¿Qué hay que hacer para defenderse del modus operandi de la Unió Sacerdotal de Barcelona?


Es de sobra conocido en la diócesis que el ahora “capo” de la Unió Sacerdotal de Barcelona, maestro del “agit-pro” (agitación + propaganda), Gioachino Brustenga y su compañeros de banda utilizaban la revista “El Triangle” para su proceder. No era el único medio de información. Esto no tendría más relevancia si no es porque el pontificado del Dr. Martínez esta marcado por esta espada de Damocles. Y no solo porque la “U” puso a Turull delante del Seminario sino porque el cada vez más insuficientemente amado Martínez, tan ensimismado por la imagen que los media dan de su persona, no está dispuesto a pasar el calvario que sufrió su antecesor.

Para los faltos de memoria (nuestros amables detractores en el Principado) o simplemente de información (nuestros amables lectores del resto de la península) un “bocinet” (ejemplo) de lo que se gastaba en estos lares durante el pontificado del cardenal Carles.

Artículo firmado por Pep Martí, publicado por la revista El TRIANGLE, número 488, p. 9, de 31 de mayo de 2000 (ha sido traducido de la lengua materna al castellano para facilitar su lectura)
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Las diversas estrategias para derribar a Carles intentan confluir. Los sectores críticos con el arzobispo quieren utilizar a fondo las vías reglamentarias antes de decidirse a pasar a la “guerrilla”

Los sectores críticos a Ricard Maria Carles han tenido estos días una actividad frenética. La indignación provocada por la decisión del cardenal de deshacerse de Enric Puig, seguida inmediatamente de la dimisión de Joan Carrera como moderador de la curia (número dos de la diócesis) y pocos días después de la destitución del responsable de medios de comunicación, Marcel·lí Joan, no ha cesado. Pero parece que la irritación inicial ha dejado paso a una actitud mas fría y a la elaboración de diversas estrategias para poner a Carles contra las cuerdas. Algunas iniciativas que se iniciaron los primeros días, como fueron las llamadas de personalidades relevantes de la diócesis a la nunciatura vaticana en Madrid y la redacción de un documento firmado por sacerdotes que se quería hacer público, parece que han entrado en una vía discreta a la espera de acontecimientos. En estos momentos, todos los sectores consideran decisivo el mes de junio, durante el cual se agotaran todas las vías que la institución eclesiástica prevé para resolver situaciones de parálisis como la que vive la diócesis de Barcelona.

Durante el mes de junio hay dos fechas. La primera está cerca, el día 3 de junio próximo, cuando se reúna el consejo pastoral, un órgano formado por un centenar largo de personas de la Iglesia. El día 29 se reunirá el consejo presbiteral, formado sólo por sacerdotes. En los dos casos se prevé ruido. Y se sabe que el cardenal Carles no lo pasa muy bien en estas sesiones, que permiten que los integrantes de los consejos hagan preguntas y planteen discrepancias. En los dos órganos la presencia de personalidades críticas con la línea del arzobispo es muy importante. La base de soporte a Carles no es muy fuerte. Se supone que el Opus se posicionará a favor del arzobispo, pero esto no está claro. EL TRIANGLE ha hablado con algún miembro de la prelatura a título individual y se ha mostrado muy prudente. Hay voces diocesanas, sin embargo, que recuerdan que cuando Carles adoptó una actitud de repulsa hacia el Congreso sobre Cristianismo a las puertas del nuevo siglo (por cierto, con mucho éxito) que organizó una serie de organizaciones católicas progresistas, algún representante del Opus en el consejo pastoral se quejó del gesto autoritario del cardenal, seguramente por considerarlo poco inteligente.

Tampoco hay grandes esperanzas en Roma. La Santa Sede apostó fuerte por Carles, que responde al perfil preferido por los actuales responsables vaticanos: poco carácter, mucha fidelidad y, en el caso de Cataluña, el mas españolista que permiten las circunstancias. Por esto no es descartable que, si ahora se deja que Carles se refuerce y este acaba en paz su pontificado en Barcelona, después de el podrá venir ya, literalmente, cualquier cosa. Pero esto no está claro. Porque también es cierto que si los sectores críticos de Barcelona, de hecho, una clara mayoría si contamos desde los mas progresistas y combativos hasta los catalanistas mas moderados, consiguen hacer perceptible el desgobierno en la diócesis, Roma tendrá que intervenir para evitar males mayores. Es así que algunos han apuntado con insistencia la posibilidad de un coadjutor, es decir, el nombramiento de un obispo con derecho de sucesión y que tendría amplios poderes para gobernar el arzobispado, aún con la presencia de Carles. Otros creen que si la situación empeora en los próximos meses el cardenal podría ser promoveatur ut removeatur, ascendido a un alto cargo de la curia romana y echarlo fuera de Cataluña. Lo que podemos asegurar es que estos días algunos obispos auxiliares han hecho gestiones cerca de círculos vaticanos para intentar hace ver a la Santa Sede la incapacidad de Ricard Maria Carles para dirigir Barcelona. Hay argumentos para todos los gustos. El miedo de los críticos, en cualquier caso, es que en Roma vean el intento de echar fuera al arzobispo como una maniobra catalanista. Por eso se ha remarcado la inoperancia del personaje, un rasgo mucho mas grave en opinión de algunos sacerdotes porque impide un mínimo de dialogo con el pastor. Un sacerdote del Vallès [¿Gioachino Brustenga? entonces párroco de Mollet del Vallès] me decía estos días que una razón de peso que podría justificar la renuncia del prelado es que se ha roto la comunión entre el y el pueblo cristiano, y a un obispo se le exige que esté en comunión con los fieles. Ciertamente, poco pastor puede ser quien ha dividido su rebaño y pueden acabar permitiendo que se lo coman lo lobos.

