Es de bendecidos tener un corazón agradecido: ¡Gracias, Santo Padre!
Yo, como nunca recuerdo los refranes, me los invento, por lo que me he inventado el título de esta entrada con la que espero se hinchen sus corazones de gratitud hacia Nuestro Señor por la persona del Santo Padre en lo que se nos ha permitido tenerlo como su Vicario.