¡Qué pedazo de cielo fue esa misa!

Anoche asistí a misa de Requiem la que fue celebrada bajo el novus ordo en latín y ad orientem.

El Coro Lírico Herediano, de gran prestigio, engalanó la celebración.

Ha sido el padre Sixto Varela, de la Diócesis de Alajuela cuyo obispo es Monseñor Angel SanCasimiro, quien celebró bajo esa forma del rito latino.

Fue, Sebastián Camacho, un joven acólito y amigo, quien -para colaborar con el padre Sixto- buscó apoyo en el grupo de fieles que promovemos la celebración de ambas formas del rito latino; aunque, a decir verdad, creo que fue por la colaboración entre padre Sixto y Sebastián con la gracia, que la misa de Requien de 2 de noviembre del 2015, es hoy un hecho consumado.  

Como pocas veces en mi vida estuve absorta durante toda la celebración pero, cómo no estarlo si, desde la procesión de entrada, estuvo colmada de belleza?

En cierto momento, durante la plegaria eucarística, me di cuenta que había permanecido inmóvil durante mucho tiempo. Fue cuando también noté el apaciguado ritmo de mí respiración y el hecho de que estaba, muy pero muy en paz. 

Y cómo no estarlo si, ante mi estaba el padre Sixto - in persona Christi-  de cara al Padre?

Mientras tanto, arriba -en el coro- los ángeles cantaban.

Una y otra vez, el padre Sixto entregaba sus oraciones junto a las nuestras. Nuestras alegrías, nuestros fracasos. Nuestros temores y tristezas. Nuestra súplica vehemente pero, también, nuestra alabanza y nuestra gratitud…

Muy pero muy cerquita del Padre, literalmente, ofrendándose por Cristo, con El y en El.

Presentándonos como un ramillete puesto a los pies de la Cruz.

El querido padre Sixto también al lado de María. Mi entrañable “María de la Cruz”. Yo misma, ahí estaba y estaban mi padre y mi madre. Mis abuelitos. Teresita y Teresa, también Benedicta de la Cruz. Ahí estuvimos todos. En medio del coro celestial cantando Sanctus, Sanctus, Sanctus, ¡Deus sabaoth!

Cómo podría alguno no quedar absorto pero, principalmente, transformado?

Por mi mente pasaron las palabras de Pedro durante la Transfiguración: - “Qué bien se está aquí!”

Aunque, supe de inmediato que aquello no sería para siempre, que era lo justo que fuera de ese modo ya que, tan solo de estar en contacto con la gracia abundantemente prodigada en la misa, quedaríamos capacitados para regresar a cumplir lo encomendado.

Sea lo que fuere y adonde fuere. Del modo que fuere.

No creo que nunca antes me hubiese quedado tan claro.

¡Qué pedazo de cielo fue esa misa!

La recordaré por siempre.

Gracias, padre Sixto y agradezca por mí a su obispo.

Gracias Sebastián, Dios te guarde; también a usted, querido José Pablo y, por supuesto, a don Didier querido.

Gracias, Señor, por haberme dado a entender tantas cosas a través de la Liturgia.

Tu amada Liturgia.

Que tu generosidad de Padre tiene a bien compartir con nosotros.

Gracias, Padre.   

10 comentarios

  
antonio
Claro que si!!!!!!!!Admiración, asombro, salir de uno mismo, belleza, el cielo en la tierra, el Tabor!!!!!El respeto a Dios Nuestro Señor en la EUCARISTIA, (DIOS), nuestra unión progresiva a EL, es EL que nos da fuerza para todo, la Misa Debe volver a celebrarse, con unción,, sino DIOS, a nosotros personitas, que cabe esper.ar , que EL, se acerque a nosotros, que podamos cumplir con su palabra, más bién imposible.Es asombro ,admiración, extasis, perdura, y es lo que te ha hecho escribir esté hermoso post.Siempre recuerdo, de los 2 años,debe ser porque era muy féliz, en ese tiempo, mi Madre en Nuestra Señora de Pompeya, una anciana extasiada mirando a la Santisima Virgén, un lugar muy humilde, cientos de personas, lentamente, con gran respeto.
Es muy bello, la Belleza, donde está la BELLEZA está DIOS!!!!
Que Dios te bendiga y bendiga la Iglesia, y sigamos con lo fascinante, lo positivo.La exigencia asusta, pero volvamos siempre a la Fascinación!!!Muchas Gracias.
04/11/15 12:14 PM
  
