Rajoy, te vas a enterar de lo que vale un peine
La izquierda política y mediática lleva unos cuantos días empeñada en que la Iglesia va a imponerle a Rajoy una serie de deberes en relación a la legislación infame que desarrolló el anterior gobierno en las últimas dos legislaturas. Hablamos del matrimonio entre homosexuales, el divorcio express, el derecho de la mujer a matar a su hijo antes de nacer y la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
El caso es que yo no he visto a ningún obispo exhibiendo una bula de excomunión con fecha de aplicación en caso de que don Mariano no derogue inmediatamente esas leyes. Es cierto que los movimientos cívicos que organizaron manifestaciones provida y profamilia en los últimos 8 años andan bastante activos en su labor de presionar al nuevo gobierno, pero con ello solo hacen lo que se esperaba de ellos. Incluso partidos minoritarios como Alternativa Española y Derecha Navarra y Española siguen ese camino y en esta misma semana han llegado a manifestarse ante la sede del PP en la calle Génova. Ayer mismo Rafaél López Diéguez, cuya labor en medio de la nadería mediática con la que es castigado su partido es digna de elogio, declaró que daban “cien días de gracia para que prohíba el aborto en España”. Dudo que Mariano haya dejado de dormir hoy ante ese ultimatum.
Hasta ahora, todo lo que hemos oído del gobierno es lo que afirmó su vicepresidenta. Doña Soraya Sánez de Santamaría dijo en su primera rueda de prensa como portavoz del ejecutivo que se modificará la ley del aborto para preservar el derecho a la vida. Si eso fuera cierto, cabría pensar que en los próximos cuatro años vamos a asistir a un cambio de la ley que penalizará prácticamente cualquier aborto, ya que esa es la única manera de preservar verdaderamente el derecho a vivir. Pero como nos conocemos el paño, lo más probable es que el único cambio consistirá en dejar las cosas como estaban con la anterior legislación. Y con esa ley teníamos en España más de cien mil abortos al año.