El Primado de los Anglicanos Tradicionalistas sufrió salvajes abusos sexuales
Un tema que se ha tratado de modo bien extenso en InfoCatólica –y en este blog– es el de los Ordinariatos y todo el proceso de «vuelta a casa» de grupos de fieles provenientes del anglicanismo.
Con inmensa alegría y expectación hemos ido contando los pasos, las dificultades, los pronósticos. Los más duchos en la materia ya sabéis que una pieza fundamental ha sido la TAC – Traditional Anglican Communion –, comunión de iglesias anglicanas que acudieron a la llamada maternal de la Iglesia Católica. El camino quedaba fijado con la Constitución Apostólica Anglicanorum coetibus, y la figura canónica del Ordinariato.
El ‘líder’ que guía a la TAC en la travesía es el Primado John Hepworth. A todos los que observábamos el proceso nos parecía un personaje, cuanto menos, curioso. Dado que la ordenación anglicana no es válida –se perdió la sucesión apostólica– los pastores anglicanos, uno a uno, y estudiando las circunstancias, podían ser ordenados y en caso de que estuviesen casados, ordenados con la dispensa del celibato. No así los obispos, incluso en la tradición ortodoxa son siempre célibes. Los ‘obispos’ anglicanos casados no pueden llegar a serlo católicos.
En ese contexto nos llamaba la atención el caso del australiano Hepworth. Se ordenó como sacerdote católico en 1968 y en 1972 abandona y se va al Reino Unido. Se divorció y volvió a casar. El 1976 se une a la Iglesia Anglicana de Australia, en 1996 obispo auxiliar y en 1992 es elegido primado de la TAC.
Su ’situación’ levantó algunas suspicacias. Hubo quien lo interpretó como una vía de escape para sacerdotes católicos que no aceptasen el celibato (conviene recordar que Hepworth es ya sacerdote, para siempre). Otros dudaron de sus buenas intenciones. Pero parece que hay mucha más rectitud de intención de lo que parece, y se nota la mano de la Providencia. Sin lugar a dudas, lo que hay es un drama escalofriante que ha salido a la luz el pasado fin de semana.
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