La niña y la ceniza

Monseñor Jesús Sanz ha sido testigo de primera fila del porqué Cristo dijo que de los niños es el reino de los cielos. Os dejo con su relato.

La niña y la ceniza

Queridos hermanos y amigos: paz y bien.
Podría parecer una tierna leyenda, y sin embargo es verdad. Ha ocurrido tal cual.

Estaba llena la catedral como si fuera un día de fiesta. Y sin embargo todos los que habíamos acudido esa tarde a la iglesia madre de la Diócesis, estábamos convocados para algo más sobrio y hasta bronco de lo que se facturaba en la bullanga ruidosa que se daba fuera.

Comenzó nuestra celebración. Se había dado un cambio de escenario. No eran los colores blancos de la todavía reciente Navidad, ni los sones que se oían tampoco eran los de sus dulces pastorelas. La procesión de entrada iba avanzando parsimoniosa por la vía sacra, mientras el órgano arropaba con sus notas más graves y pensativas las estrofas de verdades viejas, que la coral iba interpretando con belleza profunda.

Tras la homilía vino el rito que religiosamente aguardaban todos, y uno tras otro, en ordenada fila, fueron inclinando sus cabezas para que los sacerdotes les impusiésemos con respeto la ceniza. Un mensaje al mismo tiempo sobrecogedor y lleno de alegría, porque venía a recordarnos nuestro humilde origen, nuestro inevitable destino, mientras nos animaba a tiempo a poner nuestra vida en la luz, en la belleza, en la bondad, en la gracia de Dios, en definitiva. Todavía era tiempo: para que arrepentidos de veras de los caminos perdidos, volviésemos a frecuentar los senderos que más se correspondían con el eterno proyecto de Dios y lo que en nuestro corazón ardía. "Conviértete y cree en el Evangelio", mientras te recuerdo que eres polvo y al polvo tornarás. No era una amenaza, ni una condena, era un aviso que invitaba a la esperanza, a la posibilidad de rehacer de nuevo la fidelidad transgredida, la belleza manchada y la bondad envilecida.

De pronto, ya casi al final de la fila, vino una pequeña que no levantaría más que seis o siete preciosos años. Acompañaba a quien parecía ser su abuela, joven aún. Y me entró la duda de si imponerle la ceniza o darle una bendición como si le hiciera una caricia. Ella bajó su cabecita y le dije lo mismo que a los adultos pero con una expresión acomodada: cree en Jesús, pon atención a su Evangelio, ámale con todo tu corazón, y si tus pecados le entristecen no dudes en pedirle perdón para que Él te ayude a cambiar.

Ella levantó su cabeza muy digna y me hizo un gracioso guiño con sus ojos, como si asintiese con piadosa complicidad a lo que también ella había recibido, como si me dijese: ¡lo he entendido!, así con una mirada inocente y sencilla.

Cuando llegó la comunión ella no vino a recibir la Eucaristía. Supuse que aún no habría comulgado por primera vez. Sin embargo se volvió a poner en la fila. Fue prácticamente la última, como quien espera turno para otra cosa distinta. Y sacándose del bolsillo de su trenca un caramelo, me lo dio diciendo: gracias por la ceniza. Yo quedé entre confuso, perplejo y conmovido. Y al final de la Misa tuve que contar a todos eso mismo, como la mejor explicación de lo que Dios hace con nuestros gestos cuaresmales, con la decidida marcha de convertirnos y creyendo en el Evangelio, amar más y mejor al Señor. Él no nos impone el cambio de vida bajo la amenaza o la extorsión, sino tan sólo con la gracia de su perdón y su compañía. Este es el caramelo inmerecido, el regalo dulce por el que Dios cambia nuestro sayal en traje de fiesta y nuestras lágrimas en la verdadera alegría.

Así de hermoso es este tiempo de gracia. Así de grande es la dicha cuando nos dejamos tocar el corazón por Dios y aceptamos en lo pequeño y en lo importante cuanto la Iglesia nos dicta. Santa cuaresma a todos.
Recibid mi afecto y mi bendición.

+ Jesús Sanz Montes, ofm
Obispo de Huesca y de Jaca

5 comentarios

  
Nemo
Deliciosa descripción de lo sucedido y estupendo resumen del último párrrafo. Leer a este Obispo es la mejor receta contra el pesimismo y el desánimo. ¡Cuánta falta hacen Obispos y sacerdotes así!
05/03/07 9:49 PM
  
nachet
Luis, tienes un obispo formidable, pastor y cristiano.

Aunque no hay muchos como él, sí que existen pequeños tesoros episcopales (y sacerdotales) que Dios nos regala. Bien está criticar y alguna vez hasta lamentarse, pero demos también gracias y recemos mucho por lo bueno que hay, que no sale tanto en los diarios por sus "negociaciones de paz", pero sí llevan el mensaje de Cristo allí donde están

Que Dios le bendiga.
05/03/07 10:11 PM
  
sofía
Es una historia muy bonita. Gracias.
05/03/07 10:25 PM
  
juvenal
Tienes un gran obispo, me gustaría que fuesra el sucesor de Dorado aquí en Málaga.
06/03/07 11:42 AM
  
Luis Fernando
Oye Juvenal, deja que el Altoaragón sea atendido unos cuantos añitos más por don Jesús. Al menos hasta que su proyecto de seminario sea una realidad con futuro. Que ya habrá tiempo después de que el Papa le encomiende otras tareas, si es que ha de ser así.
06/03/07 8:31 PM

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