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22.11.20

(448) Comentarios críticos a Amoris laetitia, I: La fe sí, pero la razón también

Comentario 1

«Asumiendo la enseñanza bíblica, según la cual todo fue creado por Cristo y para Cristo (cf. Col 1,16), los Padres sinodales recordaron que “el orden de la redención ilumina y cumple el de la creación”» (Amoris laetitia n. 77).

 

Es claro que el orden de la redención, que es sobrenatural, ilumina el orden de la creación caída por el pecado, con las luces de la Revelación y el auxilio de la gracia. Pero también es cierto que con la razón natural puede iluminarse el orden creado, y esto es omitido. Y es que muchas verdades morales y religiosas son accesibles a la razón. Para que ésta pueda conocerlas sin error, con facilidad, y plenamente, Dios las re-expuso mediante su revelación, moralmente necesaria debida al pecado y a la dificultad intrínsecas de estas cuestiones. Hay que insistir en ello, no sea que alguien suponga que sólo con luces sobrenaturales puede explicarse el orden natural, con lo cual podría caerse en fideísmo.

Lo que no está claro, y hay que distinguir, es en qué sentido se dice que “cumple” el orden de la creación. Porque si por cumplir entendemos perfeccionar, es correcto, pues es verdad que la gracia perfecciona la naturaleza. Pero si por cumplir entendemos que el orden de la redención completa el orden creado, porque le da algo que constitutivamente le falta, es falso. La gracia no completa la naturaleza como algo que le es constitutivamente debido. Por esto, para advertir de este error de la Nueva Teología y el Personalismo, es decir, del neomodernismo, Humani generis lo explicita con la debida claridad: «Otros desvirtúan el concepto del carácter gratuito del orden sobrenatural, pues defienden que Dios no puede crear seres inteligentes sin ordenarlos y llevarlos a la visión beatífica» (PÍO XII, Humani generis, 12 de agosto de 1950, n. 20).

Si Dios podría haber creado al hombre sin elevarlo al orden sobrenatural, no se puede, entonces, afirmar que es incomprensible el hombre sin el orden sobrenatural, como si éste le fuera debido para cumplirlo.

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