LXXXIX. Superioridad de Cristo sobre ángeles y hombres

Conveniencia de la potestad de Cristo en cuanto hombre[1]
En el artículo tercero de la cuestión de la Suma teológica dedicada a la exaltación de Cristo, Santo Tomás prueba que estar sentado a la derecha de Dios Padre le conviene no sólo en cuanto a Dios, como se ha demostrado en el artículo anterior, sino también en cuanto hombre. Sin embargo, parece que no le conviene en cuanto hombre por tres motivos.
Primero: «Dice San Juan Damasceno: «llamamos diestra del Padre la gloria y el honor de la divinidad»(Fe ortod., l. 4, c. 2). Pero el honor y la gloria de la divinidad no convienen a Cristo en cuanto hombre; luego parece que Cristo, encuanto hombre, no está sentado a la derechadel Padre»[2].
Frente al mismo, reconoce Santo Tomás que: «La humanidad de Cristo,atendidas las condiciones de su naturaleza,no tiene la gloria o el honor de ladivinidad». Cristo es verdaderamente hombre y creado por Dios. Sin embargo, tal gloria o honor «lo posee en razón de lapersona a la que está unida», que es la segunda persona de la Santísima Trinidad.

La siguiente cuestión, la penúltima de las treinta y tres dedicadas a la vida de Cristo en la Suma teológica, está dedicada a la exaltación de Cristo a la diestra del Padre. La afirmación se encuentra en el Credo, Símbolo Niceno-Constantinopolitano, el que se usa en la Misa, y en el artículo sexto del Credo Símbolo de los Apóstoles, que se profesa en la liturgia bautismal. Por otra parte: «está lo que se dice la Escritura: «El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo, y está sentado a la derecha de Dios» (Mc 16, 19)»
En los artículos cuarto y quinto de la cuestión del tratado de la vida de Jesucristo de la Suma teológica dedicada a suascensión,Santo Tomás trata sobre el cielo al que subió, que está por encima del de los ángeles. En el primero de ellos, sostiene por: «la autoridad de San Pablo que dice en su Epístola a los Efesios: «Subió sobre todos los cielos, para dar cumplimiento a todo»(Ef 4, 10)»
En el artículo tercero de la cuestión dedicada a la ascensión del Señor, examina Santo Tomás la primera parte de la tesis de la conclusión anterior, que la ascensión de Cristo, o movimiento de la tierra al cielo, fue en cuanto hombre, aunque su causa, como se afirma en la segunda, fue en cuanto Dios. Precisa en este artículo que subió al cielo no sólo por el poder de su divinidad, sino también por virtud de su cuerpo glorioso.
Afirmada la conveniencia de que Cristo subiera al cielo en el artículo primero de la cuestión de la Ascensión