Sistach vs Novell, ahora en el caso "Reig Pla"
Hace tan sólo quince días me refería a las grandes diferencias entre los planteamientos de n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach y del obispo de Solsona Don Xavier Novell, concretamente por lo que se refiere a la aplicación del sacramento de la penitencia en sus respectivas diócesis. Esas diferencias no son puntuales, sino abismales, el estilo Sistach, es un estilo de otro tiempo, heredado de su maestro S.E.R. el cardenal Narcís Jubany, y definido por muchos como "laisser faire, laisser passer", es decir, hacer la vista gorda ante tantas manifestaciones de heterodoxia que abundan en nuestra diócesis. En cambio el estilo del más joven obispo de España, Don Xavier, está en la más clara linea de renovación y de ruptura con el pasado que está practicando esta joven generación de obispos valientes: Munilla, Iceta, del Cerro, Ginés García… Y que podría resumirse con un "hasta aquí hemos llegado", es decir no puede tolerarse por más tiempo un estilo eclesial que ha llevado a la ruina espiritual a tantas diócesis españolas.

Con el inicio del próximo curso lectivo, el decano de la facultad de Teología de Cataluña, Armand Puig Tàrrech, cumplirá dos trienios en el cargo, por lo cual, según la normativa vigente, ya no puede optar a la reelección. Cual sucedió en los precedentes relevos es usual que la designación se produzca antes del verano, al objeto de que el nuevo decano se halle al frente del centro docente una vez se inicie el año académico. En tal caso, es preceptivo que el claustro de profesores presente una terna al cardenal Martínez Sistach, en su calidad de Gran Canciller de la facultad, siendo costumbre que se admita y designe al primero de la terna. Sólo ha existido un precedente en el que tuvo que decidir el arzobispo, concretamente en la elección de Armand Puig, que quedó empatado con el doctor Manuel Claret, delegado de Pastoral Familiar.
Acostumbrados como estábamos a que nuestro
Anillo y cruz pectoral de Monseñor. Magdaleno (1742-1750)
Estoy todavía bajo la impresión de la celebración de la Pascua en la parroquia de San Juan Bautista, del Fondo de Santa Coloma: absolutamente increíble. Media hora antes de empezar la misa ya estaba la iglesia abarrotada. A esa hora empezaba el ensayo de los cantos. Los muchísimos que faltaban por llegar se quedaron en el atrio y en la calle. ¿Y qué tenía de especial esa misa para ser una de las más concurridas del año? Pues que era la tradicional misa del Domingo de Resurrección, que es seguida de la bellísima procesión del Encuentro, con banda de música, cohetes, traca y cartuchos de confetis donados y disparados por la comunidad china. La participación de los niños de Primera Comunión con sus catequistas, es quizá lo más singular. Pero lo absolutamente increíble era que en el momento cumbre de la procesión, en el Encuentro, nos juntamos cerca de mil personas.