De la poca comunión existente entre el arzobispo y los cinco obispos auxiliares dio una muestra clara la distancia que se evidenció la semana de la crisis, durante la estancia de los prelados en Roma. Se alojaron en lugares distintos (Carles lo suele hacer en el convento de la monjas de la Consolación en la capital italiana) y cuando se encontraban, el arzobispo los saludaba como si no pasara nada.

Poco a poco se saben también más datos sobre cambios en la curia. Nuestras fuentes nos han asegurado que Carles reservaba a Sáiz para designios más altos y que intentó no quemarlo como secretario general. Por eso intentó convencer dos sacerdotes para que se hicieran cargo de la cancillería diocesana. Parece ser que fueron Jaume González Padrós y Pere Montagut. Solo cuando estos respondieron que no aceptaban la oferta, el cardenal tuvo que suplicar a Sáiz que ocupase el puesto vacante.

Las próximas semanas prometen emociones fuertes…

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EL TRIANGLE, revista que circulaba fluidamente en muchos ambientes parroquiales, y que no era raro encontrarla en muchos despachos parroquiales durante el pontificado del cardenal Carles, añadía al artículo de Pep Martí el siguiente recuadro firmado con el pseudónimo Gregori con las instrucciones a seguir en la campaña de “agit+pro” contra la persona del arzobispo.
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La movida “Carles NO” toma forma

Un sacerdote barcelonés, persona de edad y buen observador de la vida diocesana, a quien atribuimos un pseudónimo para respetar su anonimato, nos hace una síntesis de la situación tal como la ve.

La oposición al arzobispo está tomando cuerpo con líneas definidas. No se trata de combatir su conservadurismo y españolismo. Son posicionamientos personales libres que clero y laicos pueden respetar. El problema es su ineptitud e incapacidad para el cargo, con grave perjuicio para la unidad y eficacia de la acción pastoral. Salvando siempre su honestidad y buenas intenciones. Las consignas que se van concretando son las siguientes:

1.-Difundir informes sobre la absoluta inadecuación de la persona, por razones rigurosamente eclesiales y pastorales.

2.-Provocar una cadena de renuncias y dimisiones. Nunca, pero (y esto es fundamental) de los cargos parroquiales o de atención pastoral directa de los fieles. Estamos al servicio de los cristianos, no del obispo.

3.-Renuncias y dimisiones, pues, de los cargos “superestructurales” (hoy prácticamente inoperante): los arciprestes, miembros de los consejos presbiteral y pastoral, nombramientos para comisiones, juntas y comités etc.

4.-Mover la sociedad civil catalana: otros obispos, sacerdotes, responsables religiosos, organismos de tipo cristiano, instituciones democráticas, (Generalitat, Parlament, partidos y asociaciones culturales etc.)

5.-Informar de cualquier acción, por pequeña que sea, a los medios de comunicación (especialmente escrita: agencias, periódicos y revistas). Hacer gotear cartas, artículos y noticias, siempre identificándose debidamente.

6.-No asistencia a actos convocados o presididos por el arzobispo actual que no sea estrictamente obligados o necesarios.

7.-Reducir al mínimo, o suprimir del todo, las gestiones, vistas, consultas, etc. a las oficinas del Obispado. Todo siempre basado en los principios de disentimiento y objeción de consciencia.

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¿Qué hay que hacer para defenderse del mudus operandi de la Unió Sacerdotal de Barcelona?

Como los reformadores luteranos que encontraban apoyo en los príncipes alemanes que se querían sacudir la obediencia al emperador Carlos V ¿qué había que hacer cuando un grupo agitador como la Unió Sacerdotal utilizaba todos los instrumentos, para alcanzar sus objetivos eclesiales, que el mundo no eclesial le ofrece como el resorte de los medios de comunicación públicos sujetos al Govern; la facilidad por aparecer en TV3; la cobertura por el Avui (filo ERC), Periódico (filo PSC), La Vanguardia (filo CIU) gracias a articular discursos con juego periodístico e ideológico; el beneficio de influencias y amistades de partido…? ¿Qué hacer cuando se apoderaba a su favor, instrumentalizándolos, de conceptos políticamente correctos, de ambigua definición pero de sugestivo efecto talismán como “abierto”, “dialogante” étc… para derrocar a su adversario por medio de la demagogia y no de la argumentación atenta, sólida y no fraudulenta? ¿Qué hacer para defenderse del terrorismo intelectual que practicaba y que tanta influencia dio (y parece aún da) personal tan peligrosos y con tan poca solvencia intelectual y, en no poca ocasiones, incluso humana?

Quinto Sertorius Crescens

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