Evangelizar desde el amor.

¿Cómo evangelizar a un pueblo que va descristianizándose poco a poco? ¿cómo hacer volver a los que se han alejado de Dios y de la práctica religiosa? ¿cómo realizar, sin caer en el proselitismo sectario, una pastoral agresiva, que no busca simplemente salvar los muebles e impedir que se vayan los que todavía permanecen fieles?

Muchos de los que viven ajenos al evangelio y a la Iglesia tienden a pensar que lo único que busca la misma es perpetuar su estatus en la sociedad, manteniendo supuestos o reales privilegios pasados. La realidad es que el único privilegio que tiene la Iglesia es ser la elegida para predicar el evangelio a toda criatura. A pesar de todos los pecados y errores de sus miembros, ella sigue siendo la prometida enamorada de Aquel que tanto amó a los hombres que se hizo uno de ellos para salvarles a todos. Y cuanto más ama la Iglesia a su Señor, mejor realiza la tarea de contar al mundo todo acerca de su bondad, de su belleza, de su gracia, de su amor.

Amar al Señor es amar a los hombres, pues no se puede amar a Dios sin amar a quienes Dios ama, aunque humanamente, en multitud de ocasiones, eso nos resulte muy difícil. Dice la Escritura que Dios nos amó primero, no cuando nosotros le buscábamos y procurábamos vivir en santidad, sino cuando estábamos muertos en nuestros pecados, cuando nada hacía pensar que se pudiera sacar algo bueno de una humanidad caníbal consigo misma. Y el amor de Dios es tan grande que no sólo pasa por alto los pecados sino que transforma el corazón del hombre para que éste pueda devolver amor por amor. Lo más grande de la salvación no es que nuestros pecados sean perdonados, sino que Dios nos hace capaces de amarle. Y esa es la vida eterna: amor al Dios que es amor.

Evangelizamos eficazmente sólo cuando somos capaces de ser espejos de ese amor contagioso que todo lo impregna en la vida del creyente. Ahora que se habla tanto de modelos de Iglesia, de reformas sin fin, de interpretaciones sobre el último Concilio, convendría ir al meollo de nuestra fe, que no es otro que "amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo". Y no hay documento episcopal, encíclica papal, movimiento eclesial, comunidad de base, homilía dominical o artículo de blog que pueda hacer el milagro de convertirnos en mejores cristianos y, por tanto, mejores evangelizadores. Sólo nuestra respuesta personal madura y plena al amor de Dios nos hace mejores hijos suyos, mejores cristianos, mejores hombres y mujeres en medio de un mundo que hoy más que nunca necesita oír el anuncio del evangelio.

La evangelización de España no saldrá nunca de Añastro, de los palacios episcopales, de los púlpitos o de las catequesis. Ellos podrán ayudar, sin duda, pero la verdadera evangelización saldrá de la respuesta personal que todos y cada uno de los cristianos españoles demos al amor de Dios. Y en esa tarea todos somos importantes. Nadie sobra. Ni la abuela que va a misa diaria ni el chaval que apenas está empezando a comprender los rudimentos de la fe.

Luis Fernando Pérez Bustamante

13 comentarios

  
sofía
Amén.
19/06/07 5:51 PM
  
Carmen Bellver
Pues me alegra saber que todos servimos de alguna manera, aunque unos tengan más madera que otros en el uso de la apología. En tu caso, y con un gran bagaje a tus espaldas, sirves de maravilla para evangelizar. Si es que eso es posible en este mundo enmarañado de la red.
19/06/07 6:03 PM
  
Veritas liberabit vos...
Magnífico. Magnífico. Magnífico.

