Cuando se enseña que la Cruz fue un accidente laboral

Una de las cosas buenas que tienen las redes sociales es que te suelen enviar cosas de las que no habría manera de que te enteraras por ti mismo, por la sencilla razón de que no las buscas. Días atrás, uno de mis seguidores en Twitter (@luisperezbus), tuvo a bien comentarme su estupor al leer uno de los libros de un sacerdote y profesor jubilado de teología de la archidiócesis de Madrid, del que prefiero no dar el nombre (*) porque a estas alturas de la película ya da igual quién sea. Su caso me sirve como ejemplo para mostrar hasta qué punto en la Iglesia se ha hecho una dejación absoluta de algo tan importante como defender la sana doctrina y alejar a los falsos maestros de la formación teológica de futuros sacerdotes y de seglares.

Cito de una de las obras de ese autor:

Nosotros, en cambio, valoramos la cruz como el momento en que manifestó hasta dónde llegaba su amor (Jn 15, 13: “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos"), pero nos atrevemos a decir -y espero que no se nos malinterprete- que la cruz, en vez de ser algo deseado por el corazón de Dios, fue un “accidente laboral". Cuando el que trabaja no toma suficientes precauciones, puede sobrevenir el accidente; y Cristo se despreocupó de sí mismo por completo.

Pero eso no quiere decir que él buscara morir. Antes de su detención rezaba diciendo: “Padre, si quieres, aparta de mi esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya” (Lc 22, 42).

Tampoco el Padre, a pesar de lo que puede parecer por el final de la petición anterior, quiso su muerte (¡ningún padre quiere que muera su hijo!). En la parábola de los viñadores homicidas (Mc 12, 1-8), que recapitula toda la historia de la salvación, se ve claramente la secreta esperanza de Dios: “Todavía le quedaba un hijo querido; les envió a éste. el último, diciendo: A mi hijo le respetarán.”

Es verdad que el Padre del Cielo no evitó la ejecución de Jesús, pero eso no significa que la deseara.

¿Les parece poco? Pues miren:

El sufrimiento no es redentor

Si es exacta nuestra convicción de que la voluntad de Jesús no fue sufrir, sino amar, y la cruz le sobrevino como simple “accidente laboral", se impone una conclusión: La redención no pudo ser por el sufrimiento, sino por el amor; aunque fuera en el sufrimiento, y en este sentido podamos decir que “sus heridas nos curaron” (Is 53. 5).

Me abstengo de replicar teológicamente, punto por punto, semejantes afirmaciones. Cualquiera que entienda de doctrina católica sabe bien lo que Cristo respondió al príncipe de los apóstoles cuando le pidió que no se dejara matar en la cruz (negritas mías):

Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para sufrir mucho de parte de los ancianos, de los príncipes de los sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y al tercer día resucitar.
Pedro, tomándole aparte, se puso a amonestarle, diciendo: “No quiera Dios, Señor, que esto suceda". Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: “Retírate de mí, Satanás; tú me sirves de escándalo, porque no sientes las cosas de Dios, sino las de los hombres“.
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo y tome su cruz y sígame. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la hallará".
Mt 16,21-25

Imagínense ustedes lo que Cristo diría a quien considera su muerte en la cruz como un accidente laboral y al que niega que sus sufrimientos en el Calvario fueran redentores. Yo solo me pregunto: ¿cabe mayor blasfemia contra la sangre de Cristo?

Pues bien, el autor de esas afirmaciones, además de haber publicado cerca de una veintena de libros -alguno best-seller- ha sido profesor de teología en San Dámaso y en Comillas. De hecho, ha sido algo más que profesor, pero no quiero dar más pistas. Es bastante probable que muchos sacerdotes y teólogos en España hayan recibido clases suyas. A decir verdad, no tengo ni idea de si entre las materias que dio figuraba la soteriología, pero nada me hace pensar que su ortodoxia en otras ramas de la teología es mejor que la que demuestra en lo relacionado con la redención.

Es altamente improbable que algún obispo español no haya leído a este sacerdote. Es también difícil que no supieran su condición de formador de seminaristas y futuros teólogos. Y sin embargo, al menos hasta donde yo sé, nadie ha hecho nada para al menos advertir que la teología de ese señor es una ataque frontal a lo que la Iglesia enseña sobre la redención. Y ya advirtió San Pablo:

…porque la doctrina de la cruz de Cristo es necedad para los que se pierden, pero es poder de Dios para los que se salvan.
1ª Cor 1,18

Eso sí, nuestros pastores publicaron un documento en el que explicaron que estaba muy feo eso de que cierta teología contribuyera a la secularización interna de la Iglesia. En dicho texto leemos:

…de modo que se ha negado su voluntad de morir en la Cruz por los hombres. La Iglesia ha reiterado que el mismo Cristo aceptó y asumió libremente su Pasión y Muerte para la salvación de la Humanidad.

Muy bien, ¿y qué han hecho los obispos con quienes niegan eso? ¡¡¡ NADA !!! En este país se puede negar la redención tal y como la entiende la Iglesia y ser profesor de teología en San Dámaso y Comillas. Así de simple. Sin embargo, san Pablo decía con lágrimas en los ojos:

Porque son muchos los que andan, de quienes frecuentemente os dije, y ahora con lágrimas os lo digo, que son enemigos de la cruz de Cristo.
Fil 3,18

Luego nos extrañamos de que la apostasía avance, cuando se ha permitido que la misma se instale en nuestra cátedras, en nuestros seminarios, en nuestros púlpitos -ese sacerdote está hoy en una parroquia madrileña-, en nuestros colegios, en nuestras catequesis.

Cristo se preguntó si habría fe en la tierra cuando Él regresara. Yo creo que será milagroso que encuentre mucha si desde su propia Iglesia los responsables de evitar que la fe se contamine miran para otro lado. Pero claro, decir esto te convierte en un profeta de calamidades, inquisidor, ultra, talibán, etc. Hay quien ha pedido que se nos silencie, que se nos desautorice, que se diga que somos un peligro para la unidad de la Iglesia, etc. Y sin embargo:

Algunos fariseos de entre la muchedumbre le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos. El contestó y dijo: Os digo que, si ellos callasen, gritarían las piedras.
Luc 19, 39-40

Si calláramos, si tuviéramos que cerrar este portal o incluso si pasáramos a mejor vida, otros tomarían el relevo. Y si no, las piedras gritarán.

De poco vale ya llorar por la leche derramada. Recemos por nuestros pastores para que el Señor les ilumine y les fortalezca de forma que, de ahora en adelante, sean fieles custodios del depósito de la fe.

Luis Fernando Pérez Bustamante

(*) Tras recibir varios emails en ese sentido y a petición de nuestro editor, el P. José María Iraburu, revelo que el teólogo y sacerdote es Luis González-Carvajal Santabárbara, y la obra citada es “Ésta es nuestra fe. Teología para universitarios", de la editorial Sal Terrae. Dicen que se han vendido 200.000 ejemplares de la misma.

58 comentarios

  
Luis Fernando
Leed bien el POST DATA antes de escribir comentarios.
18/06/13 12:49 PM
  
José Luis
Lamentable esta noticia. Desde luego no sabe uno lo que es peor, si los enemigos externos o los internos (me temo que hacen mucho más daño estos últimos).Como dices, es un ataque frontal contra el pilar esencial del cristianismo, y todo esto es, a mi parecer, por un rechazo a la divinidad de Jesús (siempre volvemos a las herejías cristológicas de los primeros siglos)
18/06/13 1:01 PM
  
Benigno Soto
A los títulos de este señor que Ud. cita, habría que añadir otro que tuvo y que mantuvo, con gran eficacia para imprimir su mentalidad:

editado

¡Señor, ten piedad de nosotros!

P.d.-Afirma Jesús, con reproche, a sus discípulos que todos los profetas habían anunciado su muerte, y que era necesario que el Mesías padeciera.
Se entiende: que padeciera su "accidente laboral".

De vergüenza.

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LF:
Si ponemos el cargo que desempeñó, mejor ponemos su nombre. Y da igual el nombre. Como él han habido legión.
18/06/13 1:08 PM
  
Pacote
Lo dije y lo sigo afirmando: en la Iglesia hay muchos teólogos que no tienen fe. Son científicos de la fe y toda su fe se basa en lo que la razón puede explicar. Todo aquello que la razón no entiende: encarnación, milagros, muerte y resurrección, ascensión, etc. es puesto en entredicho y reelaborado aportando una explicación "más razonable". Ya lo dijo Louis Pasteur: "Un poco de ciencia aleja de Dios, mucha ciencia te acerca a Él"
18/06/13 1:50 PM
  
Marco
No sé quien es el profesor en cuestión, pero si le digo que, algunos de esos comentarios me han parecido calcados a los de Jairo del Agua.... Lo cual hace muy feliz el hecho de que ya no de clases este buen hombre (no Jairo, sino el profesor del artículo, aunque tampoco estaría mal que dejara de decir/publicar nada el tal Jairo).

