues bien, al leer quiénes son los ponentes para el próximo mes de marzo, nos encontramos con el siguiente plantel:

Día 9 de marzo, martes
Claves de la espiritualidad de Jesús
JOSÉ ANTONIO PAGOLA ELORZA
Director del Instituto Teológico y Pastoral, San Sebastián

Día 16 de marzo, martes
Discípulos y testigos de Jesús en la sociedad actual
RAFAEL AGUIRRE MONASTERIO
Profesor de Sagrada Escritura, Facultad de Teología, Universidad
de Deusto, Bilbao

Día 23 de marzo, martes
Significado de la resurrección de Jesús para
el hombre de hoy

JOSÉ IGNACIO GONZÁLEZ FAUS
Profesor Emérito de la Facultad de Teología de Cataluña y Director
del Área Teológica de Cristianismo y Justicia, Barcelona

Ahí los tienen, señores míos. San Atanasio, San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino. El primero, José Antonio Pagola, deja en mantillas al gran paladín de la divinidad de Cristo en tiempos de la ofensiva arriana. Rafael Aguirre Monasterio, otro de los que gusta de decir que está “en la frontera", hace palidecer al gran San Jerónimo en lo referente al dominio de la Sagrada Escritura. Y por último, el insigne y nunca bien ponderado José Ignacio González Faus, al lado de cuya obra teológica, la Summa de Santo Tomás es un comic de mala calidad y dudosa ortodoxia.

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31.12.09

El comunicado de la diócesis de Cartagena sobre el padre Masiá es un primer paso

La diócesis de Cartagena ha hecho público un comunicado, sin firma alguna, en el que se ponen los puntos sobre las íes en relación al escandaloso artículo del padre Juan Masiá Clavel, SI, publicado en el diario La Verdad de Murcia el 26 de diciembre. Yo habría deseado, sinceramente, que hubiera sido el propio obispo, Monseñor Lorca Planes, el firmante del texto, pero es evidente que el mismo lleva su aprobación y su mandato de publicación.

En todo caso, el comunicado es muy adecuado porque señala los errores teológicos de Masiá, presenta la doctrina de la Iglesia Católica citando el Catecismo y reconoce que el texto del jesuita, cuya intencionalidad se desconoce, causa escándalo en los fieles. La última frase, sabiendo lo que sabemos de la trayectoria del padre Masiá, puede parecer un brindis al sol, pero la Iglesia debe siempre dejar la puerta abierta a la conversión de los que causan escándalo en su seno.

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