Si nos hubieran dicho, no habríamos creído
Bien dice el Señor en los evangelios (Mateo 7) que al árbol se le conocerá por sus frutos. Un árbol malo da malos frutos. No cabe esperar otra cosa. Es el caso, por ejemplo, de la Constitución española de 1978. El cardenal primado de España, Marcelo, advirtió de lo que pasaría con su aprobación. Dijo que era:
- “…salvoconducto para agresiones legalizadas contra derechos inalienables del hombre, como lo demuestran los propósitos de algunas fuerzas parlamentarias en relación con la vida de las personas en edad prenatal y en relación con la enseñanza".
- “…no se garantiza de verdad a los padres la formación religiosa y moral de sus hijos".
- “…no tutela los valores morales de la familia…Se abre la puerta para que el matrimonio, indisoluble por derecho divino y natural, se vea atacado por la “peste” (Conc. Vat.) de una ley del divorcio, fábrica ingente de matrimonios rotos y de huérfanos con padre y madre".
- “…En relación con el aborto, no se ha conseguido la claridad y la seguridad necesarias. No se vota explícitamente este “crimen abominable” (Conc. Vat. II)".
Don Marcelo no lo señalaba en su carta, pero era evidente que esa Constitución abría también las puertas para la disolución de la unidad de la patria al conceder la condición de “nacionalidades” a algunos de los pueblos de España. De señalar tal hecho se encargó el “facha” de Blas Piñar, quien no necesitó ser un profeta para advertir de lo que se nos venía encima. Hoy el gobierno de España está en manos de un golpista como Puigdemont y un terrorista como Otegi. Todo ello, por supuesto, gracias a los millones de españoles que votaron a Pedro Sánchez el pasado 23 de julio.
Lo “bueno” de la democracia es que cada pueblo tiene los gobernantes que se merece. España, por tanto, se merece un gobierno que cede todo a quienes quieren acabar con la unidad del país, sean de izquierda o de derecha. Merece un gobierno dirigido por un sujeto que es capaz de decir hoy una cosa y mañana exactamente la contraria con tal de seguir siendo presidente. En otras palabras, gracias a la actual generación de españoles, España merece desaparecer por el sumidero de la historia. Y si no lo hace, será porque Dios se apiadará de este país debido al mucho bien que hizo al servirle llevando el evangelio por todas partes.
Aun así, ni don Marcelo ni don Blas pudieron imaginar, ni en sus peores pesadillas, que en España se aprobaría una ley de matrimonio civil entre personas del mismo sexo. No creo que pudieran preveer que en la educación se convertiría en un ejercicio de perversión sexual desde la más tierna infancia. Les resultaría inaudito pensar que habríamos de ver a una ministra diciendo por dos veces que los niños pueden tener relaciones sexuales con quien quieran.
Si es grave lo que ha pasado con España, y con otros países del entorno y de “al otro lado del charco", mucho peor es lo que está ocurriendo con la Iglesia Católica.
¿Quién podía pensar, no ya durante la crisis posterior al Concilio Vaticano II sino a principios de este mismo siglo, que veríamos a cardenales, obispos y sacerdotes bendiciendo o apoyando la bendición de parejas homosexuales y hetereosexuales amancebadas?, ¿quién podría pensar que se permitiría la comunión de los adúlteros?, ¿quién podría pensar, al menos antes de Asís, que se adoraría impunemente a un ídolo pagano en los jardines del Vaticano con un Papa presente?, ¿quién podría pensar que llegaría un Pontífice que se dedicaría a insultar, menospreciar y vejar públicamente una y otra vez a los fieles cuyo único delito es ser, por gracia, fieles a la Tradición?, ¿quién podría pensar que iban a poner a la Iglesia al servicio de un Nuevo Orden Mundial de naturaleza masónica?
Pues todo eso, y más, ha pasado y, si Dios no lo remedia, va a seguir pasando. Ahora bien, mientras que en la Escritura no hay nada que profetice sobre lo que podría ocurrirle a España, sí tenemos referencias, y no pocas, de lo que le ocurriría a la Iglesia.
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias".
2 Tim 4,3“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado".
2 Pe 2,1-2“…no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía…”
2 Tes 2,2-3
Estoy convencido de que todavía no hemos visto lo peor. No ya porque el mal se ha adueñado de gran parte de la Iglesia, sino porque apenas hay pastores que se oponen clara y abiertamente al mismo. El mandato de la Escritura de “combatir por la fe transmitida de una vez para siempre a los santos” (Jud 3) es ignorado por la inmensa mayoría de aquellos que tienen, precisamente, la misión de velar por la fe católica. O la atacan o callan ante los ataques. Y entre los fieles son bien escasos los que intentar mantener en alto el pendón de la fe. Benditos sean por ello.
Mas no olvidemos que el Señor profetizó que las Puertas del Hades no prevalecerán contra su Iglesia. No olvidemos que Dios siempre se guarda para sí un remanente fiel, un rebaño de fieles que no se arrodillan ante el Baal de la apostasía. Siempre habrá hijos de Dios que sigan fielmente el mandato de nuestra Madre, la Virgen María: “haced lo que Él os diga” (Jn 2,5).
Dijo el Señor: “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mat 24,13). Dijo también: “Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios” (Ap 2,7); y: “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Ap 2,10); y: “ Al que venciere, daré a comer del maná escondido” (Ap`2,17); y: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida” (Ap 3,5); y: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí” (Ap 3,12); y: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono,” (Ap 3,21).