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LF:
Sí, es exactamente lo mismo que ha escrito Jairo. De hecho, algunos párrafos que no he puesto parecen casi copiados literalmente por ese "seglar" heterodoxo madrileño.
18/06/13 1:51 PM
  
Miguel Antonio Barriola
Olvidó este profesorazo, que, enseguida de su pedido:"¡Padre, líbrame de esta hora!", añadió Jesùs: "Si para eso he llegado a esta hora" (Jn 12, 27).
Jesús no amaba la muerte, nadie, a no ser que sea masoquista, puede hacerlo. Pero se superó, orando con gritos y lágrimas y por ello aprendiendo la obediencia (Ver: Hebr 5, 7 - 8). Como igualmente se lo puede ver en la agónica oración de Getsemaní. Primero: "Pase de mí este cáliz", Enseguida: "Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" (Mt 26, 39). El dolor y la muerte son como el veneno de las serpientes, del cual la sabiduría humana ha sabido extraer el antídoto contra su efecto mortal.
O sea: que hasta aquello que a todos (y al mismo Cristo) nos pone la piel de gallina, puede ser abrazado con amor, si es medio para no buscar el propio provecho (como hicieron Adán y Eva), sino para "aprender obediencia", y amar más a Dios y los hermanos, que a uno mismo.
18/06/13 1:51 PM
  
Pacote
Este teólogo, que no sé qúién es, todavía no sabe que amor y sufrimiento van inexorablemnte unidos oomo en una misma moneda hay cara y cruz. Por supuesto que salva el amor y Cristo lo sabía, como sabía que si quería amar tenía que sufrir. La cruz no es un accidente, es la consecuencia del amor. San Francisco también lo sabía y su oración en el monte Alverna consistió en pedir a Dios amar como Cristo amó en la cruz y sufrir como él sufrió . Dios se lo concedió y como prueba recibió los estigmas de la pasión. ¿Por qué este hombre de ciencia que no de fe separa amor y sufrimiento como si fueran antagónicos? Mi respuesta es clara: porque no tiene fe y eso le lleva a rechazar el sufrimiento.
18/06/13 2:05 PM
  
Ignacio Jonatan Hernández López
Si es un accidente laboral, ¿La empresa para la que trabajaba se llama a caso Iglesia? ¡Suficiente! No hay que ser muy listo para saber donde se quiere llegar.
18/06/13 2:42 PM
  
Jaime Fernández de Córdoba
Si Cristo no hubiese muerto y resucitado, vana sería nuestra fe, como dice san Pablo en la Carta a los Corintios.
18/06/13 3:33 PM
  
Toniben
Hacer una lista con teólogos heterodoxos es un trabajo supremo, titánico. Más valdría hacer una con los ortodoxos, daría muy poco trabajo, ahora que viene el calor.

La culpa es de quien contrata, de quien juzga y califica al profesorado o a cualquier cargo de importancia. También de las editoriales supuestamente católicas, que fomentan lo heterodoxo porque "se vende" mejor en los medios.

Un neófito que con buena voluntad desee comnprar algún libro religioso para conocer o recuperar algo su fe, a no ser que escoja uno escrito de hace más de cincuenta años, corre el altísimo riesgo de no leer sino críticas a la Iglesia y aún hetedoxias varias. Y, la verdad, con la fe tan liviana con la que andamos algunos (entre ellos yo), esta legión de escritores convierte al ateísmo y no a la creencia...

Por otra parte, siempre me ha llamado la atención cómo muchos de estos teólogos partidarios de suprimir la Tradición y el Magisterio para retornar a la pureza prístina de la Biblia, la manipulan a su antojo que es un placer. Pero ya se sabe, para eso existe la hermeneútica: todos aquellos versículos que no interesan, son interpolaciones, añadidos o añagazas de los Apóstoles y de los futuros papas para poder mandar en los siglos venideros.

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LF:
Dices "... a no ser que escoja uno escrito de hace más de cincuenta años".

Ese es el problema. Que incluso en editoriales poco sospechosas te encuentras de vez en cuando barbaridades.
18/06/13 4:37 PM
  
José Carlos
Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?»
Y comenzando por Moisés y continuando en todas las Escrituras les interpretó lo que se refería a él.
(Lc 24, 25-27)
18/06/13 4:38 PM
  
Haddock.
Puede ser que la Cruz fuera un accidente laboral; las apariciones a los discípulos una dejación de funciones por parte del romano encargado de rematarle; la Ascensión, el resultado de unos comprensibles excesos etílicos el día de la fiesta sindical;la expansión inaudita del Evangelio en el imperio romano, una eficaz labor de algún proletario stajanovista; y el libro de ese " sacerdote" un terrible testimonio de quien confundió su íntima vocación de bailaor de tablao flamenco con la de teólogo.
18/06/13 4:56 PM
  
kepa
La expresión del accidente laboral es horrenda; lo que el profesor desconocido quiere decir, en cambio, es un debate importante.

Viene a decir que Cristo no nos salvó por la muerte en la Cruz como sacrificio, sino que nos salvó por la muerte en la cruz como expresión de su amor infinito.

¿Por qué tenía Cristo que morir crucificado? Podía salvarnos sin ese sufrimiento.

La explicación de este hombre igual no es la correcta, pero ¿cuál es la de la Iglesia?

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LF:
¿De verdad que tenemos que ponernos a explicar a estas alturas la doctrina de la Iglesia sobre la redención?

La Cruz gloriosa –I. El Señor quiso la Cruz
La Cruz gloriosa –II. Por qué Dios quiso la Cruz
18/06/13 5:17 PM
  
Ignacio
¡Cuánto daño están haciendo estos pseudoteólogos! No debemos extrañarnos, estamos entrando en la apostasía fomentada por ellos y por el visto bueno o la cobardía de los que pueden atajar esto: la jerarquía...
18/06/13 5:32 PM
  
Luis Fernando
Recomiendo vivamente hacer lo que pido en el último párrafo del post.
18/06/13 5:37 PM
  
Luiscar
¿Por qué tenía Cristo que morir crucificado? Podía salvarnos sin ese sufrimiento.

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Porque tenia que morir cargando nuestro pecado,y el pecado del hombre,genera sufrimiento-Cruz;al propio hombre-y-a-Dios=Cristo.Por tanto,por el Espiritu de Cristo,el sufrimiento redime=la Cruz santifica.

La Cruz es la expresion del Amor de Dios por el hombre,llevado a lo indecible;"y cuando sea levantado en alto,atraere a todos hacia MI".
"Nadie tiene mas Amor que Aquel que da su vida por sus amigos".
Misterio de la de Fe;
http://www.youtube.com/watch?v=bBHQGczBNoc
18/06/13 6:08 PM
  
Luis López
Comprendo que es tremendo, que es estremecedor, pero siempre que rezo, mi "sensus fide" me dice que:

"Fue traspasado por nuestros pecados,
triturado por nuestras culpas", y que
"en sus heridas hemos sido salvados"

¿Pudo hacerlo, salvarnos de otra forma? Sí, por supuesto. Pero quiso ésta -la más brutal e incomprensible-, morir por nosotros, cargar con nuestras rebeliones, quizás porque "Dios es amor" (1 Jn.4,8) y porque "no hay mayor amor que dar la vida por los amigos" (Jn. 15,13)

¿Y por qué la cruz? Creo que porque en la cruz romana se evacuaban los demonios de todo el mundo: el rechazo religioso -maldito el que cuelga del madero-, la condena civil, la humillación, el dolor, la pobreza, la indignidad, la desnudez, el horror. Ningún infierno queda fuera de la cruz romana, y lo quiso Dios para que todo hombre que sufre tenga como referencia no a un Dios colocado en la cima de las nubes, sino clavado en una cruz y escarnecido. Verdaderamente se hizo solidario con nuestro dolor.

En fin, cuando algún día -por su sola gracia- nos quiera recibir en el Cielo, realmente comprenderemos con absoluta claridad que su obra de redención en la tierra es la más perfecta imagen de lo que es Él.
18/06/13 6:30 PM
  
Joaquín
He identificado al teólogo y al libro del que proviene ese fragmento. Lo llamaré Arrius Nestorius. También he podido leer un par de capítulos en Internet muy por encima, y he visto:
1)Nestorianismo cristológico.
2)Cita deshonesta de la bula Unigenitus: enumera dos párrafos sueltos y se deja fuera los otros 109. Si te lees esos 109 sólo puedes decir: gracias, Papa Clemente XI, de la que nos libraste. Pero eso al teólogo Arrius Nestorius no le interesa.
3)Desprecio de las formulaciones dogmáticas, rasgo que Arrius Nestorius comparte con todos los teólogos progresistas.

Por otra parte, este Arrius Nestorius ya no daba clase en San Dámaso cuando se convirtió en Universidad. Sí en Comillas, por desgracia, pero es que las universidades jesuíticas hace tiempo que perdieron el rumbo. Ahora bien, creo que en el caso de Arrius Nestorius, lo más importante es su procedencia: procede de "La Ponti" de Salamanca, donde entró casi al mismo tiempo en que salía el inenarrable Setién para, después de haber convertido, en su calidad primero de profesor y después de decano de la facultad de Teología a esta universidad en el foco de la heterodoxia que es ahora, hacer lo que todos sabemos en San Sebatián.
Normalmente pondría un enlace a las páginas web donde me he leído capis de este libro, pero por respeto a tu decisión de no identificar a Arrius Nestorius por su nombre, no lo haré.

