Silvano, desde Athos (VII)

Retomo los posts con la selección de textos de la obra de Silvano (s. XX), un monje del Monte Athos, el centro de espiritualidad monástica ortodoxa más importante del mundo:

Heme aquí, entristecido porque no soy humilde. El Señor no me da la fuerza para crecer espiritualmente y mi espíritu impotente se apaga como una débil luz. Al contrario, el espíritu de los santos, era como un incendio, y no se apagaba con el viento de las tentaciones, sino que quemaba aún más. Por amor a Cristo, soportaron toda aflicción en la tierra; no se dejaron espantar por los sufrimientos y, en eso, glorificaron al Señor y el Señor los amó y los glorificó, y les dio el Reino eterno, en comunión con Él. 

Todavía hoy hay monjes que experimentan el amor de Dios y tienden, día y noche, hacia Él. Ellos socorren al mundo con su continua oración e incluso con su palabra escrita. Pero la preocupación de la salvación de las almas reposa sobre todo en los pastores de la Iglesia, que llevan en sí una tal gracia que nosotros nos maravillaríamos si pudiésemos ver una belleza semejante. Pero el Señor la oculta para que sus servidores no se enorgullezcan, sino que permanezcan humildes y se salven. 

Los hombres no saben nada de este misterio; pero San Juan el Teólogo dice claramente: “Seremos semejantes a Él". Y eso no será solamente después de la muerte, sino desde ahora, porque el Señor ha enviado su Espíritu a la tierra y Él está presente en nuestra Iglesia. 

Algunos dicen que los monjes deben servir al mundo para no comer su pan sin ganarlo. Pero sería necesario saber en qué consiste este servicio del monje, cómo debe ayudar al mundo. Ahora bien, el monje ora con lágrimas por el mundo entero y en esto consiste su obra principal. ¿Y qué lo empuja a orar y llorar por el mundo entero? Jesús, el Hijo de Dios, da al monje, en el Espíritu Santo: el amor -y su alma siente una continua angustia por los hombres, porque muchos no buscan la salvación de su alma. 

No deseo otra cosa que orar por los otros como lo hago por mí mismo. Orar por los hombres quiere decir: dar la sangre de su propio corazón. 

El alma que ora por el mundo sabe cuanto sufre y cuales son las necesidades de los hombres. La oración purifica el espíritu de tal suerte que el espíritu ve todo de una forma más clara, como si conociera al mundo por los periódicos. 

El Señor dice: “Aquel que peca es esclavo de su pecado". Se debe orar mucho para librarse de una tal servidumbre. Nosotros pensamos que la verdadera libertad consiste en amar a Dios y al prójimo con todo el corazón. La perfecta libertad es la habitación continua en Dios. 

Quien es perfecto no habla de sí sino que dice solamente lo que le enseña el Espíritu. 

No es la misión de los monjes servir al mundo con el trabajo de sus manos; esto es asunto de los laicos. Gracias a los monjes, la oración no cesa nunca sobre la tierra y esa es su utilidad para el mundo. El mundo existe gracias a la oración. Si la oración cesara, el mundo perecería. Si un monje es tibio en la oración, si no consigue vivir siempre en contemplación, que acoja a los peregrinos y ayude también a las personas del mundo con el trabajo de sus manos; esto también complace a Dios; pero entonces que sepa que esa no es la verdadera vida monástica.

El monje debe combatir sus pasiones y vencerlas con la ayuda de Dios. A veces el monje es bienaventurado en Dios, como si estuviese en el Paraíso; frecuentemente llora y ruega por la humanidad entera, animado por el deseo de que todos sean salvados. Por lo tanto, el Espíritu enseña al monje a amar el mundo. Tu dirás: puede ser que no existan más, en nuestros días, monjes que rueguen por todos los hombres; pero yo te digo que grandes desgracias y la destrucción misma del universo sobrevendrá si no hay orantes en el mundo. 

Como los santos apóstoles que anunciaron al pueblo la palabra de Dios y cuyas almas estaban por entero en Dios -porque vivía en ellos el Espíritu de Dios- así el monje contempla en espíritu la grandeza de Dios, aún encontrándose físicamente en una estrecha y pobre celda. El monje guarda su corazón para no ofender a su hermano y no contristar al Espíritu Santo con los malos pensamientos. Humilla su alma y así mantiene lejos de sí y de los otros hombres que imploran su oración, a los espíritus malignos. 

