La Isla del Dr. Moreau: 150 híbridos humanos en el Reino Unido
La «ley de la pendiente resbaladiza» en bioética se está mostrando apodíctica. La «Isla del Dr. Moreau» se ha convertido en un parque temático. Lo siento, a mi me escandaliza, y me escandaliza más el silencio que la encubre.
Hace tres años comentaba el terror que me provocaba la «Ley de Fertilización Humana y Embriología» que estaba a punto de aprobar el Parlamento Británico y que permitía la fecundación interespecífica. Monseñor Sgreccia alertó de inmediato:
Constituye una ofensa para la dignidad del hombres. Es un intento de fecundación entre especies que hasta ahora estaba prohibido por todas las leyes sobre fecundación artificial.
La unión hombre-animal, aunque no sea sexual, representa uno de los horrores que siempre han provocado el rechazo de la ética. Cada vez que se ha roto la barrera hombre-animal se han visto consecuencias muy graves, incluso involuntariamente.
Los de siempre cargaron: éramos unos alarmistas, las condiciones eran muy restrictivas, los ‘embriones’ debían ser destruidos a los 14 días, que negarse era poner freno a la ciencia, la cantidad de enfermedades que serían curadas.
El día 23 de julio, el Daily Mail descubría que desde la aprobación se habían producido en secreto en torno a 150 embriones híbridos humanos, con la supuesta finalidad de «curar enfermedades». Las mismas mentiras que con las «células madre embrionarias».
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