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LF:
Ya me parece que has dado demasiados datos, je je je.
18/06/13 6:47 PM
  
susi
Para ser un buen teólogo hace falta la buena doctrina y la vida interior. Así lo explicaba -hablando de la Hora Santa- el Venerable Fulton J. Sheen:
"La Hora, también, se volvió un magisterio, y una maestra, ya que aunque antes de amar a alguien debemos conocer a esa persona, sin embargo, después sabemos, que es el Amor el que aumenta el conocimiento. Las convicciones teológicas no sólo se obtienen de las dos coberturas de un libro formal, sino de dos rodillas sobre un reclinatorio ante un Sagrario."
18/06/13 7:08 PM
También he identificado al autor y dice otras cosas todavía más espantosas. Lo lamentable es que se ha colado incluso en Mercaba.org.

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LF:
En Mercaba también había textos de Pagola en los que sostenía las mismas tesis que los Testigos de Jehová sobre Cristo y "Jehová" (Yavé). Al menos yo los vi hace un par de años.

Post data:
Y tanto que lo vi. Ahí sigue:

Jesús es un hombre que no puede ser confundido con Yavé, el Dios de Israel. En los escritos de las primeras comunidades cristianas, Jesús aparece siempre como alguien claramente distinto de ese Dios a quien Jesús llama Padre, a quien ora con fe y confianza en sus largas horas de silencio y soledad (Mc 1, 35; Lc 5, 16), a quien obedeció hasta la muerte (Mc 14, 36) y en cuyas manos abandonó su vida al dar el último aliento (Lc 23, 46).


Míralo tú mismo:
http://mercaba.org/FICHAS/JESUS/003-06.htm

El día menos pensado nos encontramos una cita de Pagola en La Atalaya de los Testigos de Jehová.
18/06/13 7:37 PM
  
Moisés de la Llave
Buenas tardes Luis Fernando, leía el titular de otro post de hoy de infocatólica "El papa Francisco exhorta a la Iglesia a salir a buscar las noventa y nueve ovejas perdidas" " El Santo Padre, hablando de la parábola de la oveja perdida, ha asegurado que «en esta cultura, digamos la verdad, tenemos solo una, somos minoría. Y ¿no sentimos el fervor, el celo apostólico de salir y buscar a las otras noventa y nueve?" y a esto añadiría "(Mt 11:25-27) En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar." y también añado "(Jn 11:41,42). «Entonces quitaron la losa. Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo:- Gracias, Padre, por haberme escuchado. Yo sabía que siempre me escuchas, pero lo digo por la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.» ” y finalmente añado "Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?» Y comenzando por Moisés y continuando en todas las Escrituras les interpretó lo que se refería a él. (Lc 24, 25-27)."
Y que quiero decir con todo esto, pues queda claro que a veces nos comportamos como los judíos de los tiempos de Jesús, creemos tener pleno conocimiento de la teología de las escrituras y tiene que venir Jesús para hacernos ver lo vano que es ese supuesto conocimiento, de hecho casi todos los problemas que tuvo fue, porque resultaba "apostata", "blasfemo" para los altos guardianes de la fe judía y de hecho, siguen considerándonos apostatas de la fe judía verdadera, porque según su teología no se cumple lo que estaba escrito.
Sin embargo Jesús siempre incide en "rescatar" al hombre del pecado, rescatar al hombre de la "muerte del alma" y también de la enfermedad que le hace infeliz, en busca del hombre nuevo.
Por eso pienso que al igual que en la sociedad de Jesús, el hombre de hoy día busca lo mismo, la felicidad y ésta la puede descubrir desde la fe, pero en el día a día, con un comportamiento de amor a Dios y al prójimo. Sin embargo, la mayoría de los santos son anónimos y esto quiere decir que para llegar a la santidad no es necesario ser un gran teólogo, saber leer o escribir, sino dejar que Dios entre en tu vida y sea Dios quien mueva tu vida y te infunda desde tu humildad, conocimientos y que tu comportamiento sea de amor, porque el conocimiento sin amor, puede llevarte a saber mucha teología, pero también a la soberbia y la soberbia llevó al Principe de la Luz a las tinieblas y eso puede llevar a despreciar a un semejante, en este caso a un profesor y aún teniendo razón desde el punto de vista teológico, creo que más importante que tener un perfecto conocimiento de teología es conseguir llevar a las ovejas perdidas hacia Dios, ese es el gran reto, no el saber con más o menos exactitud las escrituras y la teología, no sea que vuelva Jesús por segunda vez y otra vez termine en la cruz (ya no sería necesario, ya estamos redimidos), porque nos perdamos en lo superfluo y no en lo importante y al final vuelva a darnos una lección como en Emaus.
En cuanto a lo dicho en concreto por este profesor, no tengo suficientes conocimientos en teología para poder decir si es blasfemo o no, supongo que si así lo manifestáis lo será, quizás estoy dentro de ese 99% de la población cuyos conocimientos de teología son los básicos y por tanto no creo que para un aforo de personas con poco conocimiento en teología de igual si es exactamente así o no, como da igual si fue crucificado por las manos o por las muñecas, eso si, comparto lo básico de lo que creo quiere expresar bajo mi humilde opinión y no se separa para uno que no tiene conocimientos en teología básicamente de lo que se puede conocer que mantiene la Iglesia y es que nos nos quedamos en lo básico "Fue un acto de Amor de Dios".
Para mí y repito mis cortos conocimientos de teología, y perdonad si lo que digo es una blasfemia mayor, una cosa es que en la infinita sabiduría de Dios supiese que iba a pasar lo que pasó y supiera como es el corazón del hombre y como iba a reaccionar a pesar de contar el ser humano con la Libertad y que así lo quisiera para la redención, la redención por la Cruz y por la Bendita Sangre de Cristo, como en su momento sabía que en la libertad del hombre Adan y Eva iban a caer y otra cosa, es que realmente lo que hubiese realmente deseado , que sería respetando la libertad del hombre, éste hubiese optado por el Bien "Padre si es posible que pase este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya" y me refiero en esto, que Dios quiere que todos se salven pero en respeto de esa libertad, puede que no todos seamos salvos. Por lo tanto despreocupándose de Él aceptó su destino.
Por eso entiendo las palabras del profesor en ese sentido.
Trasladando a lo solamente humano. Hoy tenemos una paz en Europa gracias a esos soldados que desembarcaron en el Día D en Normandía, no creo que los que iban a tomar la playa les apeteciera morir en esa playa, pero su sangre riega nuestra paz, hoy nosotros conocemos la historia y sabemos que esa sangre era necesaria, esas muertes eran necesarias, para estos más de 60 años de paz, pero no creo que nadie no desearía que si hubiese sido posible, hubiera muerto al menos un sólo soldado menos y es más, ojala esa paz hubiese podido ser conseguida sin muertos o por la vía diplomática ,sin guerra, pero ahora la historia nos dice que era imposible que no hubiese guerra, conocemos a quienes nos enfrentábamos. Y una última consideración, para un soldado morir ,no deja ser un accidente laboral, por muy mal que nos suene.

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LF:
Moisés, dos cosas:
1- Una de las normas de "netiqueta" en internet es que no se puede responder a un post escribiendo un comentario muy largo. Se lo digo para que lo tenga en cuenta en el futuro, no en mi blog sino en otros.

2- No hay manera alguna de leer las palabras del profesor desde la fe católica. El Padre sí quiso la Cruz de Cristo. Cristo sí quiso ir a la Cruz. De hecho, Él vino a este mundo, entre otras cosas, precisamente para morir en la Cruz y dar su vida en rescate por nosotros.

Léase estos dos posts:
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/1105221118-137-la-cruz-gloriosa-i-el-sen
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/1105300552-title
18/06/13 8:39 PM
  
DavidQ
A riesgo que me acusen de mil cosas (o que no publiquen mi comentario), no me parece tan extrema la interpretación inicial.

Dios no quiere el pecado. ¿Acaso eso significa que no quiera la reconciliación? Cuando Jesús dice "si es tu voluntad aparta de mí este cáliz" está expresando justamente su deseo de que no haya necesidad de su muerte, aunque se somete a la voluntad del Padre. ¿Es eso errado?

Una cosa muy distinta es impedir algo que desear que no ocurra. Los discípulos querían IMPEDIR que Cristo cumpliera su misión, el Señor DESEABA que no fuera necesario. No es lo mismo. Los que usan el método Billings no desean tener hijos, pero aceptan los que Dios mande. Y la Iglesia no tiene nada contra eso.

Un ejemplo muy claro de este comportamiento de Dios lo encontramos en el libro de Jonás: Dios promete destruír Nínive, pero ellos se convierten y El los perdona. ¿Acaso Dios quería destruír la ciudad a como diera lugar? No. Quería su arrepentimiento. Del mismo modo, Dios quería nuestra redención y la logró haciendo el máximo sacrificio. Pero no es que quisiera que a Su Hijo lo golpearan y lo mataran, quería la redención, no la pena.

18/06/13 8:55 PM
  
Eduardo Jariod
Me he quedado a cuadros con lo del accidente laboral. Hasta como símil inadecuado es de una vulgaridad casi malsonante. Y por otra parte, incluso desde un punto de vista puramente inmanente, ¿qué es un amor sin sufrimiento? Un "amor" así no es que no posea capacidad de salvación alguna de nadie, es que no es ni siquiera amor.