Aquel que ama a Dios puede pensar en Él día y noche; nadie podría impedírselo. Así, nadie impidió a los apóstoles amar al Señor; vivieron en el mundo, pero el mundo no impidió de ninguna manera su amor. Ellos rogaron por el mundo y proclamaron la Palabra. 

El Espíritu del Señor nos enseña a orar en todas partes, incluso en el desierto, por todos los hombres, por el mundo entero. No hay nada mejor que la oración. Los santos oraban sin cesar, no permanecían un segundo sin orar. 

Quien es humilde ha vencido ya a sus enemigos. Quien se considera en su corazón digno del fuego eterno, es evitado por los espíritus malignos, y no tiene ningún pensamiento malo en su corazón; sino que su espíritu y su corazón reposan enteramente en el Señor. Quien ha conocido al Espíritu Santo, y por Él se ha revestido de humildad, ha llegado a ser semejante a su Maestro Jesucristo el Hijo de Dios. 

Los santos Padres ubicaron a la obediencia por encima del ayuno y de las oraciones, porque un monje desobediente podría considerarse un asceta o un orante, en cambio sólo es puro de espíritu quien remite su voluntad propia a la de sus superiores y de su Padre espiritual. 

Por lo tanto, un monje desobediente nunca sabrá lo que es la oración pura. Un hombre orgulloso y obstinado no puede conocer la pureza espiritual, ni siquiera si viviera cien años en su monasterio. Él ofende a sus superiores con su desobediencia y a Dios en su persona. 

No es posible guardar la paz interior sin velar sobre nuestros pensamientos. 

No juzgar a los demás. Muy frecuentemente hablamos de lo que no conocemos o de lo que conocemos mal, cuando puede ser que este hermano sea espiritualmente semejante a un ángel. 

No te ocupes de las cosas de los demás; presta atención a las tuyas y cumple lo que tu superior te manda; entonces Dios te ayudará con su gracia y gustarás los frutos de la obediencia en tu alma; paz y oración continua. 

Esfuérzate por alcanzar el bien, pero comienza por medir tus fuerzas. Busca saber lo que es útil para tu alma. Algunos llegan a ello orando cada vez más, otros leyendo o escribiendo. Todo esto es necesario, pero es preferible al alma orar sin distracción, y más preciosas todavía son las lágrimas. Cada uno se entrega a la gracia que Dios le da. 

En la vida común, frecuentemente perdemos la gracia de Dios porque no tratamos de amar a nuestro hermano según los mandamientos de Cristo. Si tu hermano te ofende y te asalta un mal pensamiento, si lo condenas y te resientes con odio, sentirás que la gracia penetra más difícilmente en tu alma. Ejercítate, por la paz del alma, en amar aún a aquel que te calumnia y en orar por él. Pide a Dios con todas tus fuerzas el don de amar a todos los hombres, pues el Señor ha dicho: “Amad a vuestros enemigos". Si no los amamos, no podemos gustar de la gracia divina. 

Es absolutamente necesario adquirir la obediencia, la humildad y la caridad, de otra forma toda nuestra ascesis es vana y obramos como aquel hombre que tiraba agua en un tonel sin fondo; al igual que este tonel, el alma permanece vacía. 

Queridos hermanos, lean con celo el Evangelio, los Hechos de los Apóstoles y las obras de los Santos Padres. El alma que entra en esta escuela conoce a Dios, y nuestro espíritu vive de tal forma en el Señor que olvidamos completamente el mundo. Es como si no hubiésemos nacido nunca en esta tierra. 

Mediante la obediencia, el hombre está preservado del orgullo; por la obediencia le es concedido el don de la oración; por la obediencia, Dios le da el Espíritu Santo. También la obediencia es más importante que el ayuno y la oración. 

