InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Sociedad siglo XXI

26.12.15

Caifás se rasga sus vestiduras laicistas

Mucho me temo, aunque más bien me alegro, que el obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, ha puesto en pie de guerra a quienes trabajan intensamente en el proceso de descristianizar la sociedad española. Proceso, dicho sea de paso, en el que han logrado grandes éxitos… y los que quedan por venir.

El obispo ha tenido la feliz idea de aprovechar la Navidad para hablar del papel del marido y la esposa en la familia. Papeles complementarios. Papeles iguales en dignidad pero necesariamente distintos. Es más, esa distinción viene de Dios, aunque la humanidad se haya empeñado en oscurecerla, distorsionarla y convertirla en instrumento de iniquidad. Incluso desde dentro del propio cristianismo, aunque no hay ninguna otra gran religión que, ni de lejos, haya dado a la mujer el papel que le corresponde, muchos de sus miembros no han sido, ni son, fieles al plan de Dios en esta materia.

¿Qué ha dicho el obispo? Esto:

La familia se constituye por la unión de los esposos que normalmente se convierten en padres. Varón y mujer, creados en igualdad de dignidad fundamental, son distintos para ser complementarios. Cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa. El aporta particularmente la cobertura, la protección y la seguridad. El varón es signo de fortaleza, representa la autoridad que ayuda a crecer. La mujer tiene una aportación específica, da calor al hogar, acogida, ternura. El genio femenino enriquece grandemente la familia. Cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa. 

¿Y qué ha pasado cuando el obispo ha dicho eso? Que ha salido un Caifás socialista y laicista a rasgarse las vestiduras diciendo:

«Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia.
(Mat 26,25)

Efectivamente, la fe católica es blasfemia para la nueva religión, a la que llaman democracia. Dice el diputado socialista Hurtado:

«Afortunadamente, la democracia ha puesto por encima de la moral católica, dominante en otros tiempos, a los derechos humanos y a la libertad».

Es altamente significativo que ese señor oponga la democracia a la moral católica. Sin la menor duda aparecerán muchos católicos, mayormente liberales, a decir que tal cosa es una barbaridad. Que la democracia es perfectamente compatible con su fe. Sin duda hay países donde tal cosa es posible. Pero hagamos la prueba del nueve y preguntemos: ¿en cuántos países democráticos del mundo se respetan los principios no negociables marcados por Benedicto XVI?

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29.10.15

La dictadura china no es tan eficaz como la democracia española

Tras 35 años de su imposición, el régimen comunista chino ha puesto fin a la política de un solo hijo. La idea era impedir que la población creciera exponencialmente. Y lo han conseguido. Como bien explica Juanjo en su post, cuatrocientos millones no han podido nacer. Ríanse ustedes de cualquier otra masacre o crimen contra la humanidad pasada. No hay cosa que se le parezca.

Ahora bien, un buen número de chinos se ha saltado la ley. La tasa de fertilidad en el gigante asiático es de 1.5, o sea, un 0.5 más que si todos hubieran aceptado la imposición. Aun así hay que reconocer que la peor dictadura de la historia de la humanidad ha tenido bastante éxito en la labor de matar el futuro de toda una nación.

Ahora bien, ni siquiera esa dictadura ha conseguido lo que la maravillosa democracia española. Efectivamente, en España no hemos necesitado leyes que impongan el aborto y la imposibilidad de tener más de un hijo. Nos ha bastado con leyes que permitan matar a los no nacidos, leyes que favorecen el divorcio, leyes que destrozan la familia y un sistema económico que hace que tener una familia numerosa sea cosa de héroes. Nuestra tasa de fertilidad es de 1.2, tres décimas menos que la china.

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17.10.15

La democracia española pisotea tu patria potestad y mata a tu nieto

Era cuestión de tiempo que ocurriera algo así. Una joven adolescente se queda embarazada y decide que quiere matar al hijo que lleva dentro. Los padres se oponen. Llega la “justicia” y pisotea tanto el derecho del no nacido, que ya ha sido ejecutado, como el de los padres. Acaba de ocurrir en Vigo, Galicia.

