Vidal Wyoming y la batasunización de Religión Digital

Hasta ahora la única conexión entre Religión Digital y el grupo de Roures era el periodista Jesús Bastante. Ayer se cruzaron las últimas fronteras y han decidido compartir también los modos, las tácticas fascistoides y, quizá, los fines.

El que fuera pionero en la información religiosa en Internet vive sus momentos más bajos. La llegada de Bastante, periodista expulsado de ABC por no respetar los principios deontológicos más elementales, supuso el inicio del declive. Poco a poco, caverna, ultracatólico, ultraortodoxo y otras simplezas propias de su estilo, van llenando las escasas noticias del portal.

Pero ya han saltado las alarmas:

• dos rebeliones de bloggers a cuenta de la exhibición de pornografía
• la pérdida definitiva de la propia marca, que la convierte en una simple sección del diario de los hermanos Rojo
• un rediseño forzado, que por falta de conocimientos han empeorado todavía más
• la marcha del blogger que proporcionaba la mayoría de las visitas
• anunciantes descontentos porque se sienten engañados con las cifras
• bloggers que todavía se están planteando su permanencia en el portal

Causa y efecto de un desplome brutal de visitas, credibilidad y prestigio.

Aún así, parecía que los contínuos ridículos de Bastante no contagiaban el errático desempeño profesional de Vidal. Ridículos que van desde la famosa visita de Bertone que cuestionaba el liderazgo de Rouco —¿os acordáis?— a la increíble noticia confirmada (sic) de que desaparecía la diócesis de Guadix.

Pero sin capacidad de convocatoria y reacción, el sacerdote secularizado José Manuel Vidal (al que conocen en el mundillo como el cura rebotado) se tira al monte. En un baboso copia y pega, intenta emular a Wyoming para conseguir sus objetivos. Sin confirmar la noticia, sin llamar a ninguna de las partes, se limita a reproducir una entrevista de un medio separatista catalán a un religioso separatista vasco en la que ambos queman sus últimos cartuchos en la operación «amá, no, Munilla no»

¿El objetivo? Denigrar el nombre de Mons. Munilla, ensuciar la fama y ponerlo en la diana (que sabemos muy bien lo que significa allá donde va el obispo). Un modo de proceder que, desgraciadamente, nos suena.

En su día dilapidó su prestigio profesional pontificando que el único cardenal que nunca podría ser Papa era…, el cardenal Ratzinger. Luego escribió un librito con el que intentaba demostrar que no, que él no se había equivocado, que todo era una conspiración vaticana para dejarle mal. En ambientes periodísticos causó más lástima que risa. Incluso hubo quien compró el panfleto.

Hoy, de nuevo, se ha demostrado que su capacidad de análisis e influencia no son lo que fueron. Pese a los intentos por hacer creer —supongo que al menos él se lo creía— que Mons. Munilla nunca sería Obispo de San Sebastián, el 9 de enero don José Ignacio será obispo residencial.

Como en ocasiones anteriores la reacción ha sido la pataleta. Intentó una campañita para que renunciase en plan austriaco. Como tampoco le hicieron caso, se ha alineado con el sector abertzale del clero guipuzcoano.

Imitando el proceso autodestructivo de los alcohólicos, maltratos incluidos, da miedo imaginarse cuál será el siguiente paso en Religión Digital.

PD: Para entender el contexto del post podéis leer el artículo (y los enlaces): El párroco de El Salvador de Zumárraga asegura que Arregui ha calumniado a Monseñor Munilla