El Código da Beza, por Dan Rius
Pensábamos que después de una controvertidísima tesis sobre el “Perì Archón” de Orígenes en el Pontificio Instituto Oriental de Roma in illo tempore, de sus despropósitos sobre las Pseudoclementinas (Homiliae y Recognitiones), de habernos aturdido con una riada de artículos sobre las “Cartas” de Ignacio de Antioquía en las que desmontaba y volvía a montar, según su iluminado criterio (el de Rius), las epístolas del obispo mártir de Asia y que tuvieron su culminación en una obra en inglés que hizo destornillarse de risa a toda la república de las letras griegas, y después de su prolongada dedicación al libro Hechos de los Apóstoles con una cuantiosa producción de trabajos en los que exponía sus ideas eclesiológicas atribuyéndolas a Lucas y a su versión “occidental” de ese libro, el pseudoerudito catalán, como el viudo Rius de la teleserie, iba a dedicar los últimos años de su existencia terrenal a recomponer su curriculum existencial y a componer, como Agustín de Hipona, sus “Retractaciones”. Pues, no señor. Rius se ha convertido en novelista. Imitador, en catalán, de Dan Brown, ha compuesto, con una señorita galesa, una novela de “misterio”: “Demostració a Teòfil”.

El abad de Montserrat explicó de manera incompleta el punto 73 de la Evangelium Vitae en su entrevista sobre el aborto de La Vanguardia del 25 de diciembre.
Mientras muchas familias catalanas están sufriendo duramente las consecuencias de la crisis económica (paro creciente, hipotecas sin pagar, dificultades para llegar a final de mes…) nuestros políticos que no tienen problemas de sustento, se dedican únicamente a cuestiones como el supuesto recorte del Estatuto por parte del Tribunal Constitucional, a discutir sobre los referendos no vinculantes sobre la independencia de Cataluña o a enfrascarse en un debate tan interesante como si las corridas de toros tienen que suprimirse o no en nuestra tierra.
Se lo decía la semana pasada: Sistach solo irá a la eucaristía de las familias del 27-D, si acuden otros cardenales europeos. Así fue: estaba el vicario de Roma, Vallini; el Presidente del consejo pontificio para las familias, Monseñor Antonelli; los curiales Rylko y Cordes; el cardenal de Lyon y el cardenal de Berlín. No podía faltar. Para él no se trataba de un evento por las familias, sino de una magna concentración de purpurados. Sin embargo, se fue de estranquis. Tan de estranquis que no existen ni tan siquiera testimonios gráficos. Únicamente la foto que encabeza este artículo, en la que se adivina al arzobispo de espaldas. Tan de estranquis, que ni tan siquiera se anunció en la mejorable web de la archidiócesis, que informa de todos y cada uno de los actos a los que acude Sistach, en una sección titulada “Agenda del Cardenal”. Tan de estranquis, que no se decidió hasta el último momento, cuando le confirmaron, por todos los conductos, que habría pleno de cardenales europeos. Tan sumamente de estranquis, que no fue acompañado por ningún fiel de la diócesis, pues la delegación de la familia, ni tan siquiera se dio por enterada de la invitación al acto.
El I Congrés Catalunya i Religió ha acabado superando todas las expectativas. Después de múltiples sesiones de debate los asamblearios han acordado separarse de la Iglesia Católica, romper los vínculos de comunión con Roma y constituirse en diócesis nacional. Con este paso queda constituida la “Església Unificada Nacional Catòlica de Catalunya” (ES.UN.NA.CA.CA).