InfoCatólica / Cor ad cor loquitur / Categoría: Evangelio

2.03.12

Perdonen que insista en la necesidad de llamar al arrepentimiento

Como quiera que estamos en Cuaresma, creo que es un momento oportuno para recordar que de la misma manera que no se puede construir una casa empezando por el tejado, no habrá forma de que exista una nueva evangelización que no tenga como base aquello que hicieron precisamente los primeros evangelizadores. El precursor de Cristo fue claro. Cristo mismo fue claro. Y la primera predicación de un apóstol fue clara. He ahí lo que dijeron:

Mt 3,1-2
En aquel tiempo se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: “Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos está cerca".

Mc 1,14-15
Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio".

Hech 2,37-38
Al oír estas cosas, todos se conmovieron profundamente, y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: “Hermanos, ¿qué debemos hacer?". Pedro les respondió: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo".

¿Habrá alguien hoy que piense que es posible evangelizar sin hacer un llamamiento al arrepentimiento de los que han de ser evangelizados? Sí, ya sé que es cosa poco agradable decirle a la gente que está en pecado y en peligro de condenación eterna. Ya sé que ese lenguaje no es políticamente correcto. Ya sé que queda mucho más guay presentar un evangelio light, en el que Dios sea una especie de Papá Noel bonachón y Cristo un colega de toda la vida de esos que se va con nosotros de la mano a celebrar un fiestorro de fin de semana.

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30.01.12

Si la sal pierde su sabor...

Pocas cosas hay tan penosas en este mundo como ser un cristiano soso, sin sustancia, adaptado al ambiente, repetidor de consignas más o menos grandilocuentes que no dejan ver la raíz real de los problemas que aquejan a la sociedad. Pocas cosas hay tan absurdas como ser católico y escribir un artículo sobre la crisis sin mencionar una vez siquiera a Cristo, el evangelio, la Iglesia y sus enseñanzas. Y sin embargo, eso es lo que veo en un comunicado publicado por un grupo de jóvenes de cierto movimiento eclesial con motivo de la festividad de Santo Tomás de Aquino. Prefiero no decir ni el movimiento ni la diócesis a la que pertenecen. De hecho, no voy a copiar párrafos del texto para evitar que alguien lo encuentre en la red y les identifique. No es necesario pues me temo que no son los únicos que sufren de esta idiocia espiritual.

Es de sentido común que cuando un católico aborda de manera pública la crisis que sufre nuestra sociedad, base su mensaje en aquello que Cristo y los apóstoles dijeron acerca del mundo y del papel que los cristianos juegan en el mismo. Sin embargo, es sumamente tentador caer en un discurso humanista que, aparte de estar infectado de pelagianismo barato si no está enraizado en la doctrina católica, solo sirve para endulzar al alimento amargo del reino de pecado que nos rodea.

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22.09.11

El delito de Monseñor Munilla es ser fiel a Cristo

El 26 de septiembre de 2010, acompañados por nuestro Obispo, acogimos en el Centro Penitenciario de Martutene, la Cruz y el Icono de la JMJ. En la homilía D. José Ignacio invitó a la Pastoral Penitenciaria a organizar una peregrinación a la JMJ con aquellos internos que quisieran y pudieran asistir. En ese momento, nos pareció un sueño inalcanzable y lejano. Pero Dios hace posible lo imposible y con la ayuda del Obispo y las facilidades de la Dirección del Centro Penitenciario, el 20 de agosto salió para Madrid un autobús con 20 peregrinos, 10 de ellos internos/as….

Así empieza la carta que un grupo de internos de la prisión de Martutene escribieron después de la pasada JMJ. La práctica totalidad de aquellos que han conocido lo ocurrido han manifestado su satisfacción. Un obispo puso en práctica lo que la Escritura dice en Hebreos 13,3: “Acordaos de los presos, como si estuvierais con ellos encarcelados…“; y en Mt 25,36 “estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme“. Los presos de Martutene siguen en la cárcel pero por unos días han podido disfrutar del regalo de participar en el más multitudinario acto de comunión eclesial que ha tenido lugar en la historia reciente de España.

Sin embargo, hay al menos una persona en España al que todo esto le ha parecido muy mal. Y no ha tenido otra idea mejor que hacer que arremeter contra el obispo de San Sebastián. Se trata de César Vidal Manzanares. El pasado lunes protagonizó una de sus actuaciones más penosas desde que está en el mundo de la radio. Lo pueden ver en el siguiente vídeo:

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7.08.11

No vamos a decir que eso es historia

Hoy asistí a Misa en una parroquia de la diócesis de Huesca. No voy a decir ni la localidad, ni el nombre de la parroquia, ni la hora de la Misa, ni quién era el sacerdote que la celebraba. Mi intención no es denunciar a nadie en concreto, sino una situación que se repite aquí y allá.