Está visto que este sacerdote nunca dejó de ser el ingeniero de minas que antes fue.
18/06/13 9:00 PM
  
Joaquín
Editado
Más pistas no, :)
18/06/13 9:31 PM
  
Pacote
Igual que la fe se demuestra con las obras el amor se demuestra con el sufrimiento. "Si Cristo no hubiera muerto en la cruz, su amor (el amor de Dios) estaría por demostrar" (Juan Pablo II)
18/06/13 9:43 PM
  
Luiscar
Tenemos que decir,que la Caridad,en este mundo de pecado,indefectiblemente,pasa por la negacion de si mismo,tambien en relacion a los demas,para ganarlos para Cristo mediante la humiladad; por tanto,el Amor es sacrificio por la Causa de Cristo y la Caussa de Crsito trata de -"padecer por-con EL,para ser tambien glorificados con EL-". El Amor tiene que sufrir,porque en un mundo caido-carnal,la renuncia produce sufrimiento espiritual.Para vivir con Dios,hay que morir a uno mismo,y la naturaleza del ego es resistirse,porque es antinatural matar al yo-pecador.
Pero en la vida eterna no sera asi,porque el Amnor ya no tendra motivos para sufrir,sino que el lobo comera con la oveja y el leon con la cierva,porque nuestro interior habra sido pacificado,y ya no habra division interna y por tanto externa.
18/06/13 9:47 PM
  
Andrés Parte I
Editado:
¿Otra vez un debate en mi blog sobre ese texto de Ratzinger?
¡¡NO!!
18/06/13 9:48 PM
  
Enrique G. B. A.
Tengo el libro, ya que fue una de mis primeras lecturas de post-ateo. Es ágil y ameno.
Lo recuerdo con sentimientos encontrados, con cariño, pero con pena por un talento malgastado, por no esforzarse lo suficiente en creer tal cual la Iglesia pide, que podría ser un texto excelente.
Si uno se sigue formando, e informando en la correcta doctrina católica, no hace daño, si se quedara en esta introducción a la teología, no es bueno, sea universitario o no.
Para el que está bien instruido, y soporte la lectura de errores o interpretaciones riesgosas, vale la pena leerlo, encontrará pasajes estimulantes, ya que no es una herejía continua de la tapa a la contratapa.
Lo que más me rechinó, cuando lo leí, fue sus reservas al culto Mariano, como que sí, pero que no, a los tumbos.
Por algo se dice que la Siempre Virgen María es la barrera contra todo error en la fiel doctrina.
Ahí sí, bendito sea Dios, desde el principio este converso estuvo bien encaminado.

18/06/13 10:05 PM
  
Moisés de la Llave
Perdona L.F. si he faltado a las normas de "netiqueta", evidentemente tengo poca capacidad de expresar mis comentarios con la concreción necesaria.

Realmente lo que me preocupa es que haya tanto celo en disertaciones teológicas, al alcance de muy pocas personas de la calle y que se descuide el verdadero sentido de la fe cristiana que tanto cuidó Cristo. No vino a disertar teológicamente con los Sumos Sacerdotes, sino a hacer el Bien, para que al entregar su vida por nosotros, nosotros podamos vivir la suya.

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LF:
No hace falta que pidas disculpas. Solo te lo dije para que lo tuvieras en cuenta en tus intervenciones en internet.

Cristo sí tuvo sus discusiones doctrinales con los sacerdotes judíos, que eran mayormente saduceos. Por ejemplo, le dio la razón a los fariseos en la polémica sobre la resurrección precisamente con los saduceos.

Pero es que lo que está en juego en este asunto no son disertaciones teológicas al alcance de pocas personas. No, hablamos de algo tan FUNDAMENTAL como es la redención, la cruz, el sufrimiento, etc.
18/06/13 10:29 PM
  
Andrés
Editado:
Porque ya debatí en otras ocasiones sobre esos textos y se montó un cirio de tres pares de narices en el blog. Y no quiero que se vuelva a repetir. Así de simple.
18/06/13 11:06 PM
  
Elisa
Estoy empezando a pensar que la culpa de lo que le ocurre a la Iglesia en España es de la CEE...

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LF:
La CEE es un órgano colegiado que no tiene autoridad canónica sobre los heterodoxos, la sí tienen cada uno de los obispos en su diócesis o Roma. Por ejemplo, una nota de la comisión episcopal para la doctrina de la fe tiene menos rango magisterial que una carta pastoral de un obispo.
18/06/13 11:27 PM
  
kepa
Gracias por los enlaces a Iraburu, explicación del por qué de la cruz.

Aún así, el Catecismo de Trento ya reconoce que lo necesario de la muerte en la cruz es la verdad que más cuesta entender al hombre.

No han cambiado tanto las cosas desde entonces, por lo que veo.
19/06/13 12:21 AM
  
Antonio
Luis Fernando' para ser del todo justos con el texto de Pagola hay que decir que pocas líneas más abajo dice esto:
"Dicho con más profundidad, en Jesús no escuchamos simplemente una palabra de Dios. Jesús mismo es la Palabra de Dios hecha carne, hecha vida humana (Jn 1, 14). Jesús es Dios hablándonos a los hombres desde la vida concreta de un hermano."

Por otra parte decir que la persona del Hijo no es la misma que la del Padre, es el abc del dogma de la Santísima Trinidad.

¿Que yo lo hubiera expresado de otra forma? Sí. Pero no veo contradicción entre lo que dice y el dogma de la Santísima Trinidad.


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LF:
Te copio el último párrafo del email que envié ayer a gente con responsabilidad en la Iglesia:

Luego, ciertamente, apela a los concilios en los que se definió dogmáticamene la cristología, pero resulta curioso que pretenda que es Jesús es Dios sin ser el Dios de Israel, siendo que es exactamente el mismo Dios del Nuevo Testamento y siendo que en el NT se atribuyen a Cristo pasajes del AT que hablan específicamente de Yavé, lo cual prueba su divinidad.


Pues eso. No se puede defender la divinidad de Cristo negando que es el Dios de Israel. Y si no sabe explicar que el Hijo no es el Padre sin decir barbaridades, que se calle.

Que estamos hablando de CATEQUESIS CRISTOLÓGICAS, no de "aproximaciones históricas".
19/06/13 12:13 PM
  
Eduar2
¿"Accidente laboral"? ¡Por favor!

Pero no quitéis el otro elemento de la Redención/Salvación: La Resurrección de los muertos. Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección. De otra manera, ¿qué se haría de nuestra esperanza, para los que estamos abocados a una muerte más o menos próxima? Entretanto, unimos nuestros padecimientos a los de N.S Jesucristo por la Redención propia y del mundo entero. Y agradecidos.
19/06/13 1:04 PM
  
Andrés
Ya que ... editado...,me he tomado la molestia de transcribir unos fragmentos de Gerhard Ludwig Müller, Prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe. Son de su obra "Dogmática. Teoría y práctica de la Teología":

"La afirmación "Cristo murió por nuestros pecados" no tiene nada que ver con una instrumentalización de Jesús que habría tenido que ser inmolado en el altar de los sacrificios para aplacar la cólera de un Dios mitológicamente concebido. El elemento determinante es aquí la unidad de acción del Padre y del Hijo. La entrega del Hijo es la revelación del ser-para del Padre. Esta entrega tiene su correspondencia y encuentra su figura histórica en la autoentrega libre y espontánea del Hijo al Padre para implantar el reino de Dios como magnitud definitivamente aceptada por los hombres" (p. 295)

"No puede separarse la muerte de Jesús, libremente aceptada, de su proclamación de la basilea.La muerte de Jesús no aconteció a consecuencia de un fracaso en el plan salvífico divino. Tampoco llegó como una condición, caprichosamente impuesta desde el exterior, añadida a la predicación de la basilea, una condición sin la que Dios no estaría dispuesto a reconciliarse con los hombres. Dios no es, en efecto, el objeto sino el sujeto del acontecimiento de la reconciliación."(p.296)

"Como sucede con todos los seres humanos, tampoco en el caso de Jesús estaba fijado de antemano bajo qué modalidad concreta tomaría forma su entrega confiada, con la que ponía su vida en manos del Padre, y la implantación y actualización de Dios como salvador de todos los hombres"(p.296)

"En el conflico mortal al que los hombres empujaron al mediador de la basilea se acredita y se realiza definitivamente la entrega confiada de Jesús al Padre."(p.296)


¿También es sospechoso de heterodoxia el Prefecto para la Congregación de la doctrina de la fe? ¿seremos "más papistas que el Papa?

Un saludo.

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LF:
No puedo evaluar la doctrina de un autor, sea quien sea, únicamente por unos párrafos, los que usted me envía, aunque ciertamente son bien expresivos.

Lo único que puede decirle es que, tras consultarle, el sacerdote y doctor en teología José María Iraburu me responde esto:

1) la primera afirmación contradice palabras de Jesús, como: "¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrase en su gloria? Y comenzando por Moisés y por todos los profetas les fue declarando cuanto a Él se refería en todas las Escrituras” (Lc 24,26-27). Son muchos los textos del Nuevo Testamento, que ya sin duda usted ya conoce, en los que se afirma que hemos sido reconciliados con Dios al precio de la sangre de Cristo. "No se haga mi voluntad sino la Tuya"... ¿Cómo se concilia esto con la primera parte de la frase que cita usted? No lo sé. Yo no sé hacerlo.

