Y el Rey escribió una carta

D. Juan Carlos I, Rey de España, ha escrito una carta que ha sido publicada en la web de la Casa Real. Creo que merece la pena comentarla:

No soy el primero y con seguridad no seré el último entre los españoles que piensa que en la difícil coyuntura económica, política y también social que atravesamos es imprescindible que interioricemos dos cosas fundamentales.

Es bueno que los ciudadanos vean que el Jefe de Estado es consciente de la situación. Y que se da cuenta de que España pasa por una situación de crisis no sólo económica, sino también política y social.

Unidad de todos

La primera es que solo superaremos las dificultades actuales actuando unidos, caminando juntos, aunando nuestras voces, remando a la vez. Estamos en un momento decisivo para el futuro de Europa y de España y para asegurar o arruinar el bienestar que tanto nos ha costado alcanzar. En estas circunstancias, lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas.

Es obvio que el Rey está enviando un claro mensaje a los que quieren fomentar la independencia de algunas regiones de España. Concretamente, Cataluña, aunque supongo que tras las próximas elecciones vascas veremos algo parecido en relación a las Vascongadas. Nunca es un buen momento para plantear la destrucción de una nación que lleva unida desde hace siglos, pero sin duda este puede que sea el peor momento de todos, porque si el resto del mundo ve que no solo estamos en medio de una crisis económica sino de identidad, las posibilidades de que nos ayuden económicamente pueden desaparecer. No se presta dinero a quien ni siquiera sabe lo que ha sido, lo que es y lo que quiere ser.

No son estos tiempos buenos para escudriñar en las esencias ni para debatir si son galgos o podencos quienes amenazan nuestro modelo de convivencia.

Esta frase, sin embargo, no parece exacta. Precisamente ahora es el momento en recuperar “las esencias” y de fomentar todo aquello que es España como nación. Desde que el presidente más nefasto tras la llegada de la democracia dijo, en relación a nuestro país, que el concepto de nación “es algo discutible y discutido", quedó claro que teníamos un problema de identidad serio. Zapatero dijo después que se arrepentía de haber pronunciado esas palabras, pero ya sabemos que de la abundancia del corazón, habla la boca. Cuando el presidente de un país no sabe qué es ese país, el desastre está casi asegurado. La unidad de España no puede defenderse eficazmente desde la ambigüedad o el silencio cómplice de sus gobernantes.

Son, por el contrario, los más adecuados para la acción decidida y conjunta de la sociedad, a todos los niveles, en defensa del modelo democrático y social que entre todos hemos elegido.

Lo cierto es que son millones los españoles que no votamos esta Constitución. Y las leyes que han llegado después han empujado al país a una realidad no muy compatible con sus esencias históricas. Vivimos en un país donde, con la firma del Rey, se ha matado antes de nacer a más de un millón y medio de seres humanos. Estamos en una nación donde la institución familiar no solo no es defendida desde las leyes sino que es atacada y convertida en una quimera legal, homologada a la unión homosexual, y con menos entidad social y protección que un simple contrato mercantil. Como se ha dicho desde la Iglesia en más de una ocasión, la crisis que sufre España es ante todo moral.

Reforzar los valores de las mejores etapas de nuestra historia

La segunda es que, desde la unión y la concordia, hemos de recuperar y reforzar los valores que han destacado en las mejores etapas de nuestra compleja historia y que brillaron en particular en nuestra Transición Democrática: el trabajo, el esfuerzo, el mérito, la generosidad, el diálogo, el imperativo ético, el sacrificio de los intereses particulares en aras del interés general, la renuncia a la verdad en exclusiva.

Son cada vez más los españoles conscientes de que hemos llegado a esta crisis por los errores cometidos a partir de la Transición. Especialmente por el modo de configurar del estado de las autonomías. Solo ha servido para fomentar los aldeanismos fundamentalistas y para implementar una gestión económica desquiciada. Los valores que menciona el Rey son importantes, pero si se renuncia a la verdad en exclusiva, si se admite “la dictadura del relativismo", el mal de nuestro tiempo aludido por el Papa al comienzo mismo de su pontificado, mal podrá vivirse “el imperativo ético” y los otros valores aludidos.

Son esos los valores de una sociedad sana y viva, la sociedad que queremos ser y en la que queremos estar para superar entre todos las dificultades que hoy vivimos.

Resulta dudoso que esta sociedad quiera ser lo que el Rey pretende que sea. Lo que sí está claro es que el camino hacia el que vamos puede acabar en un precipicio. No sería la primera vez que los españoles acabamos tirándonos los trastos a la cabeza. Sólo quien ignore la historia puede dar esa posibilidad por descartada.

Ya dijo Menéndez Pelayo que perdida su condición católica, España volvería “al cantonalismo de los arévacos y de los vetones, o de los reyes de taifas". Majestad, el problema de nuestra nación es que ha dejado de ser lo que fue. Que ha perdido su alma cristiana, la que mantenía unidos todos los miembros del cuerpo nacional. Es evidente que actualmente allí donde los índices objetivos de descristianización son más abrumadores es justamente donde el nacionalismo separatista tiene más fuerza. Y por eso, sin recuperar su alma cristiana el futuro de la nación no puede ser otro que el que tiene usted delante de sus ojos. Quizás no le toque a usted asistir a la división de la nación, pero o algo cambia radicalmente en la orientación espiritual de nuestro pueblo, o su hijo será el último rey de una España unida.

Para que consigamos en nuestra nación un fuerte cambio ascendente no cabe otra que la conversión del país, la vuelta a sus raíces cristianas. España será católica o no será.

Luis Fernando Pérez Bustamante

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PD: En vista del tono injurioso contra el Jefe de Estado de varios de los comentarios, he decidido deshabilitar la opción de escribirlos.