El evangelio relataba el pasaje de Jesús andando sobre el agua e invitando a Pedro a hacer lo mismo. Como es conocido, no hace falta que lo reproduzca. Al final de la homilía, el sacerdote va y dice: “No vamos a decir que eso es historia…“. Gracias a Dios, yo estaba en la parte de atrás de la iglesia. Pero dos veces he dicho bien alto: “Por supuesto que es historia“. Obviamente los que estaban cerca de mí se han vuelto a ver quién tenía el “valor” de contradecir al cura, que no se ha enterado de lo que yo dije. Si llego a estar más adelante, seguro que se entera.

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24.02.11

La Iglesia quiere una Cáritas más católica

A la hora de preparar la noticia sobre la no reeleción de Lesley-Anne Knight al frente de la Secretaría General de Caritas Internationalis, no he podido por menos que esbozar una sonrisa. Da la sensación de que la famosa diplomacia vaticana no ha funcionado especialmente bien en este caso. Porque por más que los cardenales Bertone y Sarah digan que aprecian la labor de la señorita, o señora, Knight, no han tenido el menor reparo en señalar todo aquello que debe de cambiar en Cáritas, que es una forma bastante clara de señalar lo que no se ha hecho bien hasta ahora.

¿Y qué le falta a Caritas Internationalis? Pues ser más católica. Con eso no se dice que no lo sea, pero es claro que no lo parece del todo. O al menos no como a Roma le gustaría. La Santa Sede quiere ejercer un control más efectivo sobre la que es, sin lugar a dudas, uno de sus brazos caritativos más activos.

Sin duda más de uno se preguntará si se puede trasladar a Cáritas España el juicio de valor que se ha emitido desde el Vaticano sobre Caritas Internationalis. Mi opinión es que no, pero al mismo tiempo afirmo que conviene tener muy en cuenta lo que desde Roma se afirma. Los obispos españoles siempre han dejado claro que Cáritas es Iglesia y la Iglesia es Cáritas. Es decir, no se puede disociar de la Iglesia la labor que realiza esa institución y es obvio que la Iglesia está llamada a dar de comer al hambriento y de beber al sediento.

Como bien dijo hace unos meses el P. Vicente Altaba, delegado episcopal de Cáritas Española: “Cuidado con esta disociación que está en la calle y que a veces nos puede traicionar a los que estamos en Cáritas, porque es una trampa con forma de halago o alabanza. Acabamos tirando piedras a nuestro propio tejado, renegando de nuestra Madre“.

Dijo también don Vicente que, en el fondo, lo que hace Cáritas es evangelizar: “evangelizar es comunicar a los otros el amor de Dios, y eso es la tarea de Cáritas; cuando ejerce bien su función, está siendo un pregonero del amor de nuestro Dios, llevando a los otros la buena noticia de la salvación: podrán ser olvidados y marginados, pero hay un Dios que no es neutral, y que toma partido por ellos, una opción por los pobres. Por eso es una buena noticia para ellos“.

Y tiene razón, pero creo que también la tenemos aquellos que echamos de menos una actividad evangelizadora más “explícita” en Cáritas. Es decir, está muy bien ejercer la caridad cristiana y eso sirve como herramienta evangelizadora, pero dicha actividad no puede suplir el anuncio directo del evangelio y la llamada a la conversión. De hecho, el llamado de Cristo a sus discípulos es el de predicar el evangelio y hacer discípulos en todas las naciones. Él hizo el milagro de la multiplicación de los panes y los peces después de haber predicado el evangelio, no antes.

La Iglesia no es una ONG caritativa aunque ejerza la caridad. La misión principal de la Iglesia es anunciar a Cristo de palabra y de obra. La mera actividad caritativa no es suficiente. Y quizás ese es un punto que hay que reforzar en Caritas. Por ejemplo, dado que entre sus beneficiarios cuenta con un gran número de personas de otras religiones o católicos alejados de la Iglesia, no está de más que se aproveche la oportunidad para predicarles el evangelio. Y o mucho me equivoco, o eso no se hace. Yo mismo he sido testigo de ello. Hace años asistí a una reunión diocesana donde se abordó la labor de Caritas. Se me ocurrió decir que se podría aprovechar que muchos musulmanes llegaban a aprovisionarse de ropa y comida para intentar hablarles de Cristo. Y la reacción fue inmediata: ¡De ninguna de las maneras!

Esperemos que el nuevo secretario, o secretaria, general de CI, cumpla aquello que la Santa Sede quiere para esta rama tan fructuosa del árbol de la Iglesia.

Luis Fernando Pérez Bustamante