[DE] Capítulo 60: El anillo y la cruz pectoral

Anillo y cruz pectoral de Monseñor. Magdaleno (1742-1750)

 

En España, el anillo, símbolo de las bodas místicas entre el obispo y su Iglesia, entraba a formar parte de las insignias episcopales desde el principio del siglo VII. El IV Concilio de Toledo (633) y San Isidoro de Sevilla hacen explícita mención. “Datur episcopo dum consecratur et annulus propter signum pontificalis honoris vel signaculum secretorum” (1)

De estas palabras se desprende como muy probable, que el uso del anillo fue introducido más que por razones simbólicas, por la conveniencia de que los obispos autentificaran son un sello sus actos jurídicos escritos, costumbre muy frecuente en la antigüedad. Ya San Agustín escribía a su coadjutor Victorino: “Hanc epistolam signatam nisi annulo, qui exprimit faciem hominis attendentis in latus”(2).

En el siglo IX el uso del anillo se generalizó entre los obispos. Los abades comenzaron a usarlo en el siglo XI y en un primer momento únicamente como privilegio de la Santa Sede.

Los anillos pontificales generalmente se realizaban en oro, adornados de piedras preciosas. Inocencio III a este propósito prescribió: “Annulus ex auro puro sólide conflatus palam habeas cum gemma, in qua nihil sculpi esse debet”(3).El obispo lleva ex jure el anillo en el anular derecho, también durante la Misa, mientras que los prelados deben deponerlo.

Se desconoce el origen del llamado “anillo del pescador” usado por el Papa para sellar los breves pontificios. Encontramos la primera mención en una carta de Clemente IV en 1265. Es de oro y lleva incisa la imagen de San Pedro en una barca de pescador con el nombre del pontífice reinante alrededor del mismo.

 

Anillo de Benedicto XVI y anillo del Pescador de León XIII

 

El origen de la Cruz Pectoral debemos encontrarlo en los enkolpía (de “enkolpos”  seno, pecho…) especie de medallas que los antiguos cristianos llevan en el pecho o en el cuello. Su uso se encuentra documentado ya desde el siglo IV. Eran generalmente sutiles láminas de metal o pequeñas cajitas, a menudo en forma de cruz, que contenían reliquias de mártires o cosas santas, sentencias del Evangelio, invocaciones a Dios o astillitas de la Vera Cruz. Esta piadosa costumbre la encontramos viva y en uso en la Edad Media, especialmente por los obispos. Llevaban esas medallas San Gregorio de Tours, San Gregorio Magno, San Aidano, San Rotadio de Soissons, San Élfego de Canterbury, etc.

La cruz pectoral como ornamento litúrgico del Papa es mencionada por vez primera por Inocencio III que, observa, la llevaba sobre el pecho. A su tiempo era ya usada por los obispos, aunque no de manera obligatoria, ya que un Pontifical del siglo XII enumerando los ornamentos, dice de ésta: “Crux pectoralis, si quis ea uti velit” (4).
Actualmente el obispo puede llevarla siempre y en todo lugar, mientras que los prelados inferiores, que han obtenido el privilegio, sólo pueden hacerlo durante las funciones sagradas. Algunos metropolitanos, como el patriarca de Lisboa o el arzobispo de Armagh, primado de Irlanda, la usan con dos barras transversales, según el modelo de la cruz de Lorena (cruz patriarcal)

Card. J.F. D´Alton (1946-1963) Primado de Irlanda

Pectoral del Papa Pablo VI

 

NOTAS

  1. Se le da al obispo mientras se le consagra también el anillo, como signo del honor pontifical o como signo (sello) de los secretos.
  2. Esta carta no es sellada sino con el anillo, que representa a un lado la cara de un hombre que atiende.
  3. Un anillo de oro puro sólidamente fundido has de tener, con una piedra preciosa en la cual no debe haber nada esculpido.
  4. La cruz pectoral, si alguien quiere servirse de ella.

    Dom Gregori Maria