Marcel(·lí) Joan i Alsinella y el Integrismo es pecado

La locuacidad y vedettismo del canónigo Arenas nos ha permitido llegar hasta Marcel·lí Joan i Alsinella.

Este discreto personaje es de mucha importancia para comprender los flujos de información que circulan entre el Palacio Episcopal de Sistach y la Avenida Gaudí número 13, 1, 2ª, sede de: (A) las fundaciones del independentista, y hoy investigado por la Sindicatura de Comptes para ver en qué destinaba el dinero de las subvenciones, Miquel Sellarés Perelló (Opinió Catalana, Tribuna Catalana…) y (B) del Centre d’Estudis Conciliars (García Clavel, Carbonell…) y Catalunyareligió.cat (Llisterri…).

Marcel·lí Joan i Alsinella (1959) es un periodista muy ideologizado que ha hecho carrera política y eclesial de la mano de Ignasi García Clavel y del difunto Joan Carrera, un buen hombre pero un desastre a la hora de escoger cargos. El pasado político del obispo Carrera, miembro fundador de CDC, ofuscaba sus apuestas sobre quien recomendar. Una hipoteca que el obispado y sus prelados (Carles, e incluso Sistach), han pagado muy caro. El gran activo de Carrera, para su nombramiento, fueron su simbolismo y amistades, un gran pasivo a la larga para la diócesis.

Marcel·lí Joan i Alsinella hasta 1997 fue jefe de relaciones externas (jefe de prensa y protocolo) de la Dirección General de Servicios Penitenciarios y de Rehabilitación cuando el cargo de director general lo ocupaba Ignasi García Clavel (1990-1999). Dicha dirección general es dependiente de la Conselleria de Justicia de la Generalitat de Catalunya. Todo ello bajo el gran paraguas de Unió Democràtica de Catalunya (U.D.C.) quien tuvo el control de la Conselleria de Justícia durante todo el pujolismo (1980-2003).

No es de extrañar que ahora, con la vuelta en 2011 de CiU a la Generalitat , Marcel·lí Joan fuera colocado como jefe de prensa de la Delegación de la Generalitat de Catalunya para las comarcas de Barcelona, cargo -el de delegado- que ocupa desde el 9 de febrero de este año Salvador Jorba Nadal de UDC (en la foto de la izquierda), por elección de su superior jerárquico, la vicepresidenta Joana Ortega Alemany, también de UDC.

Hay que recordar que Ignasi Garcia Clavel había sido designado como delegado de la Delegación de la Generalitat en Barcelona cuando le removieron de Servicios Penitenciarios en 1999 por las fugas de presos.

Y es que la relación entre García Clavel y Marcel·lí Joan viene de largo. De aquellos años en que el primero era gerente del Instituto Catalán de Servicios a la Juventud (1985-1990) y el segundo campaba por el Club Infantil y Juvenil Bellvitge y se relacionaba con los clérigos de San Viator en Hospitalet y en especial con uno de sus miembros el P. José Ramon Zudaire, de quien Marcel·lí Joan, en cierta medida puede considerarse discípulo en aquella gran periferia urbana de la gran Barcelona de los años ochenta. De ahí viene la relación con Carles Armengol Siscares, vicepresidente hoy de la Fundació d’Escoles Parroquials, entidad presidida actualmente por García Clavel, y también con su hermano el sacerdote Xavier Armengol Siscares, que fuera consiliario del MUEC de Pié y Matabosch (y de Llisterri, Bobby Baró y compañía).

Aquellos años ochenta, década en que la dirección general de Juventud –de la cual dependía el Institut Català de Servicios de Joventut dirigido por García Clavel-, era ocupada por el jesuita Enric Puig Jofra (1980-1989).  