2) ... "de un Dios mitológicamente concebido". Ni el Yavé del A.T. (el del poema del Siervo de Yavé, p. ej.), ni el Padre del Nuevo Testamento, que se reconcilia con la humanidad gracias al sacrificio de expiación de su Hijo encarnado, muerto en la Cruz, no son -es- un Dios "mitológicamente concebido". Tampoco sé cómo pueda aceptarse esa frase. Quizá el Dr. Müller lo explique en otras partes de su libro, que no conozco. Pero yo no puedo entender esa frase en sentido católico.

Y si alguien es capaz de hacer lo que el Dr. Iraburu no puede, que coja el magisterio de la Iglesia -no obras teológicas que no son magisteriales- y pruebe a hacerlo.

Ni que decir tiene que cuando el Dr. Müller escribió esa obra, no era lo que hoy es. Y tampoco es la única parte de sus escritos que ha sido objeto de polémica.

Aquí no nos escondemos. Nos debemos a la fe de la Iglesia, transmitida en los últimos 20 siglos. Citamos concilios, santos, doctores y padres de la Iglesia. Es decir, nos atenemos a lo que el magisterio ha enseñado siempre. No tenemos que dar más explicaciones. Que las den, si quieren, los que plantean teorías teológicas que no parecen concordar con esas enseñanzas. Ocupen el cargo que ocupen hoy.

19/06/13 2:03 PM
  
Quaesitor
Respeto su deseo de no decir el nombre. Pero, si no estoy equivocada, estas citas son de "Ésta es nuestra fe. Teología para universitarios". Sal Terrae. Es el libro que se considera más "importante" del autor. Se han vendido unos 200.000 ejemplares en castellano (21 ediciones, última 2010) y ha sido traducido a seis idiomas: inglés, portugués, euskera, chino, lituano y rumano. Es importante que el público pueda identificar el veneno...

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LF:
A petición de mi editor, he cambiado la parte final del post para decir el nombre. Efectivamente es esa obra.

Le comento que fue el primer libro que me regalaron al regresar a la Iglesia Católica. Me lo dio un sacerdote jesuita. Tras hacer algunas catas en el texto, fui incapaz de leerlo. No tenía la más mínima intención de caer en la tentación de salir corriendo de nuevo de vuelta con los ortodoxos, que están libres de la peste del liberalismo teológico. Sin duda hice bien, porque si en ese momento de mi vida llego a leer esa parte del accidente laboral y me entero de que nadie en la Iglesia Católica hacía nada por impedir que semejante blasfemia se difundiera entre los fieles, es posible que hoy yo no fuera católico.
19/06/13 5:33 PM
  
rastri
-La cruz y sus cuatro puntos cardinales los que hacia el infinito proyectados conforman la base cuadrangular de medida y cálculo de la Nueva Jerusalén (Ap.21,13-17)

-Aquí está el misterio. Y no podía ser de otra forma de decir, cómo la cruz, su Cruz, en causa y efecto de redención se proyectaba hacia lo infinito.

-Mal negocio hicimos en no escucharle, Y peor en crucificarle hasta la muerte. Pues solo el hombre, su pueblo, a quien Él vino a salvar lo podía negar y matar.
-Y aquí el Pilatos quien no siendo de los de su pueblo, cómo no se atrevió a condenarlo.

-Él que vino al mundo a estar y gobernar nuestros desordenados hábitos hasta el fin del mundo.
19/06/13 6:11 PM
  
Luis Fernando
Andrés, cualquier comentario a las palabras del P. Iraburu, se las hace en su blog, no en este.
Concretamente aquí:
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/0912241252-51-olegario-gonzalez-de-carde

Cito:
La muerte de Cristo tampoco parece ser entendida al modo católico por el doctor González de Cardedal. Él afirma, al parecer, que la pasión de Cristo no es el cumplimiento de un plan divino, anunciado por los profetas y por Él mismo. De la pasión de Jesús él dice así:

«Esa muerte no fue casual, ni fruto de una previa mala voluntad de los hombres, ni un destino ciego, ni siquiera un designio de Dios, que la quisiera por sí misma, al margen de la condición de los humanos y de su situación bajo el pecado. La muerte de Jesús es un acontecimiento histórico, que tiene que ser entendido desde dentro de las situaciones, instituciones y personas en medio de las que él vivió... [...] Menos todavía fue [...] considerada desde el principio como inherente a la misión que tenía que realizar en el mundo [...] «Su muerte fue resultado de unas libertades y decisiones humanas en largo proceso de gestación, que le permitieron a él percibirla como posible, columbrarla como inevitable, aceptarla como condición de su fidelidad ante las actitudes que iban tomando los hombres ante él y, finalmente, integrarla como expresión suprema de su condición de mensajero del Reino»... (94-95).

Y añade: «En los últimos siglos ha tenido lugar una perversión del lenguaje en la soteriología cristiana [...] El proyecto de Dios está condicionado y modelado por la reacción de los hombres. Dios no envía su Hijo a la muerte, no la quiere, ni menos la exige: tal horror no ha pasado jamás por ninguna mente religiosa» (517; cf. ss).

La Escritura, en cambio, dice con gran frecuencia lo contrario de lo que afirma el Dr. Olegario en estas exposiciones. Afirma claramente que judíos y romanos, causando la pasión de Cristo, realizan «el plan» que la autoridad de Dios «había de antemano determinado» (Hch 4,27-28); de modo que judíos y romanos, «al condenarlo, cumplieron las profecías» (13,27). En efecto, «era necesario que el Mesías padeciera» y diera así cumplimiento a lo anunciado por Moisés y todos los profetas (Lc 24,26-27).

Un cierto terrorismo verbal pseudo-teológico está hoy atacando el lenguaje bíblico y tradicional de la fe católica, especialmente en temas soteriológicos. En esa misma clave verbal que he recordado en la Escritura (cf. Mt 26,39; Jn 4,34; 12,27; 14,31; 18,11; Flp 2,6-8; Heb 5,7-9), el lenguaje de los Padres, de los Concilios y de las diversas Liturgias, hasta el día de hoy, es unánime en la Iglesia: «quiso Dios que su Hijo muriese en la cruz», para así declararnos Su amor en forma suprema, para expiar en forma sacrificial y dolorosa por el pecado del mundo, y para otros fines que recordaremos. Renunciar a este lenguaje de la fe, y estimarlo como inducente a error, es algo absolutamente intolerable en la teología católica, porque es contra-decir el lenguaje de la Revelación y de la Tradición. ¿Qué clase de teología es ésa que contra-dice lo que la Revelación y la Tradición dicen tantas veces?

Claro está que no quiso Dios la muerte de Cristo «por sí misma, al margen de la condición de los humanos y de su situación bajo el pecado». Eso es obvio, y nunca en la Iglesia ha dicho nadie cosa semejante. ¿Cómo va a establecer la Voluntad divina providente plan alguno en la historia de la salvación ignorando el juego histórico pecaminoso de las libertades humanas? Nadie ha entendido en la Iglesia que en el plan de la Providencia divina se «asigna la muerte de Cristo a un Dios violento y masoquista» (517). Sugerirlo siquiera es una enormidad.


Suscribo integramente las palabras de nuestro editor. El lector debe discernir si la verdad de la Iglesia sobre la muerte de Cristo está en la enseñanza que dió el Dr. Müller o en la que da el Dr. Iraburu.


19/06/13 8:02 PM
  
Andrés
Editado:
Si no le gusta como modero este blog, se busca otro.

Por mi parte, me atengo a lo que enseña la Iglesia en sus documentos magisteriales. Por ejemplo, el catecismo.
19/06/13 8:19 PM
  
Luis Fernando
Catecismo de la Iglesia Católica:

599 La muerte violenta de Jesús no fue fruto del azar en una desgraciada constelación de circunstancias. Pertenece al misterio del designio de Dios, como lo explica san Pedro a los judíos de Jerusalén ya en su primer discurso de Pentecostés: "Fue entregado según el determinado designio y previo conocimiento de Dios" (Hch 2, 23). Este lenguaje bíblico no significa que los que han "entregado a Jesús" (Hch 3, 13) fuesen solamente ejecutores pasivos de un drama escrito de antemano por Dios.

601 Este designio divino de salvación a través de la muerte del "Siervo, el Justo" (Is 53, 11;cf. Hch 3, 14) había sido anunciado antes en la Escritura como un misterio de redención universal, es decir, de rescate que libera a los hombres de la esclavitud del pecado (cf. Is 53, 11-12; Jn 8, 34-36). San Pablo profesa en una confesión de fe que dice haber "recibido" (1 Co 15, 3) que "Cristo ha muerto por nuestros pecados según las Escrituras" (ibíd.: cf. también Hch 3, 18; 7, 52; 13, 29; 26, 22-23). La muerte redentora de Jesús cumple, en particular, la profecía del Siervo doliente (cf. Is 53, 7-8 y Hch 8, 32-35). Jesús mismo presentó el sentido de su vida y de su muerte a la luz del Siervo doliente (cf. Mt 20, 28). Después de su Resurrección dio esta interpretación de las Escrituras a los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 25-27), luego a los propios apóstoles (cf. Lc 24, 44-45).