Si eres totalmente humilde, encontrarás la paz perfecta en Dios. Dos pensamientos bien diferentes pueden levantarse sobre nosotros; combátelos a los dos. Uno dice: Eres santo; y el otro: No te salvarás. No hay nada de verdadero en estos pensamientos y los dos vienen del Maligno. 

Ahora bien, piensa esto: yo soy un gran pecador pero Dios está lleno de misericordia y ama a los hombres y perdonará mis pecados. No te confíes en tus prácticas ascéticas, ni siquiera si haces esfuerzos espirituales grandes. Un día me dijo un podvishnik: “Yo encuentro la gracia ante Dios únicamente porque hago numerosas genuflexiones". Pero llegado el momento de la muerte, se desesperó. Porque Dios no tiene piedad de nosotros a causa de nuestras obras sino por su sola Bondad. 

La incredulidad proviene siempre del orgullo. El hombre orgulloso quiere comprender todo con su razón, pero Dios se revela solamente al alma humilde. El Señor muestra todas sus obras al alma humilde. Un alma abandonada a la voluntad de Dios está siempre tranquila y llena de paz, sabiendo por experiencia y por la Sagrada Escritura que el Señor vela por nosotros y vivifica nuestra alma con su gracia. 

—-

Post anteriores:

Silvano, desde Athos (I)

Silvano, desde Athos (II)

Silvano, desde Athos (III)

Silvano, desde Athos (IV)

Silvano, desde Athos (V)

Silvano, desde Athos (VI)

12 comentarios

  
Carmen A.
Muchísimas gracias. Verdaderamente, la oración y el dolor por lo propio y lo ajeno son fuente de paz. Y así comienza nuestro cielo aquí.
17/06/15 3:28 PM
  
mariola
¿Qué pasa últimamente que desaparecen los post sin dejar rastro? Hace tres días el de Mª Virginia, hoy el suyo...

---

LF:
Pasa que nosotros, cuando creemos que hemos metido la pata, la sacamos. Ni más ni menos.
17/06/15 3:41 PM
  
Luis Fernando
Alguno se preguntará dónde está el anterior post sobre lo del homenaje a Zerolo. Pues bien, lo he borrado. No me gustó cómo había quedado tras leerlo y aunque el fondo era correcto, había cosas que no debí escribir. Y no tenía sentido retocarlo enteramente.

Ya disculparéis las molestias causadas, sobre todo a los que escribisteis comentarios.
17/06/15 3:43 PM
  
Luis Fernando
No más comentarios sobre la retirada de posts. Ya lo he explicado. Fin.
17/06/15 3:45 PM
  
María de las Nieves

Hermoso post para aplicarlo a mi vida.Gracias.

El que ora discierne ve el bien y el mal, en la vida y en la muerte somos del Señor.

El es Creador y Señor nosotros pobres criaturas ,toda la humanidad es criatura y caminante hacia el Padre, morir a mis deseos y proyectos y que el Señor-Jesús me levante de mi ruina, nada puedo, si alguna obra hago buena Él me inspira y me ayuda.
Mi pequeñez es total ,soy un ser de limites, necesitada y pecadora. Tener un vida mas santa es tarea de toda la humanidad por la Redención de JESUCRISTO.
17/06/15 3:49 PM
  
José Luis
¡Qué alegría! de nuevo tenemos a este santo ortodoxo, lo estaba echando de menos.

La señal de la cruz, las genuflexiones son armas contra el tentador. Y si aún, usamos el agua bendita con fe, nuestras tentaciones mueren por la gracia de Dios.

Es edificante este pensamiento, que es una invitación para cada uno de nosotros: «No deseo otra cosa que orar por los otros como lo hago por mí mismo. Orar por los hombres quiere decir: dar la sangre de su propio corazón. »

Y me atrevo añadir, también debemos orar en desagravio por las ofensas cometidas contra Dios. Dios nos ama, y necesitamos demostrarlo cuando le amamos a Él, orando siempre. Tenemos que orar mucho por España y por el mundo entero.

Qué importante para nosotros centrarnos en esta espiritualidad, pues el demonio en cuánto nos despistamos, nos tienta a pensar de la forma distinta a la de nuestro Señor Jesucristo.