Se apela a que la familia estaba desestructurada. No conozco en detalle la situación, pero dado que los padres eran cristianos evangélicos, me cuesta mucho, muchísimo, creer que la desestructuración fuera más allá del hecho de que ellos no querían que se matara a su nieto y la hija sí. De momento la muchacha, que ya ha logrado el amparo para el crimen -moral, que no legal- que deseaba, está en un centro de acogida de menores. Y los servicios sociales, que sin la menor duda van camino de convertirse en este país en un instrumento de totalitarismo facistoide que atenta contra el derecho de los padres cuando estos son cristianos, dicen que van a mediar.

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9.10.15

La "misericordiosa" eutanasia muestra su verdadero rostro

Cada vez que los falsos profetas de la cultura de la muerte quieren convencer a la sociedad de la necesidad de legislar en contra de la vida, usan casos extremos. Desde una niña de doce años embarazada tras ser violada por su padrastro hasta otra de la misma edad que sufre una enfermedad neurodegenerativa que la hace sufrir mucho. 

En realidad, esos casos son meras excusas para imponer el derecho a matar al no nacido en cualquier circunstancia o para favorecer el suicidio siempre que alguien no quiera seguir viviendo. 

Muchos ingenuos piensan que se va a respetar siempre la voluntad de la persona. Tanto en el caso de los abortos como en el de la eutanasia. Cuán equivocados están. Esos mismos apóstoles de la muerte no pararán hasta que sus ideas se impongan a todos. China es ejemplo de lo que un estado puede hacer si se lo propone. No te dejan tener más de un hijo y el aborto es la herramienta preferida para conseguir semejante objetivo. Se me dirá que estamos ante una dictadura, pero les recuerdo que en la muy demócrata Alemania hay padres encarcelados por negarse a que sus hijos reciban una educación sexual contraria a sus valores. Es decir, a estas alturas de la película la democracia liberal ha demostrado no ser muro de contención de totalitarismos, sino un medio más de imponer una voluntad -la de la mayoría- por encima de cualquier derecho de la persona afectada.

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6.10.15

La muerte "digna" de Andrea

Andrea va a morir en breve. Tras padecer una terrible enfermendad neurológica degenerativa, sus padres, sin duda desesperados ante sus sufrimientos, han pedido que se le retire la alimentación para acelerar su muerte. Los médicos del hospital donde está ingresada, se opusieron en un primer momento a tal medida. Es lógico. Alimentar a un enfermo no tiene nada de encarnizamiento terapéutico. Es, simplemente, hacer lo que cualquier ser humano haría con otro.

Sin embargo, la presión mediática y judicial sobre los galenos les ha hecho cambiar de opinión. Andrea ha empezado ya a morir de desnutrición. No pasará hambre porque la van a sedar para que no sienta nada. Pero lo cierto es que su muerte se va a producir no tanto por la enfermedad que padece -aunque la misma habría provocado su fallecimiento- como por el hecho de que su cuerpo va a dejar de recibir el pan nuestro de cada día.

La Iglesia ya se ha pronunciado sobre este tipo de medidas. Mons. Reig Pla, el único obispo español que, aunque se enfrente a críticas y desprecios del mundo y de parte de sus colegas de episcopado, siempre habla claro sobre estas cosas, recordó hace unos días el dictamen de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Muchos dirán que la Iglesia puede opinar lo que le venga en gana pero sin imponer sus tesis a la sociedad. La realidad es que la Iglesia no puede imponer sus tesis, fruto de su conocimiento de la ley natural y su análisis de la Revelación, ni siquiera entre sus fieles. Primero, porque no tiene capacidad real de hacerlo. No verán ustedes a un guardia suizo poniendo grilletes a los fieles que vayan por libre. Segundo, porque siempre habrá algún obispo, sacerdote, teólogo, etc, que se dedique a contradecir públicamente lo que el Magisterio diga, sin que se mueva una simple briza de aire para impedir tal cosa. Es decir, en la Iglesia la defensa de la vida llega solo a la literalidad de ciertos textos y declaraciones. Cuando se trata de defenderla de verdad, expulsando de la comunión eclesial a quienes hacen la obra sucia de la cultura de la muerte dentro de la propia Iglesia, ésta mira para otro lado. Y no hace falta que dé ejemplos de eso, porque todos los conocemos.

Apelar a la humanidad y a la caridad para justificar que se deje de alimentar a un enfermo es un ejemplo más de la depravación de la conciencia del hombre caído en este momento de la historia. Hay mucha diferencia entre medicar a un enfermo para que no sufra dolor físico y provocar su muerte retirándole la alimentación. 

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