608 Juan Bautista, después de haber aceptado bautizarle en compañía de los pecadores (cf. Lc 3, 21; Mt 3, 14-15), vio y señaló a Jesús como el "Cordero de Dios que quita los pecados del mundo" (Jn 1, 29; cf. Jn 1, 36). Manifestó así que Jesús es a la vez el Siervo doliente que se deja llevar en silencio al matadero (Is 53, 7; cf. Jr 11, 19) y carga con el pecado de las multitudes (cf. Is 53, 12) y el cordero pascual símbolo de la redención de Israel cuando celebró la primera Pascua (Ex 12, 3-14; cf. Jn 19, 36; 1 Co 5, 7). Toda la vida de Cristo expresa su misión: "Servir y dar su vida en rescate por muchos" (Mc 10, 45).

610 Jesús expresó de forma suprema la ofrenda libre de sí mismo en la cena tomada con los doce Apóstoles (cf Mt 26, 20), en "la noche en que fue entregado" (1 Co 11, 23). En la víspera de su Pasión, estando todavía libre, Jesús hizo de esta última Cena con sus Apóstoles el memorial de su ofrenda voluntaria al Padre (cf. 1 Co 5, 7), por la salvación de los hombres: "Este es mi Cuerpo que va a ser entregado por vosotros" (Lc 22, 19). "Esta es mi sangre de la Alianza que va a ser derramada por muchos para remisión de los pecados" (Mt 26, 28).

613 La muerte de Cristo es a la vez el sacrificio pascual que lleva a cabo la redención definitiva de los hombres (cf. 1 Co 5, 7; Jn 8, 34-36) por medio del "Cordero que quita el pecado del mundo" (Jn 1, 29; cf. 1 P 1, 19) y el sacrificio de la Nueva Alianza (cf. 1 Co 11, 25) que devuelve al hombre a la comunión con Dios (cf. Ex 24, 8) reconciliándole con Él por "la sangre derramada por muchos para remisión de los pecados" (Mt 26, 28; cf. Lv 16, 15-16).

614 Este sacrificio de Cristo es único, da plenitud y sobrepasa a todos los sacrificios (cf. Hb 10, 10). Ante todo es un don del mismo Dios Padre: es el Padre quien entrega al Hijo para reconciliarnos consigo (cf. 1 Jn 4, 10). Al mismo tiempo es ofrenda del Hijo de Dios hecho hombre que, libremente y por amor (cf. Jn 15, 13), ofrece su vida (cf. Jn 10, 17-18) a su Padre por medio del Espíritu Santo (cf. Hb 9, 14), para reparar nuestra desobediencia.

616 El "amor hasta el extremo"(Jn 13, 1) es el que confiere su valor de redención y de reparación, de expiación y de satisfacción al sacrificio de Cristo. Nos ha conocido y amado a todos en la ofrenda de su vida (cf. Ga 2, 20; Ef 5, 2. 25). "El amor [...] de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron" (2 Co 5, 14). Ningún hombre aunque fuese el más santo estaba en condiciones de tomar sobre sí los pecados de todos los hombres y ofrecerse en sacrificio por todos. La existencia en Cristo de la persona divina del Hijo, que al mismo tiempo sobrepasa y abraza a todas las personas humanas, y que le constituye Cabeza de toda la humanidad, hace posible su sacrificio redentor por todos.



No hace falta ser doctor en teología para entender esos artículos del Catecismo.

Quien se aleja de esa doctrina, sea seglar, religioso, diácono, sacerdote o incluso obispo, se convierte en enemigo de la cruz de Cristo y se sitúa fuera de la fe de la Iglesia.

19/06/13 8:33 PM
  
Luis Fernando
Un largo texto del Dr. Gerhard Ludwig Müller nos ha sido transcrito por el comentarista Andrés, a las 2:03 PM, explicando de un cierto modo la muerte de Cristo.

* * *

+Otro texto, éste del Dr. José María Iraburu Larreta, sobre la misma cuestión, lo transcribo yo con su permiso. Está tomado de uno de los artículos de su blog "Reforma o apostasía", (79) La verdad en las Escrituras -y IV. José Antonio Pagola, sobre el libro de este Autor, "Jesús, aproximación histórica" (PPC, Madrid 2007, 4ª ed., 542 pgs.)
http://infocatolica.com/blog/reforma.php/1004271028-79-la-verdad-en-las-escritura


Cristo no pre-conoce su muerte, ni la entiende como un sacrificio de expiación. No quiere Pagola reconocer que Jesús avanza hacia su muerte libremente, con un dominio sobrehumano, y que la anuncia varias veces a sus discípulos. No admite estos anuncios de su muerte, aunque consten, según lo comprobamos, por el testimonio unánime de los evangelistas sinópticos (77). Y también por el testimonio de San Juan: «nadie me quita la vida; soy yo quien la doy por mí mismo. Tengo poder para darla y poder para volver a tomarla» (Jn 10,17-18). El anuncio exacto de su muerte es demasiado divino, y por eso no es histórico, es pura creación literaria de apóstoles y evangelistas.

«Era inevitable que, en su conciencia, se despertaran no pocas preguntas: ¿cómo podía Dios llamarlo a proclamar la llegada decisiva de su reinado, para dejar luego que esta misión acabara en un fracaso? ¿Es que Dios se podía contradecir? ¿Era posible conciliar su muerte con su misión?» (349). «Al parecer, Jesús no elaboró ninguna teoría sobre su muerte, no hizo teología sobre su crucifixión... Jesús no interpretó su muerte desde una perspectiva sacrificial. No la entendió como un sacrificio de expiación ofrecido al Padre. No era su lenguaje» (350). Son los primeros cristianos los que, para explicar la cruz, se la representan como «sacrificio de expiación», como una «alianza nueva», establecida en el «siervo sufriente» (442).


La descripción que hace Pagola de Jesús, en su aproximación a la muerte, nada tiene que ver con la que hace el Evangelio. Es contraria. Podríamos traer tantos discursos y parábolas de Jesús que contradicen su composición ideológica –los anuncios de su pasión, el asesinato del heredero de la Viña, «Jerusalén, que matas a los profetas», el Pastor bueno que da su vida por las ovejas, «éste es mi cuerpo que se entrega, mi sangre que se derrama», etc.–. Pero todo sería inútil, si niega la historicidad de los textos que podamos aducir.

La muerte de Cristo no es voluntad de Dios providente. Lo afirma Pagola con insistencia, y argumentándolo de muchos modos. No podemos ni pensar que el Padre «quisiera» la muerte de Cristo, ni que dispusiera libremente reconciliarse con la humanidad por el sacrificio de la sangre de un inocente. En la cruz no hay ofrenda ni sacrificio expiatorio que cumpla un plan divino, sino la muerte cruel que sufre Jesús por mantenerse a toda costa fiel a su misión profética (440-441).

Todo esto es contrario tanto a la historia de la Escritura sagrada como a la fe de la Iglesia. Anuncia Jesús su muerte varias veces a sus discípulos: «se lo decía con toda claridad» (Mt 8,31). Rechaza violentamente a Simón Pedro cuando éste se escandaliza de la cruz: «piensas como los hombres, no según Dios» (Mt 16,22-23). Impide que sus discípulos, llegada la hora, le defiendan: «¿cómo entonces se cumplirían las Escrituras, según las cuales debe suceder así?» (Mt 26,54). En Getsemaní hace suya la voluntad del Padre, «obediente hasta la muerte, y muerte de cruz» (Flp 2,89); obediente a la voluntad del Padre; ¿a la de quién si no?... Reprocha a los discípulos de Emáus: «¡hombres sin inteligencia y tardos de corazón para creer todo lo que vaticinaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera?» (Lc 24,25-27). Por lo demás, éste es el Evangelio que, exactamente en esos mismos términos, fue predicado desde el principio como mensaje central de la Buena Noticia (Hch 3,18; 1Pe 1,19-20; Rm 5,8; etc.). Y que se sigue predicando hoy (Catecismo 599-623).

Los relatos evangélicos de la pasión no son históricos, según Pagola, prácticamente en nada.

«Las noticias de Marcos y de Juan, que presentan a los fariseos buscando la muerte de Jesús, no son creíbles históricamente» (338). «En realidad, todo hace pensar que esta comparecencia de Jesús ante el Sanedrín nunca tuvo lugar» (377). «¿Hubo realmente un proceso ante el prefecto romano?... el episodio legendario de Barrabás...». Hay que «sospechar que nos encontramos ante una composición cristiana y no ante una información histórica» (384). Tampoco las comparecencias de Jesús ante Caifás y ante el pretorio, «probablemente, tal como están descritas, ninguna de estas dos escenas goza de rigor histórico» (393)... Más aún:

La causa de la muerte de Cristo tampoco es la que dicen los Evangelios. El Sanedrín no condena a muerte a Jesús «por blasfemo» (Mt 26,65; Mc 14,64), por declararse «el Hijo de Dios» (Lc 22,70): «estamos ante una escena que difícilmente puede ser histórica. Jesús no es condenado por nada de esto» (379). Jesús no es condenado por blasfemo, sino por revolucionario, y más concretamente, por enfrentarse con el régimen sacerdotal del Templo. «De hecho, esta intervención en el templo es lo que desencadena su detención y rápida ejecución» (358). En fin, «aunque se ha dicho con frecuencia que la presencia [junto a la Cruz] de estas mujeres [María, su madre, y otras] ha podido reconfortar a Jesús, el hecho es poco probable» (404). Tampoco son históricos los diálogos del Crucificado con su Madre, con San Juan o con los dos malhechores (405).

