Debate con lefebvrianos en el 2002
Dado que llevo unos domingos recuperando en este blog algunos de mis debates pasados con protestantes, algunos se preguntarán a qué viene que meta en esta serie un debate con lefebvrianos -o lefebvristas-. ¿Acaso pienso que Lefebvre y sus seguidores son protestantes? ¿Tiene esto algo que ver con la serie de artículos del P. Iraburu sobre el lefebvrismo y el filolefebvrismo? Pues sí y no, no y sí.
Cuando el P. Iraburu se lanzó a la arena para hacerle una faena al morlaco del lefebvrismo, apareció un manada entera de toros salvajes dispuestos a derribarle, patearle y cornearle. En foros y blogs le han llamado rata, loco, traidor, modernista, neocón, etc. Han llegado a crear un grupo de facebook pidiendo que le corten las manos para que no escriba más. Yo mismo he recibido emails insultándole, vejándole, ridiculizándole. Vamos, que los ataques que suelo recibir por parte de los progres y heterodoxos son un chiste comparado con lo que ha tenido que sufrir el sacerdote navarro por haber cometido la osadía de dar su opinión sobre el lefebvrismo y sus derivados.
Uno de los emails que recibí decía que en realidad yo no podía estar de acuerdo con el P. Iraburu, pero no me quedaba más remedio que aceptar sus artículos. Entonces me vino a la memoria el debate que hoy traigo al blog. Nótese que el mismo tuvo lugar en marzo del año 2002, o sea, antes de que Benedicto XVI levantara la excomunión a los obispos ordenados por Mons. Lefebvre. Por tanto, no puede haber en el mismo juicio de valor alguno por mi parte sobre esa decisión papal. Si se me pregunta por mi opinión, diré que me parece una medida muy adecuada para intentar salvar a lo mejor del lefebvrismo. Está por ver que se logre lo que el Papa quiere, pero creo que eso ya no depende de él sino de los propios lefebvrianos.