InfoCatólica / Mater et Magistra / Categoría: Iglesias orientales

27.07.15

La Iglesia siríaca (VIII)

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Decadencia de los señoríos latinos en Siria

La caída de Jerusalén significó el fin de la guerra continua entre cristianos y musulmanes en Siria. Los sucesores de Bohemundo III en el principado de Antioquia y Trípoli se enzarzaron en luchas intestinas y con otros reinos cristianos. A partir de 1205 sus dos hijos iniciaron una larga guerra civil por el trono que enfrentó a nobles francos del principado y también a poderes extranjeros. Raimundo Roupen contó con el apoyo de su suegro el rey León II de la Pequeña Armenia (el reino de Cilicia dónde se habían exiliado muchos armenios tras la invasión de los turcos selyúcidas); Bohemundo IV de Poitiers buscó la alianza matrimonial con la hija del rey de Chipre y monarca titular en el exilio de Jerusalén, Hugo de Lusignan. Incluso las propias órdenes religiosas quedaron divididas, apoyando los hospitalarios a Roupen y los templarios al de Poitiers, para escándalo de la Cristiandad. En 1219, Bohemundo finalmente logró hacerse con el principado tras derrotar al hijo de su hermano, ya difunto. Derrotados sus adversarios, Bohemundo IV buscó la reconciliación, firmando la paz y casando a dos de sus hijos con una princesa armenia (más tarde este sería asesinado) y una Lusignan (que fue padre del futuro rey Hugo III de Chipre) a principios de la década de 1220.

 

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28.01.15

La Iglesia siríaca (VII)

El general romano

Un joven aristócrata, Nicéforo, de la distinguida familia de los Focas, había ascendido en el ejército romano oriental durante la década de 940, hasta que se le confío el ejército de la frontera con el califato. En una primera batalla, en 956, sufrió una aparatosa derrota. Nicéforo aprendió de sus errores y el califato sufriría en años sucesivos sus golpes, hasta ganarse el sobrenombre de “la muerte pálida de los sarracenos”. En 960 dirigió una expedición que tomó Creta a los árabes. Era la primera reconquista de los griegos frente al enemigo musulmán, y su prestigio creció inmensamente. Tras vencer en Cilicia, retornó a Constantinopla donde, a la muerte del emperador Romano II, fue proclamado sucesor con el apoyo de la emperatriz viuda, Teófano, con quien casó.

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31.10.14

La Iglesia siríaca (VI)

La comunidad cristiana siria bajo el Islam

En 631 murió Atanasio Gammolo, sin duda el más influyente de los primeros patriarcas miafisistas sirios. Fue elegido para sustituirlo su secretario el monje Juan II de Sedre (Yuhannan de Sédré, 631-648), que ya había encabezado la delegación patriarcal al reino persa en 628. Él hubo de pilotar la iglesia siríaca durante los turbulentos años de la ocupación árabe. De hecho, el califa Umar le convocó en 638 y le exigió que explicara sus creencias, en representación de toda la comunidad cristiana de Siria, siendo esta la primera vez que el patriarca miafisista era tenido por la primera autoridad espiritual del país. A petición del califa, Juan hizo la primera traducción al árabe de los Evangelios conocida. Además de recoger estos encuentros, también escribió un tratado contra los artrodocetas.

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19.09.14

La Iglesia siríaca (V)

La Controversia de los Tres Capítulos

A Efraín de Amida le sucedió en el patriarcado ortodoxo Domno III (546-561), durante el cual tuvo lugar la controversia de los Tres Capítulos. El emperador Justiniano quiso ensayar un acercamiento a los miafisistas diverso al del Henotikon, que había fracasado de forma tan evidente. Siguiendo al obispo monofisista Teodoro Ascidas de Cesarea, acérrimo origenista, en 544 el emperador dio carta de oficialidad a un tratado (Los Tres Capítulos) que Ascidas que había enderezado contra varios escritos y proposiciones de tres autores sirios del siglo anterior que habían simpatizado de algún modo con Nestorio, aunque la Iglesia jamás había condenado ninguno de sus escritos (lo cual no quería decir que fuesen ortodoxos): Teodoro de Mopsuestia, Teodoreto de Ciro e Ibbas de Edesa.

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19.08.14

La Iglesia siríaca (IV)

El conciliábulo de Éfeso

Gracias a la influencia en la corte del eunuco Crisafio (discípulo y ahijado de bautismo de Eutiques), el emperador Teodosio II simpatizó con las doctrinas del archimandrita caído y puso a Dióscoro de Alejandría al frente del concilio ecuménico que se celebró en Éfeso en abril de 449 d.C, con objeto inmediato de tratar la deposición y excomunión de Eutiques en el sínodo de Constantinopla del año anterior, pero realmente para debatir la doctrina de la única naturaleza de Cristo (monofisismo), propugnada por aquel.

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