El complicado reto de encontrar una parroquia de confianza
Este es hoy el problema de muchas familias católicas. De vez en cuando me encuentro con personas que se dirigen a un servidor pidiendo que les ayude a encontrar una parroquia de confianza donde acudir a misa, confesarse y llevar a sus hijos a catequesis. Mi primera respuesta es la fácil: todas las parroquias son de confianza.
La gente no es tonta. Dicen que sí, que de acuerdo, que sobre el papel todas las parroquias son de confianza, pero como resulta que en la práctica en algunas se siguen llevando sustos, pues mejor tener claro dónde ir.
Sabemos todos perfectamente que no todas las parroquias son iguales. Hay gente que te dice que cambiar de parroquia en ocasiones es casi como cambiar de religión. Tienen razón. Suelen ser familias muy normalitas que piden algo tan simple como una parroquia normal. Es decir, una parroquia donde sea sencillo confesarse, con unas misas donde se respete la liturgia de la Iglesia, homilías que digan algo sensato, catequesis que forme en serio y no te pongan pegas si quieres comulgar de rodillas o en la boca. Una parroquia donde se rece, se celebre y se ayude a la gente.