La carta del Papa muestra un corazón de padre
A la espera de contar con la traducción al castellano de la carta del Papa (aquí se puede leer en inglés), creo que ya puedo hacer un análisis de su contenido, tanto en la forma como en el fondo.
La carta, y esto es muy importante, está dirigida a todos los obispos de toda la Iglesia Católica. Lo cual no quiere decir que les tenga a ellos como únicos destinatarios, pues lo que les dice a los obispos nos lo dice a todos, pero sí marca un poco una especie de línea divisoria cuya importancia no puede ser desdeñada. En esta carta el Papa ejerce de auténtica cabeza del colegio episcopal y es evidente que él quiere que tal aspecto de su ministerio quede reivindicado.
En la misiva vemos a un Benedicto XVI dolido, triste y a la vez firme en mantener su opción pastoral encaminada a lograr la vuelta a casa de los hijos pródigos. En relación a la mezcla del caso Williamson, con sus declaraciones sobre las cámaras de gaz nazis, y el levantamiento de las excomuniones a los obispos de la FSSPX, es especialmente preocupante que el Papa tenga que señalar que ha recibido más apoyo de ciertos hebreos que de algunos sectores de la propia Iglesia. Además, el Santo Padre no excusa la falta de diligencia que la Santa Sede ha tenido al tratar ese asunto y reconoce que en un futuro deberá de prestarse más atención a la información que aparece en internet.