27.12.14

Lo que el P. Masiá propone es que los cristianos sean paganos

¿Otra vez el P. Masiá? Pues sí, otra vez. ¡Qué quieren que le haga! Si estuvièramos ante un seglar cualquiera, sin responsabilidad eclesial alguna, no dedicaría mucha atención a sus palabras, pero resulta que estamos ante un sacerdote jesuita, cuya orden religiosa, la Compañía de Jesús, le permite escribir libremente poniendo en solfa la doctrina de la Iglesia.

Ayer se dio la circunstancia de que se publicaran a la vez dos artículos suyos. Uno en El País, el periódico más leído de España, en el que abogaba abiertmente por la aceptación del divorcio civil y religioso. El segundo en Religión Digital, el portal digital de información religiosa que tiene como viñetista a un blasfemo. En RD, el P. Masiá pide abiertamente que la Iglesia bendiga uniones prematrimoniales con relaciones sexuales de por medio. 

De hecho, ese artículos es presentado así:

Juan Masiá, sj. responde a la cuestión del Sínodo sobre las uniones prematrimoniales.

Es decir, este sacerdote pretende que la petición del Papa de que todo el mundo opine libremente implica poder cargarse la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio y la moral sexual. Den ustedes por hecho que llegarán nuevos artículos suyos pidiendo la aceptación de las relaciones homosexuales y del matrimonio entre parejas del mismo sexo.

Es peculiar la forma en que este jesuita, de nombre que no de espíritu, plantea el tema:

Sobre la cohabitación no debe entrometerse quien acompaña pastoralmente, respetando las decisiones en conciencia de los “cónyuges en camino hacia el matrimonio".

Es decir, si la Iglesia dice a una pareja de novios que debe esperar al matrimonio para tener relaciones sexuales, se está “entrometiendo” en su decisión. Una decisión tomada en conciencia. Por tanto, ¿cuál es el elemento clave para determinar si un acto es o no pecado? No la Palabra de Dios. No el Magisterio de la Iglesia. Es la conciencia al margen precisamente de la Palabra de Dios y el Magisterio. O sea, una conciencia no formada para el bien. Una conciencia al margen incluso de la ley natural, que también es enseñada por la Escritura y la Iglesia. 

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26.12.14

Al P. Masiá cabe "agradecerle" que sea claro en su herejía

Llevamos camino de un año viendo como se intenta de nuevo -ya se hizo durante el papado de San Juan Pablo II- introducir en la Iglesia una herejía, consistente en proponer que se dé la comunión a quienes Cristo llama adúlteros. Herejía que afecta gravemente a tres sacramentos: matrimonio, eucaristía y confesión.

Aunque varios blogueros hemos escrito artículos sobre la cuestión, es Bruno Moreno quien le está dedicando más atención. Lo último ha sido un post sobre unas desafortunadísimas declaraciones del cardenal Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona.

Sin embargo, algunos cardenales, obispos y teólogos que nos quieren vender como caballo alazán la burra coja de la comunión de adúlteros, intentan guardar las apariencias diciendo que no pretenden atentar contra la indisolubilidad del matrimonio. Es más, apelan, para vergüenza de ellos, a la misericordia de Dios, a la necesidad de acoger a todos en la Iglesia, como si la gracia divina, tal y como nos recuerda Mons. Demetrio Fernández en su última carta semanal, no fuera capaz de liberarnos del pecado. Dice el obispo de Córdoba:

Lo que el hombre no es capaz de conseguir por sus solas fuerzas, y ni siquiera con la ayuda de los demás, puede alcanzarlo con la gracia de Dios, que quiere hacer feliz al hombre, salvándole de su debilidad y de su pecado.

Hay otros que no se andan por las ramas cuando de lo que se trata es de pisotear las palabras de Cristo y la fe de la Iglesia. Es el caso del P. Juan Masiá, sacerdote jesuita, que acaba de escribir un artículo en El País pidiendo abiertamente que la Iglesia acepte el divorcio. No solo el civil, sino también el religioso. Es más, tiene el valor de pedir tal cosa en nombre de la “dignidad de los cónyuges”

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24.12.14

Feliz Navidad


Despierta, hombre: por ti Dios se hizo hombre. Despierta, tú que duermes, surge de entre los muertos; y Cristo con su luz te alumbrará. Te lo repito: por ti Dios se hizo hombre. 

Estarías muerto para siempre, si él no hubiera nacido en el tiempo. Nunca hubieras sido librado de la carne del pecado, si él no hubiera asumido una carne semejante a la del pecado. Estarías condenado a una miseria eterna, si no hubieras recibido tan gran misericordia. Nunca hubieras vuelto a la vida, si él no se hubiera sometido voluntariamente a tu muerte. Hubieras perecido, si él no te hubiera auxiliado. Estarías perdido sin remedio, si él no hubiera venido a salvarte. 

Celebremos, pues, con alegría la venida de nuestra salvación y redención. Celebremos este día de fiesta, en el cual el grande y eterno Día, engendrado por el que también es grande y eterno Día, vino al día tan breve de esta nuestra vida temporal. 

Él se ha hecho para nosotros justicia, santificación y redención. y así -como dice la Escritura- «el que se gloria que se gloríe en el Señor.» 

