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23.01.22

(499) Modernidad y catolicismo son contrarios

Texto 9

«Por último queremos hacer notar que el personalismo nunca se enfrenta a la modernidad como si estuviera fuera de ella porque, aunque está entroncado con la filosofía clásica, es una filosofía moderna que nace, en concreto, en el siglo XX» (J.M. BURGOS, El personalismo, Madrid, Palabra, 2000, pág. 194).

 

Comentario crítico:

9.1, queremos hacer notar.— Se agradece que en el texto se quiera hacer notar, esto es, manifestar con claridad, lo que es el personalismo. 

 

9.2, el personalismo nunca se enfrenta a la modernidad como si estuviera fuera de ella.— La idiosincrasia personalista es cronológicamente moderna, esto es, reciente, novedosa en la Iglesia, no tradicional; y axiológicamente moderna, pues comparte algunos, no todos, de los valores esenciales del mundo moderno; persigue un aggiornamento, una actualización del catolicismo respecto de la Modernidad, que siempre será problemática. Porque la esencia de la Modernidad, que es el culto personal y público a la persona, es incompatible con la esencia del catolicismo, que es el culto personal y público a Dios Uno y Trino.

Por esto es lógico, demasiado lógico que, para no enfrentarse con lo moderno, el personalismo modere los elementos antimodernos del catolicismo, y se autorreduzca, por ejemplo haciéndose “aconfesional", abandonando el derecho natural por los derechos humanos subjetivos, sembrando sospechas sobre la escolástica, relativizando el concepto de alma, etc.

Por tanto, si el personalismo no se enfrenta a la Modernidad es en detrimento de los derechos de Cristo. Se ignora la doctrina social y política antimoderna de Cristo Rey, tal y como la enseña el magisterio antimodernista y se opta por las constituciones liberales postrevolucionarias. 

 

9.3, aunque está entroncado con la filosofía clásica.— La palabra entroncado, utilizada de manera rigurosa, debe dar a entender que el personalismo es una rama del pensamiento clásico, pero no es el caso; pues esta escuela es, por confesión de parte, moderna, si bien moderadamente (no está de acuerdo con todo); pero no se puede surgir de un tronco clásico y al mismo tiempo surgir de un tronco anticlásico.

No es cierto, por tanto, que entronque con el pensamiento clásico, pues el personalismo parte de un axioma centralísimo: la acción precede al ser, que es el axioma opuesto al axioma clásico, que dice que el ser precede a la acción.

 

9.4, “es” una filosofía moderna.— Se entiende que no sólo cronológicamente, sino también axiológicamente, aunque en parte; tiene una valoración positiva en general de la Modernidad, si bien no le da un cheque en blanco. Cree poder domesticar al Leviatán liberal.

Por eso, es filosofía “moderadamente” moderna. El problema es que, si es filosofía moderna, contiene principios y nociones esenciales del numen reciente: dignidad preadámica (independiente de la dignidad moral); sobrevaloración del cuerpo; minusvaloración del alma en pos de una vaga dimensión espiritual; maximización un tanto escéptica de la experiencia subjetiva; autodeterminación; primacía de la acción sobre el ser; prevalencia de la voluntad sobre el entendimiento; irenismo epistemológico; negación de los universales escolásticos; oposición entre verdad lógica y verdad ontológica, etc.

A menudo se le hará necesario sustituir una parte de los fundamentos del catolicismo tradicional, por una parte de los fundamentos del pensamiento reciente; con lo cual se produce un híbrido intelectual del que poco se puede esperar, salvo confusión.