No olvidemos la advertencia del apóstol: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Cor 10,12). Obedezcamos su mandato: “ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor” (Fil 2,12). Y recordemos que no es por nuestras fuerzas, sino por la obra de Dios en nosotros que podemos llegar a ser salvos, pues Él es quien en nosotros “produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Fil 2,13).
Cuéntanos, Señor, entre tus elegidos.
Laus Deo Virginique Matri.
Luis Fernando Pérez
23 comentarios
Qué razón tienes. La Constitución española puso a la sociedad de espalda a Dios para hacer de la voluntad del hombre el principio básico, y necesariamente se puso a las órdenes del príncipe de este mundo, como así llamó el Señor al mismo Satanás. Pero que la Iglesia lleve esta deriva, es lo más grave y doloroso.
¡Y cuánto cuesta que vean esto tantos cristianos que nos rodean!
D. LF, no estoy de acuerdo con el adagio en el sentido de que son las elites las que moldean el pensamiento del populacho y eso, al menos es un atenuante, si bien es cierto que es obligación del mismo intentar conocer por los medios que le están al alcance, cuales son las propuestas politicas con un fondo moral licito y cuales no.
Resulta que muy probablemente los secesionismos son una estrategia usana, venida desde la cacareada Transicion, para junto a la izquierda, mantener dividida España y así se mantenga como una nación de tercera regional, que es lo que es ahora mismo, por mucho que nos duela reconocerlo.
Pero bien es cierto es que los españoles ya de varias generaciones han apostatado de España, de su cultura e incluso de la ley natural, de manera que a un español medio la abominación, que es la subversion del orden natural, se ha convertido en algo lógico e incluso apetecible.
Gracias por su artículo. Se echa de menos sus, siempre, sabias palabras
Dos ruinas distintas pero no completamente separadas, ya que el giro posconciliar de la Iglesia influyó poderosamente en la caída de la España nacional.
Con la radical diferencia de que, mientras que la Iglesia tiene asegurada la indefectibilidad, España no.
En cuanto a la patria, no tenemos hoy brújula segura.
En cuanto a la religión, sí: adherir a lo que la Iglesia hizo y enseñó siempre y oponernos a las novedades.
Como explicó Pascal:
“Si la Iglesia antigua hubiese estado en el error, la Iglesia habría dejado de ser. Si lo estuviera hoy, no ocurriría lo mismo: ya que tiene siempre la máxima superior de la tradición, del crédito de la Iglesia antigua; y así esta sumisión y esta conformidad a la Iglesia antigua prevalecen y todo lo corrigen.”
Blaise Pascal, Penseés, nº 867 de la edición Brunschvicg, en Oeuvres complètes, ed. Gallimard, La Pléiade, 1954, p. 1336.
Y en 1970 añadía que con tal Democracia Cristiana se pretendía “¡allá ellos!, ingenua o farisaicamente […] en nombre de Dios copiar un sistema inspirado por el Diablo.”
A la altura de nuestros días y vista la ruina espiritual de España, no hay duda alguna sobre quién llevaba razón.
Decirte Luis Fernando con tu valentía; tu honradez para seguir proclamando y divulgando el Evangelio te necesitamos que vuelvas a escribir y estar con nosotros en este mundo virtual me ha gustado mucho tu artículo que es la Palabra de Dios al descubierto; la necesitamos ahora y siempre.Vemos como el mundo va a la deriva y ya lo sabemos no sabremos que saldrá del Sínodo.
El Señor lleva el control por el Espíritu Santo esta Iglesia la nuestra la fundada por Jesucristo tendremos que empezar a preguntarnos o ya lo hacemos cómo seguir desde la oración los sacramentos ;desde los grupos; desde la formación teológica lo que han hecho los antiguos bíblicos la Tradición ;como Dios ha acompañado a su pueblo y como hemos sido rebeldes .
El Señor Jesús al final nos dice moriréis en vuestros pecados o permaneced en mi amor gracias sigue instruyéndonos en la Palabra de Dios.
Perfecto tu artículo te necesitamos y te damos infinitas gracias; juntos venceremos sera una iglesia pequeña pero vencedora.. Gracias
Y también recordar, para que nadie olvide, ni se extravíe respecto de lo que pasa en la Iglesia: A España, allá por los años del CVII, fue enviado a España Monseñor Tarancón, cuyas palabras para la Historia fueron "España necesita un buen baño de socialismo".
Quién??: El Falso Profeta
VIVA CRISTO REY!!!
Perdone L.F. (No he leído el artículo completo, espigando, he encontrado esto)
Me acuerdo de dos frases del Tal Stalin -un tipo muy listo y que sabía de estas cosas- (las pongo de memoria; y es la 2º la que viene a este caso),
1ª El hecho de que muera una persona, es una tragedia... que mueran cien mil, es estadística...
2ª "Los que votan, no deciden nada, los que deciden, son los que cuentan los votos...
-Lo cierto es, que si no consideramos que existe el maligno, no entendemos nada.
-Pero sabe que va a perder, por eso está tan activo.
Confiemos que la madre de Dios nos eche una mano para salir de este agujero negro que seguro que lo hará
Más información en:
https://www.infocatolica.com/blog/reforma.php/1002231213-66-gracia-y-libertad-i-lutera
Astutos y sencillos.
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