La verdad brota, realmente, de la tierra, pues Cristo, que dijo: Yo soy la verdad, nació de la Virgen. Y la justicia mira desde el cielo, pues nadie es justificado por si mismo, sino por su fe en aquel que por nosotros ha nacido. La verdad brota de la tierra, porque la Palabra se hizo carne. Y la justicia mira desde el cielo, porque toda dádiva preciosa y todo don perfecto provienen de arriba. La verdad brota de la tierra, es decir, la carne de Cristo es engendrada en María. Y la justicia mira desde el cielo, porque nadie puede apropiarse nada, si no le es dado del cielo. 

Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, porque la justicia y la paz se besan. Por medio de nuestro Señor Jesucristo, porque la verdad brota de la tierra. Por él hemos obtenido el acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos apoyados en la esperanza de la gloria de Dios. Fíjate que no dice «nuestra gloria», sino la gloria de Dios, porque la justicia no procede de nosotros, sino que mira desde el cielo. Por ello el que se gloria que se gloríe no en sí mismo, sino en el Señor. 

Por eso también, cuando el Señor nació de la Virgen, los ángeles entonaron este himno: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. 

¿Cómo vino la paz a la tierra? Sin duda porque la verdad brota de la tierra, es decir, Cristo nace de María. Él es nuestra paz, él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, para que todos seamos hombres de buena voluntad, unidos unos a los otros con el suave vínculo de la unidad. Alegrémonos, pues, por este don, para que nuestra gloria sea el testimonio que nos da nuestra conciencia; y así nos gloriaremos en el Señor, y no en nosotros. Por eso dice el salmista: Tú eres mi gloria, tú mantienes alta mi cabeza. 

¿Qué mayor gracia pudo hacernos Dios? Teniendo un Hijo único lo hizo Hijo del hombre, para que el hijo del hombre se hiciera hijo de Dios. 

Busca dónde está tu mérito, busca de dónde procede, busca cuál es tu justicia: y verás que no puedes encontrar otra cosa que no sea pura gracia de Dios.

San Agustín de Hipona

Deseo a todos los lectores de InfoCatólica una muy Feliz Navidad, en comunión con Dios y en compañía de vuestros seres más queridos.

Luis Fernando Pérez Bustamante

El cardenal Sistach, Mons. Pujol y Mons. Osoro son cómplices de una página blasfema

Hace bastante que tres prelados españoles deciden prestar su rostro y su nombre para aparecer como colaboradores de Religión Digital. Aparecen siempre debajo del viñetista de referencia de ese portal de información religiosa. Se llama José Luis Cortés y es un sacerdote renegado, apóstata y blasfemo. Muchas de sus viñetas son pura ofensa a Dios, a la Virgen y a la fe de la Iglesia.

Pero lo de hoy ya clama al cielo. En pleno día de Nochebuena, ha publicado una viñeta, cuya imagen no reproduzco porque no quiero manchar InfoCatólica con tanta inmundicia. Me limito a poner el enlace:

http://blogs.periodistadigital.com/hermano-cortes.php/2014/12/24/universiculo-360

El señor Cortés no podría publicar eso si los responsables de Religión Digital no se lo permitieran. Pero ni el señor José Manuel Vidal ni el señor Jesús Bastante son arzobispos o cardenales.

Sí lo son S.E.R Lluís Martínez Sistach, Cardenal y Arzobispo de Barcelona; Mons. Carlos Osoro Sierra, Arzobispo de Madrid; y Mons. Jaume Pujol Balcells, Arzobispo de Tarragona.

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22.12.14

El mantra de la "nueva evangelización"


Ayer escribí lo siguiente en mi muro de Facebook, que uso a veces para contar cosas que no ocupan el espacio suficiente como para convertirse en un post:

Las palabras “nueva evangelización” se han convertido mayormente en un mantra inservible. Salvo en algunos movimientos, no evangeliza prácticamente NADIE. Y además, no puede ser de otra manera. Cuando se desprecia el proselitismo, no se puede evangelizar. Es como intentar hacer una tortilla sin huevos.

Esta mañana me encontré cerca de 60 comentarios, así que es evidente que el tema interesa. Algunas opiniones versaron sorbe lo que es o deja de ser el proselitismo. Que si es agresivo y contraproducente o lo contrario. Así que ya da la cosa como para post, :D.

En relación a la manera de evangelizar, que en el caso católico es mayormente -siempre hay excepciones- la manera de NO evangelizar, lo cierto es que los evangélicos son “hostiles” evangelizando, hacen proselitismo descarado, y no les va nada mal en el continente americano.

Pero como nosotros somos más buenos, más respetuosos, más tolerantes y más chachi-chupitiguay, pues nos vamos quedando sin fieles allá. Y así, de respeto en tolerencia y de tolerancia en respeto, hasta la batalla final donde el protestantismo reclamará para sí el una vez llamado continente de la esperanza. Ah, pero eso sí, tenemos un Papa de allá. Eso, que quede claro. Para muchos eso es lo más importante. ¿Que se siguen largando con los protes? Da igual. El caso es tener un Papa “latinoamericano". Como si eso les importara un pimiento a los evangélicos de allá. Como si eso fuera a frenar la estampida.

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