Cristo muere turbado y angustiado: «Tú lo puedes todo. Yo no quiero morir. Pero estoy dispuesto a lo que tú quieras... Quiero vivir» (401-402). Pagola añade en nota: «Esta imagen de un Jesús turbado y angustiado, caído en tierra para implorar a Dios que lo libere de su destino, contrasta fuertemente con la muerte de Sócrates descrita por Platón. Obligado a tomar veneno, Sócrates acepta su muerte sin lágrimas ni súplicas patéticas, con la certeza de dirigirse al mundo de la verdad, de la belleza y la bondad perfectas» (401)... Sócrates, según esto, tuvo otra altura, otra serenidad ante la muerte que se le impuso.



* * *
El lector debe discernir si la verdadera fe de la Iglesia sobre la muerte de Cristo está en la enseñanza que da el Dr. Pagola o en la que da el Dr. Iraburu. O en la explicación del Dr. González-Carvajal: "un accidente laboral"...


Y para ello, solo tiene que leer los artículos del Catecismo que he citado antes.
19/06/13 9:02 PM
  
Andrés
Si no hace fala ser doctor en Teología, ¿ve usted contradicción entre esto?

"La redención no pudo ser por el sufrimiento, sino por el amor; aunque fuera en el sufrimiento, y en este sentido podamos decir que “sus heridas nos curaron” (Is 53. 5)" (Del autor sometido a juicio)

"616 El "amor hasta el extremo"(Jn 13, 1) es el que confiere su valor de redención y de reparación, de expiación y de satisfacción al sacrificio de Cristo. Nos ha conocido y amado a todos en la ofrenda de su vida (cf. Ga 2, 20; Ef 5, 2. 25)" (616 CEC)

---

LF:
El autor sometido a juicio afirma eso justo después de decir que la cruz fue un accidente laboral. Ciertamente es una barbaridad oponer o separar el sufrimiento de Cristo de su amor, siendo que precisamente por su amor hacia nosotros fue que sufrió en la Cruz.

En otras palabras, lo que nos redime es el amor sufriente de Cristo en la Cruz. Y por cierto, cualquiera que ame, sabe bien que en muchas ocasiones amor y sufrimiento van de la mano.

A usted le puede parecer bien considerar la muerte en la cruz como un accidente laboral. A cualquier cristiano, sea católico, ortodoxo o protestante evangélico, esa idea le parece blasfema.

Y desde ya le aviso: en este blog no admito justificaciones de las blasfemias.
19/06/13 9:03 PM
  
Andrés
En modo alguno estoy sosteniendo una blasfemia.

Lo que digo es que es el amor de Dios lo que redime y que, efectivamente, el sufrimiento es inseparable del amor. PEro no es el sufrimiento en sí mismo, ni una lista de tormentos, lo que salva, sino el amor de Dios que se somete al sufrimiento para liberar a su criatura.

Esto mismo es lo que defienden Ratzinger, Olegario, Müller... Por tanto, no sé donde está la confusión.

Lo que sí es una blasfemia es pensar que a Dios lo que le complace son los tormentos, y que para salvar tenía que ser masacrado su Hijo. Dios asume el mal que representa la cruz, llega hasta el final y, por el amor, lo que constituye el abismo de la repulsa humana se convierte en salvación.

Esta es mi última aportación en este blog.

Un saludo.

---

LF:
Es que en ningún modo la Iglesia ha sostenido que el sufrimiento separado del amor redime. Los dos ladrones al lado de Cristo en la cruz compartieron sufrimientos físicos parecidos y nadie sostiene que su sangre nos redime.

Pero decir que "El sufrimiento no es redentor" es negar el carácter redentor de los dolores de Cristo en la cruz.
19/06/13 9:16 PM
  
Luis Fernando
Otros artículos del Catecismo que odian aquellos que NIEGAN el carácter redentor del sufrimiento (negritas mías):

1502 El hombre del Antiguo Testamento vive la enfermedad de cara a Dios. Ante Dios se lamenta por su enfermedad (cf Sal 38) y de Él, que es el Señor de la vida y de la muerte, implora la curación (cf Sal 6,3; Is 38). La enfermedad se convierte en camino de conversión (cf Sal 38,5; 39,9.12) y el perdón de Dios inaugura la curación (cf Sal 32,5; 107,20; Mc 2,5-12). Israel experimenta que la enfermedad, de una manera misteriosa, se vincula al pecado y al mal; y que la fidelidad a Dios, según su Ley, devuelve la vida: "Yo, el Señor, soy el que te sana" (Ex 15,26). El profeta entreve que el sufrimiento puede tener también un sentido redentor por los pecados de los demás (cf Is 53,11). Finalmente, Isaías anuncia que Dios hará venir un tiempo para Sión en que perdonará toda falta y curará toda enfermedad (cf Is 33,24).


1505 Conmovido por tantos sufrimientos, Cristo no sólo se deja tocar por los enfermos, sino que hace suyas sus miserias: "El tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades" (Mt 8,17; cf Is 53,4). No curó a todos los enfermos. Sus curaciones eran signos de la venida del Reino de Dios. Anunciaban una curación más radical: la victoria sobre el pecado y la muerte por su Pascua. En la Cruz, Cristo tomó sobre sí todo el peso del mal (cf Is 53,4-6) y quitó el "pecado del mundo" (Jn 1,29), del que la enfermedad no es sino una consecuencia. Por su pasión y su muerte en la Cruz, Cristo dio un sentido nuevo al sufrimiento: desde entonces éste nos configura con Él y nos une a su pasión redentora.


1521 La unión a la Pasión de Cristo. Por la gracia de este sacramento, el enfermo recibe la fuerza y el don de unirse más íntimamente a la Pasión de Cristo: en cierta manera es consagrado para dar fruto por su configuración con la Pasión redentora del Salvador. El sufrimiento, secuela del pecado original, recibe un sentido nuevo, viene a ser participación en la obra salvífica de Jesús.

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Obviamente, sin amor no hay sufrimiento redentor. Pero no hay redención sin sufrimiento, porque fuimos redimidos en la cruz y debemos cargar todos con nuestra propia cruz.
19/06/13 9:18 PM
  
Luiscar
Ya desde el principio,nada mas expulsar al hombre del paraiso,Dios nos anuncia su paln divino,con la muerte de un inocente(Genesis;3;21),para vestir nuestras verguenzas(pecados).Me estoy refiriendo a cuando Dios tiene que matar un animal inocente,para vestir con su piel al hombre.Es un tipo de la Redencion de Crsito.El inocente por los injustos,para revestirnos de la Santidad perdida.Asi pues,ya desde el Genesis,declara Dios como iba a llevar a cabo su plan de reconciliacion con el hombre.No el hombre tapandose con hojas de higuera,sino Dios vistiendo nuestras verguenzas por la sangre derramada del inocente;"porque en la sangre esta la vida"(Lev;17;11).La Sangre de Cristo(humana-divina),la Vida de Cristo(nos diviniza-humaniza=hombre perfecto=humanidad perfecta)
No cubriendo el hombre sus pecados con sus obras-voluntad,sino Dios,por Gracia,quitandonos los pecados por medio del Cordero,conformando a EL,nuestra voluntad.
No es el hombre el que sube a Dios por sus medios,como en Babel,sino Dios,el que baja a quitarnos la soberbia que nos hizo caer.
Recordemos la que representan los querubines a la entrada del paraiso;nadie puede retornar a el,por su propia justicia,pues el hombre necesita Santificacion.

pd;La doctrina del Cordero de Dios es maravillosa,y esta delinieda desde el minuto uno(haciendo un simil futbolistico) de la Palabra de Dios,hasta el 90.Desde Genesis,a Apocalipsis.
19/06/13 9:27 PM
  
Luis Fernando
A los que niegan la doctrina católica sobre la redención en la cruz, les molesta especialmente la idea de que en el Calvario se diera un acto de reparación que sirviera para satisfacer la justicia de Dios. Les repele la doctrina que afirma que Les repele que un inocente fuera crucificado para el perdón de los culpables. Pero ¿qué otra cosa es el Cordero de Dios?

Dice San Pablo (negritas mías):

Y a vosotros, que muertos estabais por vuestros delitos y por el prepucio de vuestra carne, os vivificó con El, perdonándoos todos vuestros delitos, borrando el acta de los decretos que nos era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en medio y clavándola en la cruz; y despojando a los principados y a las potestades, los sacó valientemente a la vergüenza, triunfando de ellos en la cruz.
Col 2,13-15


No en vano Satanás ODIA estos versículos de Hebreos:

Pero Cristo, constituido Pontífice de los bienes futuros, a través del tabernáculo mejor y más perfecto, no hecho por manos de hombres, esto es, no de esta creación, entró de una vez para siempre en el santuario, no por la sangre de los machos cabríos y de los becerros, sino por su propia sangre, habiendo obtenido una redención eterna.
Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros y la aspersión de la ceniza de la vaca santifica a los inmundos y les da la limpieza de la carne, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que en virtud de un espíritu eterno a sí mismo se ofreció inmaculado a Dios, limpiará nuestra conciencia de las obras muertas, para servir al Dios vivo!
Heb 9-11-14


Está claro, ¿verdad?
Pues eso.
19/06/13 9:28 PM
  
Antonio Cruces
Los Hermanos Maristas (Centro Docente Privado Nuestra Señora de la Victoria) de Málaga recomiendan este libro para los alumnos de Bachillerato. Así nos va...
19/06/13 9:35 PM
  
Antonio Cruces
¿Por qué todo el personal, de dentro y de fuera de la Iglesia, tiene tantísimo interés (no deseo, sino interés) en que todos nos convirtamos al protestantismo más ramplón y peliculero? Es evidente que tipos como este (y muchos otros, que salen a relucir con demasiada frecuencia en este y en otros blogs) serían felices siendo "pastores" con su mujercita esperándoles en casa y predicando lugares comunes los domingos en la iglesia en medio del prado (véanse las películas pertinentes, tipo "Casa de la Pradera" o algo similar).

