Perros mudos

Palabra del Señor por medio del profeta Isaías:

Oráculo del Señor Dios, que congrega a los dispersos de Israel. «Aún congregaré a otros, con los ya congregados». Fieras todas del campo, venid a comer, fieras todas del bosque.  Sus guardianes son ciegos todos ellos, no se dan cuenta de nada; todos son perros mudos, incapaces de ladrar, soñolientos, tumbados, amigos de dormitar. Y los perros voraces fueron insaciables. Son pastores que no saben discernir. Todos ellos se volvieron a sus caminos, cada cual a su interés, sin excepción.  «¡Venid! ¡Voy a tomar vino! ¡Emborrachémonos de licor! Y mañana será como hoy, y aún mucho más».
Isaías 56,8-12

Como ocurrió hace poco en Irlanda, en el día de hoy, Argentina ha cruzado el dintel de la puerta ancha hacia la ignominia, dando el primer paso para despenalizar el aborto. 

Muchos han sido los argentinos que han elevado su voz contra esta desgracia. Pero también han habido silencios.

Se repite lo acontecido tras el nacimiento de Cristo:

Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.
Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías:
«Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven».
Mat 2,16-18

Raquel llora. Los impíos se alegran. Los perros mudos callan. Son aquellos que solo ladran para insultar a las ovejas del rebaño del Señor, mientras se enseñorean del mismo y lo entregan en manos del enemigo de nuestras almas.

Que el Señor les reprenda. Líbranos del mal, Dios nuestro.

Luis Fernando Pérez Bustamante

Los comentarios están cerrados para esta publicación.