Siguiendo esto, yo añado y traduzco, con Juan Pablo II, ese amor como respuesta personal a Cristo se llama santidad.
19/06/07 6:18 PM
  
Concordia
Bien, bien, Luis Fernando. Yo sabía que desde tu interior saldría agua viva.
Escribe siempre en esa línea, deja a los discrepantes a los heterodoxos con lo suyo, son para ti una pesadilla.
Deja también a los jerarcas que ellos se defiendan, tienen medios suficientes. No has visto hoy la entrevísta de Cañizares, sabe decir lo que le interesa decir. Tú a lo tuyo, tienes un corazón abierto a lo que te pida Dios.
Permiteme que te diga; al ser duro con los demás, se te está colando un diablillo que te destuye a ti mismo.
Por eso al acudir al Sagrado Corazón de Jesús, es consolador y te pacifica.
19/06/07 7:14 PM
  
amatoma
Precioso artículo, Blogger, te felicito. Ya ves, cuando miramos al cielo, todos comulgamos en lo fundamental. El problema es cuando vamos aterrizando en lo concreto. Ahí es donde nos damos de tortas y toda nuestra mística se hace añicos. Es tu caso. Baste ver lo furibundo que eres e inmisericorde con algunos que te hacen hervir la sangre. Ahí, en esos momentos en que uno mejor se mordería los huevos...es donde hay que mostrar que la mística y la gracia, te hacen superar la naturaleza.
Por cierto, lo de los modelos de Iglesia, no es algo de ahora...es más bien de los años 70. Y la idea es de nada menos que un cardenal: A. Dulles.
19/06/07 11:39 PM
  
Excelente
Y si todo eso falla se puede usar los métodos del padre Christian Vor Wenich. Ya que este país no se humilla ante la Madre de buen grado, que lo haga a la fuerza.
20/06/07 3:36 AM
  
rudesindo
solo una pregunta, puede la madre de Leticia, ser madrina de su nieta como están diciendo en los medios?no etá divorciada?
20/06/07 3:38 AM
  
amatoma
La madre de Letizia no puede ser madrina. No lleva una vida cristiana suficientemente ejemplar, condición necesaria para ser Madrina. Evidentemente, es divorciada. Además, no va a Misa los domingos, y todo el mundo duda de su moral. No puede serlo. El derecho canónico se lo prohibe, pero Rouco, que es canonista, ya buscará la manera de que lo sea. No vaya a ser que quede mal con la monarquía. No tiene huevos para decirles que no puede. ¿o sí?
20/06/07 12:36 PM
  
nachet
En efecto, Luis, ese es el fundamento de todo: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Y no podemos descargar en otros la tarea evangelizadora que nos toca: vivir conforme a los mandamientos de Cristo, enseñarlos de ejemplo y palabra a nuestro prójimo, orar con frecuencia y celebrar los sacramentos. Si falla una de las 4 patas, la mesa se va a tierra.
Eso es ser cristiano.
22/06/07 12:02 PM
  
sofía
Nachet, eres un hipócrita. Deja de hablar de amor y no acuses falsamente a los demás. Tienes un post mío en el de Quintín. Tú verás lo que me respondes. Pero hay cosas que soy yo la que no tolero.
24/06/07 9:28 AM
  
sofía
Retiro mi último comentario. Puede que sólo seas un inconsciente, que no te fijas en lo que dices. No hay que reponder a insultos con insultos.
Lo siento.
24/06/07 3:18 PM
  
Paulus
Lo importtante no es escribir bien sobre el amor, sino amar de verdad, incluyendo a los enemigos. Y eso se tiene que notar en las intervenciones de Pérez Bustamante en los otros blogs. Tiene que actuar menos como Inquisidor y más evangélicamente.Las numerosas citas bíblicas sobre la corrección fraterna las resumo en esta de Pablo " No lo miréis como enemigo, sino amonestadle como a un hermano" (2Tes 3, 14-15).
Pero en los blogs, y en general las manifestaciones de teólogos y cristianos mal llamados "progresistas", no se tienen que ver como herejías u opiniones cismáticas, sino como otras opiniones muy dignas de tener en cuenta, porque la unidad de la Iglesia no es uniformidad en todo.Porque incluso la herejía ha sido y es un medio para interrogar a la Iglesia sobre su fidelidad al evangelio.
"Tiene que haber entre vosotros también disensiones" (1Cor 11,19). Pablo se enfrentó nada menos que con Pedro ( Gal 2, 11). No es cristiano pretender expulsar de la Iglesia a los que...
26/06/07 12:07 PM
  
Paulus
(sigue)
No es cristiano pretender expulsar de la Iglesia a los que tienen opiniones diferentes, dentro de la misma fe en Cristo. " revestíos del amor... amonestaos con toda sabiduría" (col 3, 14- 16)
26/06/07 12:08 PM

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