InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Categoría: Moral

11.04.11

15.01.11

“Obrar la verdad” (Josef Pieper)

La prudencia, como base formal y “madre” de todas las virtudes humanas, es el troquel delicado pero firme de nuestro espíritu, que moldea el conocimiento de la realidad transformándolo en ejecución del bien. Encierra en sí la humildad del escuchar silencioso, es decir imparcial, la íntima fidelidad de la memoria, el arte de dejarse informar de algo, la serenidad ante lo inesperado. La prudencia es gravedad pausada y, por decirlo así, filtro de la reflexión, a la par que audacia frente a lo definitivo del decidir. Denota nitidez, rectitud, apertura, imparcialidad de ánimo por encima de todos los enredos y utilitarismos únicamente “tácticos”.

Leer más... »

13.01.11

Dos antropologías en conflicto (6)

6. Dos espíritus contrapuestos

A lo largo de esta serie de artículos he descrito el conflicto entre las dos antropologías principales de nuestro tiempo: la antropología cristiana y la antropología individualista. En este artículo final procuraré mostrar que esas dos antropologías provienen de dos espíritus contrapuestos y tienden a producir frutos contrarios entre sí.

Dos amores construyeron dos ciudades: el amor de Dios hasta el desprecio de uno mismo, la ciudad de Dios; el amor de uno mismo hasta el desprecio de Dios, la ciudad terrena” (San Agustín, La Ciudad de Dios, 14,28).

Leer más... »

24.12.10

Esperar ¿en razón de qué? (Josef Pieper)

Como nadie ignora, nuestro concepto más puro de “éxito” en la vida, el logro de toda una existencia, viene designándose desde tiempo inmemorial por la palabra “salvación”, en sentido amplio. A la salvación tiende precisamente “la” esperanza. Pero ¿en qué consiste la salvación? Es claro, ya de entrada, que esta pregunta sólo puede surgir con pleno significado cuando uno se halla dispuesto a poner en juego sus últimos y más sagrados principios. Quien trate de evitarlo renuncia a la posibilidad de hablar en serio del objeto de la esperanza humana.

Leer más... »

3.12.10

Tres vertientes para una vida (Josef Pieper)

La vida sobrenatural del hombre discurre por tres vertientes: la fe pone ante sus ojos la realidad de Dios, que se destaca sobre todo conocimiento natural (“no sólo del hombre, sino también de los ángeles”). La caridad afirma –por Dios mismo– el Sumo Bien ya vislumbrado en la fe. La esperanza es el aguardar confiadamente suficiente de la dicha eterna, lograda en la suprema participación contemplativa de la triple vida de Dios; la esperanza espera la vida eterna, que es Dios mismo, como don de la propia mano divina: sperat Deum a Deo.

En el terreno existencial, las mutuas relaciones entre esas tres virtudes –fe, esperanza y caridad– pueden resumirse en tres enunciados:

1º. Fe, esperanza y caridad han sido inculcadas en la naturaleza humana como inclinaciones (habitus) sobrenaturales del ser, todas ellas a un tiempo y juntamente con la gracia, fundamento íntimo, con ellas mismas, de toda vida sobrenatural.

2º. En el orden del desenvolvimiento factual de esas “posturas del ser”, la fe es anterior a la esperanza y la caridad, y ésta viene después de la esperanza. Y al revés: en el desorden resultante de la culpa, factor de descomposición, se pierde primero la caridad, luego la esperanza y por último la fe.

3º. En la escala jerárquica de la perfección, la caridad ocupa el primer puesto y la fe el último, situándose en medio la esperanza.

(Josef Pieper, Antología, Editorial Herder, Barcelona 1984, pp. 21-22).