InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Sociedad siglo XXI

17.09.16

Dice Walker que la Iglesia no es una

Matías Walker es vicepresidente de un partido chileno llamado Democracia Cristiana, que posiblemente tenga mucho de Democracia pero más bien nada de Cristiana. Resulta que su formación política apoya la despenalización del aborto en el país sudamericano. Lo cual le parece muy bien. Y no contento con eso, ha decidido que conviene atacar a los obispos que osan pronunciarse en contra de dicha despenalización. 

Para justificar sus ataques a los obispos ha utilizado una doble estrategia:

- Apelar a los sacerdotes religiosos Percival Cowley, scc, y Felipe Berríos, sj, que, cito, “entienden que en estos casos hay una realidad social muy compleja y cabe la posibilidad de votar en conciencia, sin dogmas absolutos“. O sea, a lo que se ve, esos religiosos creen que el derecho a la vida del no nacido no es un dogma absoluto.

- Relacionar a los obispos opositores al aborto con la figura del P. Karadima, apartado del ministerio sacerdotal por abusos sexuales.

En otras palabras, según este señor, en la Iglesia hay unos buenos, que aceptan una ley así, y otros malos, quedando su maldad demostrada por el hecho de que fueron dirigidos espirtualmente en su día por un sacerdote abusador.

Aun así, lo que más me llama la atención de las palabras de Walker es esta frase:

La Iglesia no es una sola -gracias a Dios, me permito agregar-, y en ella hay distintas visiones.

Lo lógico sería responder al político chileno con el Credo nicenoconstantinopolitano:

Creo en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica.

Pero claro, da la casualidad de que, efectivamente, en la Iglesia hay sacerdotes que se manifiestan públicamente en contra de sus enseñanzas sin que nadie haga absolutamente nada para apartarles del sacerdocio.

Es decir, tenemos una Iglesia en la que la doctrina sobre el derecho a la vida es muy clara. A su vez, tenemos sacerdotes, religiosos, que arremeten contra dicha doctrina. Con lo cual, muchos se preguntarán de qué sirve tener una doctrina buena si se permite que desde dentro se opine y se apoye lo contrario.

¿Puede ser UNA la Iglesia que admite en su seno que se predique una cosa y la contraria? ¿puede ser católica y apostólica? O, en otras palabras, ¿es la Iglesia Católica lo que dice ser?

Ciertamente lo es. Ni todos los Cowley, Berríos, Masiá y Forcades del mundo cambian una sola tilde de la doctrina católica. Pero el problema no son solo ellos. El problema son aquellos que, siendo sucesores de los apóstoles, no hacen lo que los apóstoles dijeron que había que hacer con los que introducen la herejía en la propia Iglesia. 

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14.09.16

Enhorabuena a los provida y profamilia peruanos que apoyaron a Kuczynski

Bravo muchachos, lo han conseguido ustedes. En base al mal menor prefirieron apoyar al señor Kuczynski (PPK), el amigo de Soros, para que pasara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y luego ganara a Fujimori. Y este ahora va a llenar el país de uniones homosexuales y de abortos legales (vía píldora del día después).

He de reconocer que no han sido ustedes originales. En España sabemos mucho de eso. La idea es siempre la misma: Mal menor. Aquí el mundo provida y profamilia ha seguido el modelo “vamos a votar o apoyar a estos, que parecen menos abortistas y más profamilia que aquellos. Nunca podemos apoyar a los que en realidad creen lo mismo que nosotros porque no van a salir diputados y es tirar el voto". Han preferido tirar la conciencia que el voto. Han preferido apoyar y votar el mal, aunque se llame menor, que el bien. 

En el caso de Perú, fue especialmente lamentable ver a quienes durante años protagonizaron noticias y entrevistas defendiendo el derecho a la vida y la institución familiar venderse por un plato de lentejas de falsas promesas. Unas lentejas que han ido a parar a la cazuela de los lobbies gays y abortistas. Esa gente, cuyos nombres no voy a revelar pero todo el mundo conoce, ha perdido toda autoridad moral para salir ahora a reivindicar los valores que ellos entregaron en manos de PKK. Lo mejor que podrían hacer es tener la decencia de callarse, de esconderse, de mirar para otro lado.

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2.09.16

¿Qué pueden hacer los padres ante una clase política que pisotea sus derechos?

A pesar de que el sentido común indica que los padres son los principales responsables de la educación de sus hijos, de forma que la escuela es un complemento necesario, pero no superior, en esa tarea, y a pesar de que la constitución española dice, en su artículo 27.3 que “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones“, lo cierto es que la clase política española con representación parlamentaria está empeñada en cargarse ese derecho.

Da igual que esa clase política sea de izquierda, centro o “derecha". Todos se ponen de acuerdo en cargarse la patria potestad en materia de educación en valores. Se da además la circunstancia de que la politización de la justicia convierte en bastante quimérica la idea de que el poder judicial haga algo para evitar ese atropello totalitario.

