Gara se une de nuevo a los enemigos eclesiales de Mons. Munilla
El refranero español, rico como pocos, tiene una frase muy apropiada para definir lo que está ocurriendo en la Iglesia en el País Vasco: “Dios los cría y ellos se juntan". Efectivamente, el cambio que Roma ha marcado para las diócesis vascas, que por ahora ha alcanzado a la de San Sebastián y a la de Bilbao, tiene la virtud de convertir en compañeros de camino a personajes y grupos de lo más diverso. Hablamos de unas iglesias locales gobernadas en las últimas décadas por pastores claramente nacionalistas -fue Mons. Setién el que dijo que quería más a unas ovejas que a otras- o por alguno, que sin serlo, no pudo, no supo o no quiso librarse del poder del clero progresista y abertzale.
El principal objetivo de los que quieren que todo siga igual es Mons. Munilla, obispo de San Sebastián. Desde medios progre-eclesiales como Religión Digital se inició una campaña brutal contra el prelado vasco. Empezó antes de que fuera elegido, continuó cuando fue nombrado por el Papa y siguió después de que tomara posesión de la diócesis guipuzcoana. El perfil eclesiástico de don José Ignacio, hombre fiel a la Iglesia y al Magisterio que además tiende a decir las cosas claras, era más de lo que podían soportar los que quieren una Iglesia sometida al imperio progre-nacionalista en el País Vasco.

El próximo domingo la Iglesia entera -salvo amargados de uno y otro extremo- celebrará con júbilo la beatificación de Juan Pablo II. Y la Santa Sede ha informado de que la reliquia que será expuesta a la veneración de los fieles con motivo de dicha beatificación es una pequeña ampolla que contiene la sangre del Papa polaco. En los
Andrés Torres Queiruga es un teólogo importante. Su obra es amplia y su influencia en multitud de fieles, sacerdotes incluidos, es innegable. Recientemente fue entrevistado por “A Sentinela", el programa de la Iglesia en la Television autonómica gallega. Precisamente en Galicia, su tierra natal, Queiruga es un totem capaz de suscitar adhesiones eclesiales de alto rango cuando se ha sugerido que la Iglesia Católica puede pronunciarse sobre su teología. Y es que semejante figura cumbre de la teología de finales del siglo XX y principios del XXI tiene una cierta tendencia a no ajustarse a la doctrina católica. Por ejemplo, niega que Cristo resucitara tal y como lo dicen los evangelios y tal y como lo sostiene la Iglesia.
El director de Religión Digital
José Arregi es ese señor que, alentado por los profesionales de la progresía eclesial mediática, quiso reventar la llegada de Mons. Munilla a la diócesis de San Sebastián. Pero la jugada les salió mal y ante la impotencia, el otrora franciscano optó por pedir la secularización. Es de esperar que el proceso se adelante ante la evidencia de sus artículos en Religión Digital. Cualquiera que le lea se da cuenta de que ese señor no sólo no es católico, sino que de ninguna de las maneras puede ser considerado como cristiano.


