(ECOS de la CAVERNA) No todos los días podemos dar la noticia de un milagro de los grandes, así que nos congratulamos de anunciar que se ha producido un asombroso prodigio en tierras españolas, que podría compararse con la apertura del mar Rojo. Por lo menos.

Como recordarán los lectores, hace unos días se levantó cierta polémica sobre la broma realizada por uno de los sacerdotes del grupo “La Sacristía de La Vendée”. Durante una tertulia, el presbítero sugirió, entre risas, que había que rezar para que el Papa se fuera al cielo cuanto antes. Como era de esperar en una época que tiene aún menos humor que entendederas, inmediatamente surgieron falsos escandalizaditos de los rincones menos recomendables del mundo internetero.

“¡Que los quemen, los ahorquen y, después, los excomulguen!”, gritaban los directivos del portal Misericordia Digital, al tiempo que se esforzaban por tirar piedras a los sacerdotes con escasa puntería. “Son peores que Hitler”.

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(ECOS de la CAVERNA) Recientes estudios del Ministerio Monstruosanitario, de Drogoindependencia y Sustancias Psicoactivas han mostrado un inquietante resultado: la gran mayoría de los trolls no saben que lo son. La ignorancia en ese sentido es casi absoluta y doce de cada diez trolls niegan serlo. Esto se conoce, de forma pegadiza, como la Paradoja Que Explica Por Qué los Tres Trolls del Hobbit No Tenían Un Reloj Para Saber Cuándo Amanece y Así No Convertirse En Piedra.

Ante esta situación, que podría considerarse aún más catastrófica y urgente que el recambio climático, la fisiología de género y las elecciones municipales en Nosedondistán, Ecos de la Caverna ha elaborado una encuesta para que los lectores puedan determinar si son trolls. Nos congratulamos de anunciar que la encuesta tiene un margen de error del 100 %. Es decir, acierta siempre.

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(ECOS de la CAVERNA) “He tenido que convocar esta rueda de prensa porque estoy angustiadísimo y, como no me manejo bien con las redes socialistas esas modernas, pues lo cuento así, a la antigua”, explicó don Obsecuencio A. Dulónez, párroco de Navachinchilla de Tentetieso (Murcia), a los expectantes periodistas que habían acudido al evento en la casa parroquial.

“Es sobre la entrevista del Papa del otro día. Me la perdí, lo confieso. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”, explicó el sacerdote, claramente desesperado y dándose golpes en el pecho. “O al menos por culpa de la maldita gripe o el cobi o lo que fuera, que me dejó baldado en la cama durante ocho días”.

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(ECOS de la CAVERNA) Con bombo y platillo (y el acordeón que nunca falta), se ha anunciado la publicación de un nuevo bendicional litúrgico dedicado a las bendiciones pastorales, según la también nueva doctrina recogida en el documento Fiducia supplicans. El libro recién editado del Dicasterio para Actividades Pastorales y Pastoriles se considera un “verdadero avance cuántico” en el ámbito de las bendiciones y ya se han recibido peticiones de prestigiosos físicos de todo el mundo para investigarlo.

El Prefecto del Dicasterio, el Card. Pánfilo Borregui, se mostró jubiloso en la presentación del nuevo bendicional, que se realizó en la basílica de San Juan de Letrán, debidamente alquilada para el evento. “Todo, todo, todo se puede bendecir con este bendicional. ¡Todo! Hemos incluido bendiciones de animales, de plantas, de minerales, de fantasmas, de hombres lobo y también de seres imaginarios como los ángeles”, explicó el cardenal con una sonrisilla de suficiencia.

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(ECOS de la CAVERNA) Según la información transmitida por INTERPOL, la noche del 5 al 6 de enero los guardias suizos de la Santa Sede arrestaron a tres endividuos sospechosos que habían entrado fraudulentamente en el recinto vaticano. Al principio, los guardias pensaron que se trataba de un caso más de turistas despistados en busca de autógrafos, pero pronto empezaron a sospechar que el asunto podía ser mucho más turbio.

En efecto, descubrieron que los sospechosos estaban en posesión de aproximadamente una tonelada de carbón, que portaban en tres grandes sacos. “Aquello disparó inmediatamente todas las alarmas y declaramos el estado de alarma DEFCON 1”, explicó el teniente Suizen. “Se trataba de mercancías contaminantes de destrucción masiva. ¡Carbón! No hay nada peor que eso”.

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