Las vocaciones son conservadoras
Es lo que hay en seminarios, monasterios y conventos. Pregunten por las colas para ingresar en los noviciados más progresistas. Entérense de cuántos seminaristas tienen las diócesis más avanzadas. Podemos dar una vuelta por los institutos más al día, sobre todo de vida activa, conocer las nuevas espiritualidades de algunas religiosas, la apuesta por el manipulado Vaticano II de tantos. Tal vez no nos atrevamos a hacerlo.
Curiosamente, las pocas vocaciones que salen, menos entre otras cosas por el enorme descenso de la natalidad, acaban en seminarios y noviciados de indiscutible fidelidad a la Iglesia de siempre. Los datos son tercos.
Hace no mucho, hablando con una religiosa sobre este particular, me decía que las órdenes más estrictas y los seminarios tradicionales se nutren de personas inseguras, emocionalmente débiles y necesitadas de certezas que suplan su evidente inmadurez.