Un milagro para San J. H. Newman
El «Vaticano» reconoce —i.e., no hay explicación científica posible— un milagro atribuido al Cardenal Newman, condición previa y necesaria para poder declararlo beato. Y el anuncio parece que va a ser inminente.
Hace tres años ganaba velocidad la causa de canonización de John Henry Newman —cómo le llamaremos, ¿san Juan Enrique?, cuesta decirlo así—. El fin de semana pasado el Times nos revelaba que fue Jack Sullivan, diácono de Marshfield (Massachusetts), el que afectado de un severo trastorno espinal crónico, hace siete años, una noche, pidió por intercesión Newman su curación, y a la mañana siguiente despertó y el dolor había desaparecido.
El Times (no sé si agarrándose a un clavo ardiendo o deseándolo) prevenía a sus lectores de que aún así, todavía faltaba otro milagro para la canonización. Ese milagro también está en estudio, un joven de diecisiete años con graves lesiones craneales provocadas en un accidente de tráfico.
He esperado unos días a publicar el artículo, confiaba en conocer más detalles, reacciones y comentarios, pero nada. Silencio en la prensa. Y me molesta el ocultamiento —picajoso que es uno—. Por que milagros de Newman, milagros también de los de verdad: conversión y paz, conozco varios. Y alguno de mis compañeros de blog os podrían contar.
Últimos comentarios