antonio
y Asi nadie saldra volando Ja!!!!Ja!!!!
04/11/15 12:19 PM
  
Miguel Antonio Barriola
También con las reformas postconciliares en la celebración de la Eucaristía,muchos hemos experimentado "pedazos de cielo".
Y...antes del Concilio muchísima gente asistía al ahora llamado "rito extraordinario", aburriéndose soberanamente.
Tanto ahora como entonces, se requiere aprecio por lo "idéntico y eterno", que se viene actualizando sacramental y milagrosamente desde la Última Cena.
Tanto una Misa en el Vaticano, como en la más pobre capilla rural de barro y techo de paja, encierran el mismo y glorioso misterio de Cristo ofrecido en su muerte y resurrección, para la redención del mundo.
Cuando el mismo Cristo adelantó por primera vez el misterio insondable de su sacrificio, se nos dice que "se produjo un altercado a propósito de quién de ellos debía ser tenido como el mayor" (Lc 22, 24). No por eso fue menos "celestial" la institución misma de este sacrificio, que se ha ido actualizando con innumerables rituales a lo largo de la historia.
04/11/15 8:44 PM
  
Uriel Rivas
Ojalá volvieran a ofrecer a Nuestro Señor ese tipo de Misas que lo hacían a uno elevarse a un pedacito de Cielo y al salir de la Iglesia con una paz acogedora y después volver a la realidad de nuestro camino muy difícil a Dios Nuestro Señor.
05/11/15 1:24 AM
  
antonio
Estimada Maricruz

Paul Claudel se convirtio al entrar a Notre Dame, y escuchar, y ver la Santisima Misa.

San Agustin se conmovio, al escuchar una misa.

Aqui en Infocatolica, el Cardenal Burke a los Jóvenes de San José, una misa pontifical,convesiones y los confesionarios a pleno.

La BELLEZA!!!!
05/11/15 2:56 PM
  
Silvia Inés
Hermoso artículo, Mari Cruz, quiera Dios que llegue a muchas almas para que se interesen por ese tesoro inconmensurable que es la santa Misa tridentina que iluminó la Iglesia durante tantos siglos.
05/11/15 11:31 PM
  
Tatiana
Excelente comentario Miguel Antonio.
Cada Santa Misa para mí es un pedazo de cielo, sea Tridentina o Novus Ordo, ya que se vive realmente el Sacrificio de Jesús en la Cruz.
06/11/15 10:51 PM
  
Anónimo...
Me he acercado (mejor, retornado) a la Iglesia hace poco años, después de estar treinta alejado de ella, y para acercarme a las Sagradas Escrituras me compré varias biblias distintas. Entre otras, la Biblia de Jerusalén, en letra pequeña y en letra grande...

Un consejo cristiano.

; )
08/11/15 3:14 PM
  
Vladimir
La Santa Misa debe ayudarnos a crecer en santidad a los que asistimos a ella.
Hoy es difícil que eso se dé, porque los mismos fieles llegan al Templo y no dejan de tertuliar hasta que el Sacerdote inicia la Celebración. No tienen noción de que lo que se va a Celebrar es el Sacrificio del Señor.
No ven en la Misa más que un acto piadoso donde rezamos y nos encontramos con los conocidos y amigos.
Por otro lado cuesta realmente asistir a una Misa, donde el Sacerdote transmita esa unción que denota su firme convicción en lo que está celebrando.
María y José que cuidaron en Nazareth, el Pan bajado del Cielo, nos ayuden a vivir nuestras Eucaristías con Fe consciente y operante.
09/11/15 2:45 PM
  
Othon Esqueda
No creo que sea promotora de ambos ritos. La estúpida idea de combinar la forma ordinaria con tintes de la forma extraordinaria, es solamente para darle gusto a gente como usted y los que se dicen sus seguidores. Su dramática nota, con tintes telenovelescos, simplemente demuestra que usted quiere una misa de revoltijo y no respetar lo ya establecido y rubricado por San Juan XXIII y el Papa Emérito. Si la idea neocona de hacer una forma que sea resultado de la combinación de las actuales formas permitidas progresa, estará ratificado el estado de confusión en que se encuentra la Iglesia.

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Othon Esqueda:
Para su información, la misa celebrada utilizó el misal de Pablo VI. Tiene algún problema con eso? Asumo que no; por eso, de ahí en adelante su crítica sale sobrando.
17/11/15 7:31 AM

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