27.03.11

(129) Filo-lefebvrianos -IV

–A ver por dónde seguimos ahora… Ay, madre.
–Tranquilo. La verdad debe ser afirmada con paz, alegría y fortaleza. Y con paciencia.

Una breve evocación de la historia de la Iglesia en su último medio siglo nos ayudará a entender mejor la posición de Mons. Lefebvre, de la FSSPX y de aquellos que hoy están más o menos de acuerdo con ellos.

El sagrado Concilio Vaticano II, convocado por el Beato Juan XXIII, fue una inmensa gracia de Dios para su Iglesia (1962-1965), como todos los Concilios anteriores. En él Nuestro Señor Jesucristo reunió en asamblea eclesial a 2.500 Padres. Fué con gran diferencia el Concilio más numeroso de la historia. Y partiendo de los Concilios anteriores, muchos de ellos dogmáticos, trató con una finalidad predominantemente pastoral y renovadora las grandes realidades de la Iglesia católica.

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19.03.11

(128) Filo-lefebvrianos -III .pausa

–¿Y ahora, después del tremendo barullo que ha armado usted con lo de los filolefebvrianos, qué hacemos?
Ad primum: el barullo no lo he armado yo, sino ellos, que yo escribí con orden y paz, con datos y argumentos, y sin mencionar ni insultar a nadie. Ad secundum: conviene pensar y escribir con calma, y eso exige ahora esperar unos cuantos días o semanas a que pase la tormenta.

Este artículo de ahora viene a ser, pues, un descanso reflexivo, una pausa. Relajémonos un poco, en el mejor sentido del término.

Yo he descrito en dos artículos, sin nombrar a personas o grupos concretos, un catolicismo vinculado más o menos a Mons. Lefebvre, que adolece de graves desviaciones en algunas importantes cuestiones. Y algunos, auto-identificándose con la descripción, se han sentido ofendidos, han protestado en diversos medios de internet con gran energía y agresividad, publicando una avalancha de argumentos y documentos contra mis artículos.

Se sienten muy dolidos. Y se comprende perfectamente. Los filo-lefebvrianos están acostumbrados a ser impugnados por los progre-modernistas, en una palabra, por los herejes; pero no por católicos tradicionales como yo. A los ataques de los progresaurios ya están acostumbrados; pero quedan totalmente descolocados y perplejos cuando reciben de pronto la impugnación de uno que, como yo, describe exactamente sus errores, después de haber escrito en este mismo blog más de un centenar de artículos en los que denuncio los abusos e infidelidades que se producen frecuentemente en las Iglesias del Occidente descristianizado, y en los que critico a Marciano Vidal, Anthony De Mello, Olegario, Borobio, Flecha, Schillebeeckx, Haight, Sobrino, Rahner, Küng, Pagola, etc.; y en los que, más aún todavía, rechazo los errores de los luteranos, de los quietistas y, lo que ya es el colmo, de toda la piadosa corte aparentemente correcta de semipelagianos, que hoy quizá son mayoría entre los buenos católicos. Puede repasarse el Índice de Reforma o apostasía para comprobar que digo la verdad.

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13.03.11

(127) Filo-lefebvrianos -II

–¿Ha visto usted qué escandalera ha producido su primer artículo sobre los filolefebvrianos?
–Bueno, el alboroto escandaloso no lo ha producido mi artículo, sino los filolefebvrianos, que se han visto retratados del natural. Lo que demuestra, por si alguno lo dudaba, que haberlos, haylos.

—Señalo brevemente algunos argumentos que los filolefebvrianos aducen para justificar a Mons. Lefebvre y a la FSSPX, defendiendo las ordenaciones episcopales prohibidas y otras actitudes y palabras suyas contra el Concilio Vaticano II, contra los Papas y contra la liturgia del postconcilio. Los filolefebrianos toman esos argumentos de los lefebvrianos, y los hacen suyos, unos más y otros menos. Y hago notar en esto que tanto entre los lefebvrianos como entre los filolefebvrianos hay grados muy diversos en la fuerza de sus aprobaciones y condenas.

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5.03.11

(126) Filo-lefebvrianos -I

–Mire usted que también este tema…
–El Señor me ayudará.

Quiero tratar de la actitud nociva de los filo-lefebvrianos dentro de la Iglesia católica, no sin antes describir muy brevemente la posición de lefebvrianos y anti-lefebvrianos. Trato especialmente de los filo-lefebvrianos porque nos quedan cerca, y rondan continuamente a los confesores y defensores de la ortodoxia católica.

—Los lefebvrianos consideran a Mons. Lefebvre como el San Atanasio de nuestro tiempo, y a la Fraternidad sacerdotal de San Pío X (FSSPX) como garante imprescindible de la ortodoxia doctrinal y litúrgica de la Iglesia. El Obispo lefebvriano Bernard Tissier de Mallerais, autor de una gran biografía de Mons. Marcel Lefebvre (1905-1991), entiende su vida «como una bella línea ascendente» (Marcel Lefebvre, une vie, Clovis 2002, 2ª ed.). Sacerdote misionero, Obispo de Senegal (1947), es elegido superior de la congregación de Espíritu Santo (1962). Dimite de este cargo para fundar en Écône, Suiza, la FSSPX (1970), que en el tiempo postconciliar se significa muy notablemente por su adhesión cerrada a la Misa antigua y por su oposición a algunas doctrinas del Vaticano II.

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26.02.11

(125) Católicos y política –y XXX. Ya vale. 17

–Si no lo veo, no lo creo.
–Hombre de poca fe. Todas las cosas de este mundo tienen un final.

Termino ya la serie Católicos y política. Cuando la inicié, pensaba dedicar unos tres artículos de Reforma o apostasía a la Política, un campo en el que apenas había entrado yo anteriormente en mis estudios y escritos. Y han salido treinta. Quizá los lectores se pregunten: «¿y qué pecado hemos cometido nosotros para merecerlo?»… Me visto de saco, me cubro de ceniza, y pido perdón. No lo haré más.

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