Novena de nueve meses para regenerar Francia. En serio
En plena represión socialista en Polonia el cardenal Wyszynski propuso la novena del Milenio del Bautismo de Polonia. Fueron 9 años, de 1957 a 1966, de oración de todos los fieles para la renovación moral de la patria y el ofrecimiento a la Santísima Virgen. El 4 de julio de 1979 San Juan Pablo II renovó la consagración de Polonia a Nuestra Madre:
Los últimos decenios han confirmado y hecho más intensa esta unión entre la nación polaca y su Reina. Ante la Virgen de Czestochowa fue pronunciada la consagración de Polonia al Corazón Inmaculado de María, el 8 de septiembre de 1946. Diez años después, se renovaron en Jasna Góra los votos del Rey Jan Kazimierz, en el 300 aniversario de cuando él, después de un periodo de “diluvio” (invasión de los suecos en el siglo XVIII) proclamó a la Madre de Dios Reina del reino polaco. En esa efemérides comenzó la gran novena de nueve años, como preparación al milenio del bautismo de Polonia. Y finalmente, el mismo año del milenio, el 3 de mayo de 1966, aquí, en este lugar, el primado de Polonia pronunció el acto de total esclavitud a la Madre de Dios, por la libertad de la Iglesia en Polonia y en todo el mundo.
Nuestros hermanos franceses parece que se han inspirado en aquello, y se ha puesto en marcha una novena de nueve meses, en la que los fieles, asociaciones, parroquias, diócesis, comunidades y movimientos están llamados a orar por Francia y por cada uno de sus hijos. Nueve meses para que toda una nación, sí una nación, vuelva sus ojos a Cristo a través de su Madre.
La novena comenzó el 15 de noviembre y durará hasta el 15 de agosto. El Primado de Francia, el cardenal Barbarin, como contaba InfoCatólica decía:
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