Jóvenes de Sant Feliu, la nostalgia de unos tiempos ya caducados

Aunque parezca mentira en la foto que encabeza este artículo aparecen cuatro sacerdotes, que son los responsables de la Delegación de Juventud del obispado de Sant Feliu, posando junto a otros miembros seglares de dicha delegación. Se trata del actual delegado, el Rvdo. Carles Muñiz (con camisa de cuadros, el tercero por la izquierda de la fila de abajo), el Rvdo. Josep Maria Domingo (el primero de la fila superior), el Rvdo. Josep Vicenç Moragues (el cuarto) y el Rvdo. Josep Ramon Ruiz (el sexto).

Hemos dicho en otras ocasiones que el hábito no hace al monje, pero es sintomático, que ninguno de estos clérigos, vista, aunque sea de lejos, de forma sacerdotal, de manera especial teniendo en cuenta que la mayoría de los jóvenes ordenados de las últimas promociones lo hacen y más si se dedican a la juventud, como pudo comprobarse en la última Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Pero en la diócesis de Sant Feliu las cosas funcionan de otra manera, siguiendo unos esquemas antiguos, de aquella época nefasta de la JOBAC (de la que se ha hablado en otras ocasiones en esta web), fracasada y olvidada en casi todas partes, pero muy viva en esta diócesis de reciente creación. Y es que el copríncipe Joan Enric Vives diseñó una diócesis a su gusto, pensando que acabaría siendo su titular, allí llevó a todos sus amigos progresistas, y a los sacerdotes jóvenes que controló en el Seminario y que sabía que eran de su cuerda, porque se habían formado en la JOBAC o en otros movimientos juveniles de similares características. De esta manera la herencia que ha recibido el bueno de Don Agustín Cortés, está ciertamente envenenada, porque muy poco puede hacer para cambiar lo que tiene, y necesitaría más de 50 años para sustituir a su clero actual (incluyendo los jóvenes que había antes de su llegada) por unos sacerdotes en la línea de nuestro Santo Padre. En favor del obispo Agustín hay que decir que una buena parte de los sacerdotes ordenados por él (como el Rvdo. Juan Antonio Vargas o el Rvdo. Francisco García Baca) son de otro estilo pero el cambio es sumamente lento y los que siguen mandando y controlando todo son los chicos de Don Joan Enric (amigos y discípulos del copríncipe).

El pasado sábado 28 de enero se celebró en Gavá el Encuentro Diocesano de Juventud, para poder tener un poco de quórum se tuvieron que unificar todos los encuentros juveniles de la diócesis, concretamente el de los Esplais cristianos, el de grupos de confirmación y el de jóvenes. El encuentro ha quedado recogido en un vídeo que no tiene desperdicio, es la puesta en escena de toda la parafernalia propia de aquellos encuentros "jobaqueros" de los años 80: guitarras, palmas, aplausos, mucho follón en el templo, chicas llevando los cirios en la Procesión de Entrada de la Santa Misa, seglares en el presbiterio, cartelitos colgados en el altar y un obispo que tiene que tragar con todo porque no tiene otro remedio. No se pierdan al buen discípulo de Turull, el Rvdo. Agustí Roig en la plaza de la Iglesia, megáfono en mano o el manteo final dentro de la iglesia del delegado de juventud, como si fuera un torero o un futbolista.

A mi me parece muy bien que los jóvenes católicos sean alegres, se lo pasen bien y que en algunos momentos canten canciones movidas, el problema no es ese, el problema es que en este tipo de encuentros no hay nada más, no hay silencio, no hay oración profunda, no hay momentos de intimidad con el Señor, y no hablemos de confesión o de Adoración al Santísimo, porque aunque ese momento fue una de las imágenes clave de la JMJ de Madrid, aquí no están para estas cosas, siguen encallados en aquellos esquemas que nos han quemado varias generaciones de jóvenes. Mucho ruido, mucha juerga, muy poco respeto a las cosas sagradas y nula o escasa espiritualidad.

Contrasta esta triste realidad de Sant Feliu con el cambio que se está observando en Barcelona, y una vez más nos alegramos de que haya cosas que vayan bien en nuestra diócesis, el nombramiento del Rvdo. Bruno Bérchez (en la fotografía) como delegado de Juventud, por parte de n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach ha sido todo un acierto, se ha notado y mucho en las primeras actividades de la Delegación desde su llegada. Así por ejemplo en el Cursillo para animadores jóvenes, organizado por la delegación este pasado fin de semana (11 y 12 de febrero), fueron invitados para que explicaran su forma de evangelizar los Sentinelle del Mattino (Centinelas de la mañana), presentes en el Congreso de Evangelización de Manresa, se trata de unos jóvenes que salen al encuentro de otros jóvenes en las zonas de diversión nocturna y les invitan a la Adoración Eucarística en iglesias abiertas donde el Señor está expuesto toda la noche.

Nada tiene que ver el estilo (y sobre todo la vestimenta) del actual delegado con su antecesor, el Rvdo "jobaquero" Toni Román, que para nada desentonaría en Sant Feliu. El cambio ha llegado a Barcelona, pero parece que en Sant Feliu tardará en llegar.

Antoninus Pius