San Bonifacio (5 de junio)
En el siglo VII Europa estaba devastada por la acción de las nuevas poblaciones bárbaras, paganas o semi-heréticas, con costumbres brutales y primitivas, a menudo sin una mínima civilización (ni siquiera la escritura). Pero de entre las murallas de los monasterios benedictinos, pequeños oasis que florecían en Italia y en muchas regiones de Europa, salió un puñado de hombres que cambió el destino del mundo, bautizando a las hordas de bárbaros y transformándolos en pueblos civilizados.