Turull, también necesita clases de castellano
Hace un cierto tiempo dije que nuestro ecónomo (entre otros muchos cargos) el Rvdo. Antoni Matabosch necesitaba clases de catalán ya que en la información de la última jornada de "Germanor" (Dia de la Iglesia Diocesana) había traducido presbíteros por preberos, una traducción muy literal del catalán "prevere".
Este pasado fin de semana se celebró el Día del Seminario y como en la citada campaña de "Germanor" se acuerdan de los castellanoparlantes cuando hay que pedir dinero (la pela es la pela) y como en esta campaña se trata de recaudar, pues la información enviada a parroquias, instituciones y particulares estaba en los dos idiomas. Cosa absolutamente anómala, porque todas las informaciones, actividades y comunicados del Seminario durante el resto del año se hacen sólo en catalán.

Era humanamente comprensible la inmensa satisfacción que se reflejaba en el semblante de Monseñor Vives tras ser nombrado arzobispo “ad personam” de Urgel. Se acababa de apuntar un gran tanto. Un nombramiento que había recalado en su antecesor, Monseñor Martí Alanís, el mismo día en que se le había designado coadjutor, como premio de consolación a sus treinta años como prelado de la diócesis pirenaica; recaía en su persona tras solo nueve años de obispo residencial y con quince años de antelación a la edad de renuncia. Además, la distinción se había logrado con una inusual rapidez, fruto de la habilidad de Monseñor Ladaria, que es hoy en día el puente más eficaz entre el tándem Sistach-Vives y la Santa Sede.
El Periódico de Catalunya del día 11 de marzo del 2010, informa que Gaspar Hernández será el director de un nuevo programa de TV3 llamado Bricolatge emocional , una versión aplicada a televisión del programa de radio L’ofici de viure, que presenta desde el 2007 en Catalunya Ràdio, y que es uno de los más descargados de España.
17 DE NOVIEMBRE: VOTACIONES SOBRE EL ESQUEMA
La Cuaresma es un tiempo especialmente propicio para revisar nuestro camino ante Dios y una Cuaresma más, vuelve a sorprender el optimismo que manifiesta el Cardenal Martínez Sistach. Dios se lo conserve, pero en la verdad. Aunque su activismo carente de sentido y valor en muchos casos, no nos permita albergar excesivas ilusiones.