En San Fernando (Cádiz, Andalucía), se van a impartir a los críos unos talleres de ideología de género. Algunos padres están recogiendo firmas para pedir que no se haga tal cosa. Pero no cabe esperar de la consejería de educación del gobierno andaluz la retirada de dichos talleres. Ante ello, esos padres, supongo que mayormente cristianos y católicos tienen varias opciones:

1- Tragar y pasar del tema. 

2- Tragar e intentar contrarrestar en casa lo que se les enseña en el colegio. Se dirá que eso puede provocar que los críos se sientan confundidos, pero siempre será mejor que dejar que acepten como bueno lo que para Dios es malo.

3- Negarse a que sus hijos acudan a esos talleres, dejándoles en casa mientras se celebran. Pero es altamente probable que el estado use medidas coercitivas para impedir esa acción.

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16.08.16

Señor Zambrano, ¿sabe qué le digo? ¡Viva Cristo Rey!

Al presidente de la Cámara de Diputados de México, D. Jesús Zambrano Grijalva no le gusta que la Iglesia haga de Iglesia. No le gusta la libertad religiosa (obligatoriamente orientada a la verdad). Y no le gusta la libertad de expresión. En realidad, todo se resume en que no le gusta Cristo. 

Resulta que la Iglesia en México se opone a que se legalice el “matrimonio” homosexual en todo el país. O sea, exactamente lo mismo que hace la Iglesia en todas partes, salvo quizás en algunas diócesis concretas de Centro Europa, infectadas hasta los tuétanos de la apostasía generalizada que se nos viene encima. La diferencia es que en México siguen coleando las leyes totalitarias que pretenden amordazar a la Iglesia de Cristo. Si un obispo dice algo en contra de alguna ley emanada del parlamento nacional o los parlamentos estatales, le pueden acusar de meterse en política, lo cual es penalizado hasta con la cárcel. En todo caso, parece que hay obispos, como el de Cuernavaca, dispuestos a tomar el testigo de aquellos cristeros que no temieron enfrentarse a un poder déspota que quería aplastar la fe católica en la tierra de la Virgen de Guadalupe y San Juan Diego.

En España también sabemos de eso. Los obispos que claman públicamente contra las leyes inicuas de ingeniería social, son acusados ante la fiscalía y los tribunales por parte del lobby LGTB y/o sus patrones políticos. Lo que ocurre es que aquí, a diferencia de en México, un obispo todavía puede defender lo que le venga en gana siempre que tenga sustento en la fe y moral católicas. Digo todavía porque es cuestión de tiempo que la práctica totalidad de la casta política española haga tal cosa poco menos que imposible. Ahí tienen ustedes, sin ir más lejos, las leyes autonómicas que bajo el pretexto de defender los derechos del colectivo LGTB quieren imponer la censura sobre la enseñanza católica acerca del matrimonio y la moral sexual.

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11.08.16

Ideología de género. El Papa tiene razón: tanta coincidencia no es casual

España, Colombia, Argentina y lo que está por venir. En esa escalera de la muerte que llevamos años escalando, el peldaño de la ideología de género es el que está de moda. Es por ello muy necesario difundir por todas partes las palabras del papa Francisco a los obispos polacos:

«En Europa, América, América Latina, África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y una de estas – lo digo claramente con nombre y apellido – es el ‘gender’. Hoy a los niños – a los niños – en la escuela se enseña esto: que cada uno puede elegir el sexo. ¿Por qué enseñan esto? Porque los libros son los de las personas y de las instituciones que dan el dinero. Son las colonizaciones ideológicas, sostenidas también por países muy influyentes. Y esto es terrible. Hablando con Papa Benedicto, que está bien y tiene un pensamiento claro, me decía: ‘Santidad, esta es la época del pecado contra Dios creador’. Es inteligente. Dios ha creado al hombre y a la mujer; Dios ha creado al mundo así, así, y nosotros estamos haciendo lo contrario. Dios nos dio un estado ‘inculto’ para que nosotros lo transformáramos en cultura; y después, con esta cultura, hacemos cosas que nos devuelven al estado ‘inculto’. Lo que ha dicho el Papa Benedicto tenemos que pensarlo: ‘Es la época del pecado contra Dios creador‘».

Hay quien sugiere que sería mejor que el Santo Padre dijera lo mismo de forma más pública y no en un encuentro con obispos. Pero el caso es que lo ha dicho y toca a la prensa católica aprovechar que lo ha dicho. Si nosotros no difundimos ese mensaje tan claro, ¿quién lo va a hacer? ¿los medios que solo citan al Papa cuando creen que dice algo que gusta al establishment socio-cultural reinante?

De toda esta movida perversa, la peor parte es el intento de adoctrinar a los niños contra el criterio moral de sus padres. Bien saben los hijos del Príncipe de este mundo (Efe 2,2) que para lograr su objetivo es necesario conquistar la mente y el alma de los más pequeños. Y si para ello tienen que cargarse el derecho paterno y la escuela cristiana -la de verdad, no solo la de nombre-, lo harán. 

Si los padres se oponen, les quitarán a sus hijos, como ya está ocurriendo en algunos países. Y si los centros católicos intentan sortear esas leyes inicuas, los sancionarán y los cerrarán. Decir esto no es ser profeta de calamidades. Es tener los ojos bien abiertos y mirar lo que está pasando.

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