Los Santos son nuestros guías espirituales, y necesitamos escucharles, pues escuchamos a Cristo que por medio de ellos nos habla.
17/06/15 4:09 PM
  
Carmen A.
Un comentario más para tomarle el pelo a Silvano: "...ve todo de una forma más clara, como si conociera al mundo por los peródicos".

---

LF:
¿Para tomarle el pelo?
17/06/15 4:32 PM
  
Almudena
Gracias por esto LF.
Cae como lluvia fresca sobre tierra reseca, agostada, sin agua.
Cuando alguien se deja amar por Dios sale lo que sale, salen cosas como estas del monje Silvano, sin desperdicio.
Si a alguien debiéramos cuidar con esmero material sería a todos aquellos que emplean su vida en orar, orar y orar por el mundo. Ni nos imaginamos de las que nos libran.
El hombre no se deja amar por Dios y por eso le resulta tan difícil amarle a El y al prójimo.
17/06/15 5:47 PM
  
Carmen A.
L.F.: ¿Crees que conocemos mucho por los periodicos, o conocemos bien?...Depende...,dirían mis paisanos.

---

LF:
Ese texto está escrito cuando la única manera de enterarse de lo que pasaba en el mundo era por los periódicos. O sea, hace muchas décadas.
17/06/15 5:53 PM
  
Forestier
Pero este monje con tanta oración ¿no se percató que Cristo había nombrado a Pietro, como "piedra" de la Iglesia y que el Papa era su legítimo sucesor? Misterios de la existencia.

---

LF:
En Athos no era fácil percartarse de tal cosa.
17/06/15 6:09 PM
  
Grace del Tabor-Argentina
¡Gracias por estas verdades! Tenemos la esperanza en Jesucristo, que ya nos ha redimido!
-Conozco a muchos monjes y monjas de clausura que, sabiendo al dedillo cómo anda el mundo ,"oran et laboran"...siempre con gran alegría!
Yo soy la que frecuentemente desfallezco , me angustio, por hijos , o personas cercanas o desconocidas que andan perdidos por los caminos.
Cuando pregunto a algunos de estos monjes cómo pueden estar felices conociendo tan bien la realidad , sonriendo hablan del poder de la oración ,del poder de la misericordia infinita del Padre, del poder del Espíritu Santo...de la confianza de un niño en brazos de su padre!
-Ellos no son perfectos;la perfección se alcanza en la vida eterna. Son felices ofreciendo todo,todo ...viviendo para servir a Dios y a sus hermanos, aceptando sus propios límites!
-Procuro seguir su ejemplo, ¡con todas mis flaquezas a cuestas!
¡Rezando, siempre rezando!

---

LF:
Lo que dices que te pasa a ti, nos pasa a muchos. Pero Dios viene en nuestro auxilio.
18/06/15 10:16 AM
  
Joaquín Simó Caballer
A Silvano le cuesta "arrancar". Se sitúa en la escena como el más pequeño. Y se siente así con sinceridad. Dios permite esa oscuridad para su bien. Y busca en su entorno con la fe, cuidado y temor de un ciego. Y comprende la relación entre el poder de la oración y la humildad. Y descubre así una nueva luz que antes no percibía. Son cosas de la mística -aunque por humildad el le llame ascética-. Y vive como un monje orante.
También el Padre Pío solía decir que era un "pobre fraile que ora". O el mismo Benedicto XVI dijo hace poco más de dos años y medio: "soy un monje dedicado a la oración y nada más".
¡¡¡Oh, la humildad, la primera de las virtudes de la Santísima Virgen, esposa del Espíritu Santo!!!
Por cierto, se nota a una legua la influencia de San Juan en Silvano, pues Juan lleva un espíritu de Dios: la Misericordia, y por este atributo mismo, Dios revela sus misterios a sus siervos los profetas. Y vaya que Silvano es uno de ellos.
Creo firmemente que un caótico cuartucho y un ordenador, puede ser un pequeño monasterio donde santificarse, llevando el amor de Dios allende quien sabe dónde. Nunca se sabe a quién aprovechará tu oración, esfuerzo y alguna que otra lágrima sobre el teclado, no Luis Fernando?
Mola Silvano!!
Buenas noches crack!
20/06/15 11:05 PM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.