Monseñor Munilla, obispo cavernícola

Lo sospechábamos, pero el P. Xabier Andonegi, párroco de Lasarte-Oria, nos lo ha confirmado en una entrevista concedida a El País. Monseñor Munilla es un obispo cavernícola. Y además, de los buenos.

Andonegi le reconoce virtudes a su obispo, al que tilda de “cariñoso, servicial y con dotes de comunicador". Pero además de eso, asegura que cuando era párroco en Zumárraga “produjo una ruptura entre los jóvenes católicos porque les exigía que rezaran, fueran a Lourdes y a las procesiones y que nunca quiso participar en las asambleas del Consejo Episcopal, ni aplicar sus decisiones".

Joroba con Munilla. Qué cavernícola es eso de pedir a los jóvenes que recen, que vayan a las procesiones y que peregrinen a Lourdes, donde la Virgen María se apareció en una cueva -muy propio- a una niña santa e inocente. ¿Acaso lo ideal sería que se dedicaran a la construcción del proyecto nacional euskérico, apoyando por ejemplo a los obispos que se metieron en política para defender a los batasunos de la ley de partidos que les situaba fuera de la legalidad por defender a los terroristas? En esta caverna hemos leído el evangelio buscando alguna enseñanza que indique que es bueno defender la legalidad política de los defensores de los asesinos, pero no lo hemos encontrado. Se ve que el hoy obispo de San Sebastián tampoco.

Tampoco le gusta al padre Andonegi el hecho de que el Papa apueste “por el catecismo y el culto, quiere volver al rezo del rosario y apoyarse en grupos anti intelectuales de obediencia ciega a la jerarquía como los Kikos, los carismáticos, el Opus… No quieren cristianos formados, quieren devotos". Es decir, a este sacerdote eso del catecismo y el culto le parece mal.

Dice el párroco de Lasarte-Oria que “la calma que se respira hoy en la diócesis es más aparente que real y que aunque la catedral del Buen Pastor de San Sebastián está mas llena que nunca, hay miles de catequistas y de grupos de liturgia tentados por la idea de ignorar la actual línea eclesial".

Es por eso que asegura que ya hay dos iglesias paralelas. En la caverna creemos que sólo existe una Iglesia Católica. La que reza, peregrina y muestra su fe en la calle cuando toca. La que está en comunión con su obispo porque éste está en comunión con el Papa. La otra puede llamarse iglesia, puede tener a miles de “catequistas” y “grupos de liturgia” pero no es Iglesia Católica. El tiempo pondrá a unos y otros en su sitio. A los católicos, en la Iglesia. A los no católicos, en la historia. Son los que fueron, todavía son, pero no serán. Están desgajados del árbol de la vida. Morirán. Palabra de cavernícola.

Apolonio Cromañonez