Pues bien: lo tienen fácil: que se compren el "clergyman" adecuado (por talla y esas cosas) y que se hagan "pastores" protestantes. Lo mejor sería que dejaran de dar la vara. Pero parece que el tuberculoso no desea curarse, sino que todo el mundo comparta el bacilo de Koch... No les basta con dejar de creer y despreciar la gracia que Dios les regala, sino que tratan de que los demás les sigan Será por el aquel de no encontrarse tan solos...

Es bastante simple: señor Luis González-Carvajal Santabárbara (es intercambiable con señor Pagola u otros de pelaje similar) ¿piensa usted que la Iglesia yerra? Pues no se prive: abandónela ya, hombre... Pero no fastidie a los que no pensamos lo mismo que usted.

Es evidente (cada vez más) que la mayor de las tentaciones es el fascismo ideológico: o piensas y ten comportas de acuerdo a lo mismo que pienso yo, o te transformas en un paria, un rechazado, un desgraciado...

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LF:
No conozco un solo protestante evangélico que piense o que sugiera que la cruz fue un accidente laboral.
Si González-Carvajal asoma por una comunidad evangélica y suelta eso, le ponen de patitas en la calle.
19/06/13 9:47 PM
  
Luiscar
L.F
...que sirviera para satisfacer la justicia de Dios.
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Efectivamente,Dios tiene que satisfacer SU justicia,porque no puede tener comunion con el pecado(1ª de Juan;1;5-6, 2ªde Corintios;6;13-15) y si;"la paga del pecado es la muerte"(Romanos;6;23) ,es la separacion de Dios,como ya nos demostro desde el principio(Genesis;3;3),Alguien tiene que morir,para saldar el pago de nuestra naturaleza pecadora,la cual no puede unirse con Dios,y solo un hombre-Dios,tiene el poder de llevar a cabo ese proposito.Sufrir como hombre venciendo al pecado y a la muerte;"el sin pecado por los pecadores"(2ª de Corintios;5;21) ,"semejante a nosotros en todo menos en el pecado"(Hbreos;4;15),para entregarnos SU Espiritu divino(Juan;19;30 ,Mateo;27;50 ,Lucas;23;46).
"Dios mio Dios mio ,porque me has abandonado"(Mt 27,46; Mc 15,34,Salmo;22;1)) ,porque estaba cargando nuestros pecados,satisfaciendo la justicia de Dios,amandonos hasta el extremo con muerte de Cruz,para que por la Cruz,el hombre vuelva a la Vida eterna,a la vida comunicada,reconciliada,restaurada,regenerada,expiada,redimida,salvada,santificada ,propiciada por el Amor-Cruz de Cristo,de Dios,por los hombres.

Por eso la vida del Crsitiano,debe ser una vida abrazada a la Cruz de la negacion de la voluntad propia.La muerte del ego corrupto,el nacimiento del Amor santificante.
En la vida del Crsitiano,todo debe ser al reves,de como los hombres naturales creen. Vida sobrenatural.
19/06/13 10:39 PM
  
Luis Fernando
Otro versículo molesto para los que detestan la idea de una redención fruto de un sacrificio vicario:

... considerando que habéis sido rescatados de vuestro vano vivir según la tradición de vuestros padres, no con plata y oro, corruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo, como cordero sin defecto ni mancha
1ª Pe 1,18-19
19/06/13 10:52 PM
  
José Carlos
La Pasión y Muerte, sacrificio perfectísimo de Jesucristo, es un gran misterio.

La eterna voluntad del Padre dispuso la Pasión de Cristo. La muerte violenta de Jesús pertenece al misterio del designio de Dios (cf CCE, 599), por tanto se puede decir que Dios quiso la cruz de Cristo y también en ese sentido se puede afirmar que el Padre entregó a su Hijo por nosotros: “no perdonó a su propio Hijo, sino que le entregó por todos nosotros” (Rom 8, 32)

Ahora bien, Dios Padre no es causa directa –ni el autor- de la Muerte de su Hijo. Los autores de la Pasión de Cristo son los que tenían intención de matarlo, lo condenaron y le hicieron sufrir los tormentos que produjeron su muerte.

Por otra parte –como quiere resaltar Müller- Cristo se ofreció a sí mismo, voluntaria y libremente aceptó y sufrió la Pasión, (“autoentrega libre” dice Müller): “nadie me la quita (mi vida) sino que yo la doy libremente. Tengo potestad para darla y tengo potestad para recuperarla” (Jn 10, 18)
19/06/13 11:22 PM
  
JCA
Visto lo que niegan, mejor entonces no mentarles lo de las almas reparadoras y víctimas, que para ellos debe ser el colmo de la chifladura preconciliar, ¿no?
19/06/13 11:24 PM
  
pacobel
San Pablo a los Gálatas, 1, 8-9: "Pero si nosotros o un ángel del cielo (o yo) os anunciara una Buena Noticia distinta de la que oh hemos anunciado, sea maldito. Como os tengo dicho, y ahora os repito,si alguien u os anuncia una Buena Noticia distinta de la que recibísteis, sea maldito".
Palabra de Dios.
20/06/13 1:05 AM
  
Nova
¿Que Jesucristo no quería morir en la cruz, dice ese cura...?

Lo que hay que leer, Dios mío. Ese sacerdote no conoce a Jesucristo. No conoce su Sagrado Corazón.

El antiguo catecismo de la Iglesia Católica, el de San Pío X, decía que Jesús murió en la cruz "para manifestarnos su amor y mostrarnos la malicia del pecado", literalmente.

Teniendo en cuenta que Jesucristo es Amor infinito y que ama a Dios Padre y a los hombres con locura, es perfectamente lógico que deseara morir en la cruz, como suprema manifestación suya de amor a Dios y a los hombres, aquí, en la Tierra. Fíjense en lo que, segun el Evangelio de San Juan, dijo a los Apóstoles justo antes de abandonar el Cenáculo la noche de la Pasión: "Conviene que el mundo conozca que Yo amo al Padre. Levantáos, vámonos de aquí". Jesús manifestó su amor al Padre a través de la cruz, así es que, ¿Cómo no iba a querer morir en ella?

Eso no quita que, en el momento de la oración en el Huerto, su naturaleza humana no temiera el dolor físico, ni le pesara cargar con todos los pecados. Él era verdadero hombre, caramba. Pero no significa que no quisiera morir en la cruz.

Tremendo, en fin. Gracias, Jesús mío, por tu amor y sufrimiento redentores.
20/06/13 1:18 AM
  
Luis Fernando
Con todo mi respeto hacia quienes opinen lo contrario, diré que las citas del Catecismo que he dado -y que atestiguan lo que la Iglesia cree- apoyan literalmente las tesis del P. Iraburu, que son exactamente las mismas que las que ha sostenido la Iglesia desde que es Iglesia. Y una cosa es que la teoría anselmiana fuera CLARAMENTE insuficiente -por centrarse exclusivamente en los aspectos "jurídicos" de la redención- y otra que se pueda negar el carácter expiatorio de la redención de Cristo siguiendo y perfeccionando el modelo de la expiación de los pecados ya marcado en el Antiguo Testamento.

Y como el Catecismo dice lo que dice, la Tradición dice lo que dice, la Escritura dice lo que dice, y en este blog manda quien manda, declaro el debate zanjado.
20/06/13 10:58 AM
  
Maga
Dios Santo, este autor es un adopcionista Cristologico como Paulo de Samosata. Mi pregunta es : cómo es posible que esté tan mal la Pastoral, al no excomulgar a herejes que atacan tan brutalmente,la Fe de la Iglesia? A mí me resulta imposible de comprender esta actitud tan irresponsable de nuestros pastores.


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LF:
Explícame lo del adopcionismo, por favor.
20/06/13 12:34 PM
  
Maga
Que niega por los parrafos expuestos por Arraiz y algunos de los comentaristas que Cristo sea ontologicamente el Hijo de Dios encarnado, es decir, que sea,la Segunda persona trinitaria encarnada, al decir que Cristo es es
Radicalmente distinto a Dios padre y que es un mero hombre. Esto lo decían los adpcionistas de los ss. II y Iii como Teodoto de Bizancio, Paulo de Samosata y buena parte de los Ebionitas. Es auténticamente terrorifico lo de,este teólogo y lo peor es que sus herejias atentan contra el Núcleo de la Fe.

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LF:
Ya he visto lo que dice de Calcedonia. Manda narices.
20/06/13 12:56 PM
  
Carlos Antonio
Un accidente es algo que nadie desea que ocurra, un imprevisto, también es algo que escapa de control, una cosa fortuita.
¿Esa es la causa de mi salvación?
Librame Señor de esta generación.
22/06/13 12:44 AM

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