(162) De Cristo o del mundo –lV. Jesús, el hombre más feliz de este mundo
–No sabía yo eso.
–Su ignorancia es oceánica, y sus errores numerosos como las estrellas del cielo y las arenas del mar.
Los cristianos hemos de vivir en el mundo haciendo nuestros los pensamientos de Cristo, sus sentimientos y sus obras. Él es nuestra norma absoluta. Él es nuestra santa Cabeza, y siendo nosotros sus miembros, hemos de dejarle vivir en nosotros. Por tanto, si nos preguntamos cuál ha de ser en el mundo la actitud de los cristianos, habremos de descubrirla fundamentalmente en el mismo Cristo. Es el mandato del Apóstol: «tened los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús» (Flp 2,5). Más aún, el mismo Jesucristo nos da esa norma: «yo os he dado el ejemplo para que vosotros hagáis también como yo he hecho» (Jn 13,15).