Del buenismo imprudente de Carrera a los Enric Puig, García Clavel, Carles Armengol y Marcel·lí Joan

Cuando el Tripartido desalojó a CiU del poder, el obispo Carrera colocó en 2005 a García Clavel y a Armengol Siscares en la Fundació d’Escoles Parroquials. Sistach venía de Tarragona y falto de resortes, confió en Carrera y sus apuestas. Había que asegurarse la paz.

Pero este salto de la conga de CiU al obispado y del obispado a CiU había tenido mas de un precedente. En 1996 el obispo auxiliar Carrera colocó al P. Enric Puig como secretario canciller del obispado de Barcelona. A principios de junio del año siguiente hizo lo mismo con Marcel·lí Joan a quien colocó como delegado general de Medios de Comunicación (una nueva área creada entonces) con el casasantiaguero Jaume Aymar como adlátere.

Todo ello en aquella gran reestructuración que hizo el aún bisoño Carles y que puso al padre Riu en la delegación de Educación Cristiana; a Salvador Barcardit en Pastoral Social; a Antoni Matabosch, con gran sentido del humor, en Apostolado Seglar y a Ramon Corts como rector del Seminario. La Unió Sacerdotal de Barcelona se cargaría a Corts al cabo de un año. De aquellos polvos vienen los lodos de hoy día.

La influencia de Carrera duraría tres años mas. El cardenal Carles quiso cambiar el rumbo de una iglesia diocesana que mas que apostólica y romana parecía un negociado de CiU y el gobierno Pujol. Fue aquel sonado 2000 donde la destitución de Puig se llevaría por delante la influencia de Carrera en la curia y haría saltar a Marcel·lí Joan de su cargo.

¿A qué dedicaría ahora Marcel·lí Joan su tiempo libre? (como cantaría José Luis Perales, además de esquiar como puede verse verse en la fotografía de la derecha) A lamerse las heridas y a colaborar con García Clavel, entonces director general de Asuntos Religiosos, en la organización por parte de la Generalitat (¡Qué tiempos!) de la Exposición Germinabit. Todo un ejercicio de propaganda y esfuerzo donde se regateó a toda ultranza la palabra católica para designar a la Iglesia en Cataluña. Como miembro asesor, Marcel·lí entraría en contacto con los elefantes del nacional catolicismo versión catalanista, en especial con el gran gurú y director de la exposición Albert Manent Segimon (Barcelona, 1930). ¡Cuanto aprendería entonces sobre el integrismo y el pecado!

Antes de ser repescado por CiU en 2011, durante su década seca del primer milenio, Marcel·lí colaboraría con la fundación nacional católica versión catalana "Relleu" , de la cual es miembro el P. Enric Puig. Fundación con un portal en Internet con unos enlaces muy interesantes ( www.elmati.cat ; www.jordipujol.cat ; www.carlescardo.org; www.catalunya.oberta.cat ) y una maquetación y caracteres calcados a la de la web de comentarios pornográficos El Integrismo es pecado. ¡Si Carles Cardó, la Foguera Alta de los años veinte y treinta, levantara la cabeza!

Los vigilantes jurados del nacional-progresismo eclesial vigilan sus plataformas y que no venga un Munilla

Una amistad on line une a Marcel·lí Joan con Carles Armengol Siscares, Josep Maria Carbonell Abelló, Jordi Llisterri, Ramon Basas Segura o Joan Salicrú Maltas, todos ellos colaboradores, junto a Ignasi García Clavel, del Centre d’Estudis Conciliars y su web Catalunyareligio.cat.

Quien podría prever que los promovidos por Carrera acabarían en el activo hoy inútil para la política de la sociovergencia. Ejercito informativo del pater Arenas, una curiosa y serpenteante S que acaba uniendo a Sellarés con Sistach.

Pero, como empezaba el catálogo de la exposición Germinabit: " Germinans germinabit, et exsultabit laetanda et laudans: gloria a Libani data est ei, de cor Carmeli et Saron… " (del Introito de la Misa de la Virgen de Montserrat).

Pepino di Capri