InfoCatólica / Deo Omnis Gloria / Archivos para: Agosto 2022

26.08.22

Hoy en la ferretería

“La gracia auxilia para comprender la esclavitud al pecado y, finalmente, liberarnos”.  

 

Hoy en la ferretería, platicando con algunos vecinos sobre la difunta Florcita Solano, persona muy querida quien falleciera apenas días después del querido Isidro, caíamos en la cuenta de cuán fácil es hablar mal del prójimo y qué difícil no hacerlo. Pero, es natural, lo nuestro es el pecado y todo lo bueno, es gracia de Dios.

Quiere decir que Dios no se equivoca, todo lo bueno es gracia y lo malo, cosa nuestra.

Lo decía con frecuencia Stewart Long (Father Stu), un boxeador que llegó a ser sacerdote y de quien se ha hecho recientemente una película muy agradable, ya que explica muy bien que todo lo podemos por gracia de Dios y que, por eso, cuando se trata de transformar al ser humano, para Dios nada hay imposible.

De hecho, yo veo entre la gente simple de mi pueblo tanta fe, esperanza y caridad que me parece imposible nada para Dios y para la Iglesia, que es Cristo.

De hecho, hasta sonrío ya que ni siquiera haber tenido muchísimos párrocos de variada teología, ha socavado su fe.

Dios me permite ver de forma muy cercana que nada le es imposible.

Y veo también tantos jóvenes seminaristas que entienden grandísimo daño que la apostasía le ha hecho a la Iglesia y que van creciendo en sabiduría y llegan a ser ordenados pese a los muchísimos desafíos que Dios les presenta en el camino.

Vengo pidiendo a Dios por muchos santos sacerdotes y, me parece que en estos seminaristas está la esperanza, en su amor por Jesús y su deseo de santidad.

Además, veo a tanta gente devota de María santísima, consagrada a su sacratísimo corazón que por eso también tengo confianza en el poder de Dios.

No sé si el Señor nos está preparando para el final de los tiempos pero si fuera así, me parece que lo está haciendo muy bien. Igual lo hace bien de cualquier manera.

Y, si fuera el final de los tiempos, como si no, todo es parte de un proceso que por fe sabemos tendrá un buen fin.

Por eso, si fuera que -como dijo Benedicto- llegáramos a ser un “resto”, estaría bien; de hecho, me parece que son pocos los consagrados y fieles significativamente libres.

Digo “significativamente” libres ya que, en razón del pecado, nadie es libre al 100%; libre es María Santísima, por ejemplo, pero ya sabemos que solo colmados de gracia podríamos serlo; por tanto, así como esclavos del pecado somos, quienes fueran “significativamente libres” serían personas cuya soberbia ha quedado en el tamiz del dolor y la humillación.

La Iglesia católica que pudiera estar preparando el Señor estaría formada por “un resto” de personas humildes en grado poco conocido y que, por humildes, desearan mucha santidad con la que el Señor los colmara.

En aquel tiempo fue algo raro de ver pero -dos mil años después- podemos decir que, siendo como sucedió, no fue rara la gracia que en los Doce transformó la historia humana; por lo mismo, por qué lo seria en nuestro tiempo?

Acaso hay algo imposible para Dios?

19.08.22

Ayer enterramos a Isidro

Ayer enterramos a Isidro.

Cuando llegamos a este pueblito, papá se mostró encantando de que viviera cerca un maestro ebanista que había hecho su carrera trabajando para una de las más afamadas mueblerías, la conocida Urgellés & Penón.

Y no era que papá fuese persona de gastar mucho dinero en muebles pero le gustaba tener libreros perdurables para sus cientos de libros.

Isidro fue el afortunado pero más nosotros porque tuvimos la dicha de conocerlo, también a Martina, su esposa querida y dos hijos, Johnny, el menor y William.

Ayer cuando regresaba del funeral, un vecino que andaba también, me pasó al lado al momento que decía “Que palo de hombre!”. Está en lo cierto, Isidro fue un “palo de hombre” y no solo por trabajar con la madera sino que parecía estar hecho de la misma fibra, de la misma nobleza, fuerza, resistencia y generosidad.

Ahora que lo pienso, tal vez eso tienen los maestros artesanos desde que existen y es que el oficio los moldea, los moldea el material con el que trabajan. 

Tal vez eso mismo sucede cuando alguno, desde muy joven, se da al oficio de conocer y amar a Dios. Podría ser que vaya y venga, que caiga y se levante, que ofenda y pida perdón pero al final su vida se habrá ido modelando con el material que le proporciona Dios. Y todo por mera gracia, sin que haya mérito ni otro objetivo más que el deseo de conocer y amar cada vez más y mejor.

Ahora que lo pienso, así le debe pasar a Kinxo, mi amigo de Huesca que es chef en mi país.

De hecho, a todo el que se tome su oficio de conocer y amar, le debe suceder igual; a menos que no le suceda, por supuesto; porque, digo yo que hay casos de casos, no es verdad?

Pues, eso, ayer enterramos a Isidro y hace poco habíamos enterrado a Martina, su querida esposa.

A mí, por lo que me alegra es porque, si Dios lo tiene a bien, ese par de dos se juntará de nuevo como cada domingo después de misa para ir a jugar Bingo a la Cruz Roja de Guadalupe toda la tarde.

Ayer sentí ganas de llorar pero no, ¡cómo voy a llorar por ese “palo de hombre”!
Sería como llorar debido a que Dios es bueno conmigo.

Aunque no sería malo llorar por eso también. :)